Sin tacto
Sergio González Levet
El alcalde de la capital de Veracruz, Hipólito Rodríguez Herrero, acaba de hacer una acción que poco ha sido valorada pero que seguramente tendrá consecuencias beneficiosas para los xalapeños y los habitantes de esa culta ciudad.
Se le ocurrió dar el primer paso del esperado plan de movilidad para una población que sufre todo el día y todos los días por el inefable tráfico que hiende las vidas, reduce los ánimos y cuesta tiempo y esfuerzo (y sangre y sudor y lágrimas).
Establecida como una ciudad insólita en las laderas de varios cerros, hecha de lado entre subidas y cañadas, la antigua ciudad nahua fue diseñada para el tránsito de tamemes primero y de carretas después, cuando se convirtió en un centro comercial importante de la Colonia.
Pero a nadie se le ocurrió que tendría que soportar el paso diario de más de cien mil vehículos de todos colores, sonidos, humos y sabores.
Ir de un lado a otro es una aventura digna de un moderno Ulises motorizado.
Y a todo eso hay que sumar los años de abulia en que no se hicieron las vialidades debidas, y también las corruptelas que permitieron que se construyeran calles angostas en lugar de avenidas amplias, para que los fraccionadores pudieran aprovechar al máximo los terrenos, que se venden a precio de oro por su escasez.
Y cuando hablo de años de abulia me remonto hasta el gobernador Antonio M. Quirasco (1956-1962), que hizo la Avenida 20 de Noviembre con el mismo cemento que aún siguen pisando y terminando de demoler los pesados camiones de carga y los autobuses urbanos y los automóviles incontables que pasan y pasan y pasan, a vuelta de rueda y a fuerza de claxonazos.
Bueno, pues esa Xalapa, enferma de hipercolesterolemia, taponada en sus vías, en sus venas, acaba de recibir su primer cateterismo con la medida original y eficiente de convertir la mayor parte de los cruceros del centro en pasos 1×1, y con ella la remoción de los añosos semáforos que sólo hacían más lenta y tortuosa la vialidad.
Se la jugó el alcalde Hipólito y acudió al civismo de los conductores xalapeños para que cedieran el paso a los vehículos que vienen en la otra calle y después pasaran ellos.
Esta medida está cumpliendo las funciones de un stent en las venas, que permite el flujo de autos, en este caso, y además significa para el Ayuntamiento un ahorro en la energía que consumían los semáforos.
Muchas veces hay soluciones sencillas que no vemos frente a nuestros ojos, ya sea por la costumbre o por el miedo a la innovación. Ésta del 1×1 universal en el centro de Xalapa ha sido una de ellas.
Valdría la pena que lo fueran pensando para la ciudad de Veracruz, aunque sean de otro partido…
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