“Una prensa libre e independiente, herramienta crucial en sociedades democráticas”: embajadora de Noruega , Ragnhild Imerslund

*Escrito por Julieta Regina León Marín .

 

03.05.2025 /Cimac Noticias/ Ciudad de México.– En marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa, y con el objetivo de garantizar un entorno seguro para ejercer el periodismo, la organización Artículo 19 en colaboración con la embajada de Noruega en México, encabezaron el encuentro Libertad de expresión, derechos digitales y acceso a la información en México con el fin de promover y proteger el derecho a la libertad de expresión, así como el resguardo de la libertad de prensa.

Al evento acudieron grandes íconos de la libertad de expresión en materia del ejercicio periodístico, como: la ex relatora oficial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Catalina Botero, así como el ex relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), David Kaye, al igual que la directora del Instituto de Protección de Defensores de los Derechos Humanos de Sinaloa, Jhenny Judith Bernal Arellano y la periodista Carmen Aristegui como mediadora.

Dando inicio al evento y en apoyo a los medios de comunicación y periodistas independientes, la embajadora de Noruega en México, Ragnhild Imerslund, reconoció lo arriesgado que es ejercer el periodismo en un país como México, pero también recalcó lo importante de esta labor para la defensa de los Derechos Humanos de la sociedad en general.

 “Una prensa libre e independiente es una de las herramientas más cruciales en nuestras sociedades democráticas, pero además juega un papel esencial en la investigación de abusos de poder y violación de Derechos Humanos y en un país como México, es peligroso”. – Embajadora de Noruega

Continuando con el recinto, la participación de cada exponente fue abocada a su campo como especialistas, permitiendo ampliar el panorama que recrudecer la labor periodística en un país como México, acentuando como la libertad de expresión como derecho fundamental aun es un derecho inestable y no conquistado.

En palabras del ex relator especial de la ONU, David Kaye; la situación que viven los periodistas actualmente no sólo sigue igual que en 2017, periodo en que fue titular de relatoría espacial de la ONU, sino que esta ha empeorado considerablemente en materia de manipulación de información, espionaje y ataques a periodistas.

 “Los periodistas no son responsables del problema que está presente, sino que, más bien, se trata de que los funcionarios del gobierno, los políticos ya dilucidaron cual es nuestro talón de Aquiles”. – David Kaye

De igual forma, el ex relator abordo el proyecto de decreto de la Ley en materia de Telecomunicaciones y Radiodifusiones que propuso la actual presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, la cual ya es apodada como la “Ley censura”, que ha causado revuelo por su composición que pone en tela de juicio la libertad de expresión, en donde el artículo 109 establece la posibilidad del bloqueo temporal de plataformas digitales por “incumplimiento de normativas”.

A lo que, David Kaye se pronunció ante esta ley como una herramienta a favor del gobierno que les da “un inmenso poder sin ninguna restricción”

“La ley afecta esta posibilidad de presentar la información, porque si estamos en un país en donde la ley está en manos de un gobierno que busca utilizar la desinformación y las campañas para sí mismo, va a aprovechar la ley y la va a utilizar para tratar de atacar a los periodistas”. – David Kaye

Por otra parte, la ex relatora oficial para la libertad de expresión de la CIDH, Catalina Botero, mencionó dos vertientes de la problemática que azota a los periodistas en el ejercicio de su profesión; siendo las amenazas directas a instituciones de protección de periodistas la primera de ellas y concluyendo con los discursos oficiales emitidos hacia el ejercicio periodístico.

“Hoy, cada tres semanas en México, demandan o denuncian a un periodista por hacer su trabajo, a través de demandas civiles o de denuncias penales o de recursos de amparo”. – Catalina Botero

“Tenemos que encontrar un lenguaje sencillo, fácil, accesible para persuadir a la gente sobre las razones por las cuales cuando la libertad (de expresión) de un periodista está en juego su libertad (de expresión) está en juego y sus derechos políticos están en juego”. – Catalina Botero

En relación a su preparación profesional, Catalina Botero compartió su postura en cuanto a las elecciones que serán llevadas a cabo el próximo 1ero de junio, en donde el poder judicial será sometido a votación popular, denotando las posibles problemáticas a las que el país se puede enfrentar y por las cuales está en contra de esta iniciativa.

“Lo que está pasando es realmente grave mucha gente no quiere verlo, mucha gente no entiende la realidad, pero están transitando un camino que puede ser irreversible y que puede ser dramático, y que a México después le puede costar décadas reconstruir”. – Catalina Botero

En primera instancia, resaltó que la negación de autonomía al poder judicial puede traer consigo la centralización del poder en un solo partido político, fracturando así la democracia del país y con ello la libertad de expresión, ya que gracias a la prensa se ha logrado desmantelar grandes casos de corrupción dentro del gobierno.

