Por Yamiri Rodríguez Madrid
Este 2020 pasará a los archivos de la historia como uno de los capítulos más tristes. Casi 6 mil 200 veracruzanos se fueron este año a consecuencia del Covid19 y, ante la noticia de una nueva cepa de la enfermedad, mucho más agresiva, mucho más contagiosa, la esperanza de que la vacuna fuera la luz al final del obscuro túnel, se desvanece.
Muchos esta noche tal vez tendrán la oportunidad de tener una cena caliente y abundante sobre sus mesas; un árbol frondoso, oloroso y decorado, lleno de regalos, que servirá de adorno para las fotografías navideñas y de fin de año; pero en más de 50 mil hogares de este estado difícilmente se podrá servir un pollo, pues fueron despedidos, cerraron sus negocios, porque el confinamiento terminó ahorcándolos financieramente.
La triste estampa de Veracruz no es solo suya, se repite en prácticamente todo el país. Hay quienes esta Nochebuena la pasarán en cama, intentando recuperarse de esta enfermedad; otros más, afuera de un hospital, orando porque su ser querido sea dado de alta.
Hoy, es innegable, hay mayor desigualdad en Veracruz y en México; hay más desilusión, desesperanza, por eso, cada uno de nosotros debemos ser empáticos con el prójimo, solidarios si está en la medida de nuestras posibilidades. Este no es un año para presumir, para restregar en las redes sociales lo afortunados que somos, aunque así lo sea. Deben ser tiempos de introspección, de mucha fe, pero principalmente de agradecer que aún estamos vivos, luchando.
Hay que cuidarse, aunque suena a comercial, aunque sea repetitivo, pata que el ejército de doctores, enfermeras y demás personal médico, pueda tener una tregua, pues ellos han sido los héroes en esta interminable batalla. A ellas y ellos muchas gracias.
Hagamos una pausa también de las diferencias políticas, ideológicas, religiosas y centrémonos en lo importante: la unidad como veracruzanos y mexicanos para salir adelante. Si queremos una feliz navidad en el 2021, empecemos hoy por hacerlo posible.
@YamiriRodríguez