Además, reconoció que el problema que enfrenta el país en cuanto al narcotráfico puede alterar la elección de la ciudadanía, poniendo al frente, de manera consciente o inconsciente, a personas ligadas con células delictivas.

“Nadie sabe por quién van a votar, nadie sabe cómo es el operativo a votación (…) yo creo, por la experiencia que tengo en el trabajo con jueces y fiscales a nivel internacional, que eso es un mal presagio de lo que puede pasar (…) el poder judicial es la última barrera de defensa de los derechos humanos, sin eso no es posible que la prensa siga ejerciendo sus funciones”. – Catalina Botero.

A lo que Jhenny Judith Bernal Arellano, directora del Instituto de protección de Defensores de los Derechos Humanos de Sinaloa, agregó, que el desafío más grande a superar es “recobrar la confianza de la sociedad”.

“Si se afecta la libertad de expresión, si se afecta a quienes promueven la libertad de expresión, nuestros defensores de derechos humanos, nuestros periodistas estamos en un serio riesgo de que la democracia se termine y que realmente el régimen cambie”. – Jhenny Bernal<

El evento culmino con un mensaje de las hermanas, las hijas y las compañeras de periodistas, reporteras y reporteros que han sido asesinados o desaparecidos en México por ejercer su profesión en beneficio del pueblo.

“Nosotras no queremos estar en estos espacios más que para exigir justicia, los crímenes siguen impunes, puede haber avances, pero no queremos que ninguna de estas historias se vuelva a repetir en México”.

Violencia contra mujeres periodistas

La violencia que enfrentan las periodistas por ejercer su derecho a la libertad de expresión se recrudece con la violencia que viven por el hecho de ser mujeres, entendiendo por esta violencia, cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado como en el público.

De acuerdo a la información emanada Por el Diagnóstico sobre mujeres periodistas en situación de desplazamiento forzado interno en México y de las obligaciones del Estado en materia de atención, prevención y protección “Dejar todo” (CIMAC, 2022); las periodistas enfrentan distintos tipos y modalidades de violencia, entre las cuales se encuentran:

  • Violencia física en la redacción y sobre el terreno, así como, amenazas digitales, incluyendo la violencia feminicida.
  • Violencia sexual: Agresiones sexuales, tocamientos y acoso tanto es sus espacios laborales como en línea y sobre el terreno.
  • Amenazas de muerte y violación
  • Violencia digital, entre la que destaca el acoso, el troleo y el uso de imágenes íntimas sin consentimiento
  • Privación de la libertad por ejercer su derecho a la libertad de expresión
  • Desplazamiento forzado

Por su parte, la investigación #MediosSinViolencia, cuyo objetivo fue analizar los protocolos de atención a la violencia de género contra mujeres periodistas en medios de comunicación, en la que se examinaron 95 medios de 14 países de América Latina y el Caribe, reveló en Comunicación para la igualdad (Unesco, 2024) que:

  1. De 108 respuestas recibidas, en 96 se registraron experiencias de violencia.
  2. El 57 por ciento de los medios no tienen protocolos de género
  3. Sobre los ámbitos (modalidades) en los que sucedió la violencia, el 48 por ciento se dio en el ámbito físico principal de trabajo (redacciones, estudios); el 27 por ciento en entornos digitales (redes sociales, correos electrónicos); el 15 por ciento en la combinación de ambos espacios y el 9.5 por ciento el ámbitos laborales expandidos (coberturas, viajes)
  4. Respecto a las formas de violencia (tipos) el 65 por ciento vivió violencia psicológica, el 28 por ciento violencia sexual (se habla específicamente de acoso), el 12.5 por ciento violencia física y el 5 por ciento violencia económica
  5. Sólo el 28 por ciento realizó denuncias
  6. En el 41.5 por ciento de los casos hubo represalias contra las personas que denunciaron: fueron despedidas, amenazadas, se les recortó trabajo y/o se les pidió la renuncia.
  7. Con relación a los agresores off line, en el 49 por ciento de los casos provino de personas con cargos jerárquicos superiores, el 27 por ciento de colegas con igual rango y en 9 por ciento de varones con poder e influencia externos a los medios.
  8. Sobre los agresores on line, el 31 por ciento era parte del sector gubernamental y político, el 22 por ciento de un medio periodístico y el 15 por ciento de sectores antigénero (en algunos casos también vinculados a la política)
  9. En el 54.5 por ciento de estos casos los agresores no fueron sancionados.

A pesar de dicha evidencia, hoy en día se sigue minimizando la violencia que se ejerce contra las periodistas asumiendo, que son víctimas propiciatorias, o que son gajes del oficio, con lo cual se invisibilizan las especificidades de sus experiencias por su condición de género. Asimismo, son insuficientes las estrategias y acciones gubernamentales para garantizar a las periodistas su derecho a una vida libre de violencia y a la libertad de expresión.