“UNIDAS” el proyecto por los derechos de las trabajadoras textiles, del hogar, agrarias y digitales.

*Escrito por Arantza Díaz.

31.03.2025 /CimacNoticias.com/ Ciudad de México.- Cuatro organizaciones civiles han lanzado el proyecto UNIDAS, una red nacional de mujeres trabajadoras que pretende promover los derechos, documentar y exponer las asimetrías del mercado laboral, particularmente, sobre 4 sectores: Agrícola, maquila textil, trabajo doméstico y trabajo en plataformas digitales.

UNIDAS nace como una primera respuesta para evidenciar que, en México, las mujeres trabajadoras enfrentan una serie de obstáculos que no les permite acceder a sus derechos laborales, a salarios dignos y a trabajar desde la formalidad gozando de todas las garantías que ello conlleva como un seguro médico o vacaciones de ley.

Impulsada por Fundación Avina, ProDESC, Oxfam México y Ethos Innovación en Políticas Públicas, Patricia Carmona, gerente de Fundación Avina, sostuvo que, en nuestro país, más de la mitad de la población trabaja en la informalidad, lo que implica desprotección social, especialmente, para las mujeres, siendo algunas de las causas más esenciales la falta de políticas laborales, las desigualdades estructurales y la sobrecarga de cuidados.

En 2024, solo el 45.9% de las mujeres en edad de trabajar participaron en el mercado laboral, mientras que entre los hombres la cifra fue mucho mayor: 8 de cada 10 están ocupados. Además, el 55.6% de las mujeres ocupadas lo hace en condiciones de informalidad, mientras que en los hombres la cifra es del 53.6%. La brecha salarial también persiste: por cada 100 pesos que gana un hombre en el sector formal, una mujer percibe solo 85, y, en el sector informal, la disparidad es aún mayor, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad.
En México las trabajadoras agrícolas, del hogar, de las maquiladoras textiles y de plataformas digitales enfrentan un recrudecimiento de la violencia, no sólo laboral, sino también, de una vulnerabilidad constante.

Fuente: Pexels
  • Sector agrícola: El 90% de las personas trabajadoras en el campo no cuenta con contrato formal (Instituto Nacional de Desarrollo Social, 2020; ENOE, 2024), y el 86.6% carece de seguridad social (CONEVAL, 2024).
  • Trabajo del hogar: El 96% carece de un contrato escrito y el 71.3% no recibe prestaciones laborales (ENOE, 2024).
  • Industria de la indumentaria: El 52% del personal trabaja sin seguridad social (Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, 2022).
  • Plataformas digitales: Actualmente, ninguna trabajadora de plataformas cuenta con un contrato que le reconozca como trabajadora con acceso a seguridad social y prestaciones. Sin embargo, la reciente reforma en este sector beneficiará a alrededor de 100 mil trabajadoras.

Y si bien UNIDAS ha reconocido la reforma para regular el trabajo en plataformas digitales, priorizar a las mujeres jornaleras y tener presente la creación de un Sistema Nacional de Cuidados, resulta fundamental ampliar estos esfuerzos para atender a este brazo laboral donde las mujeres representan la mayoría de la fuerza obrera. Y la única manera de construir una mejor vereda para todas es a través de la producción de estadísticas que den en el clavo sobre en dónde las políticas públicas le están fallando a las mujeres.

A través de herramientas de investigación y divulgación, se considerarán las necesidades prioritarias de estos 4 sectores y se pretende construir una alianza general a nivel nacional; la organización de las trabajadoras de estos sectores será clave para exigir trabajo digno, seguridad social, salarios, corresponsabilidad de cuidados y por supuesto, libres de violencia.

Sobre este último apunte relacionado a la violencia, se recuerda la altísima incidencia de hostigamiento y acoso sexual que viven las mujeres que se desempeñan en las plataformas digitales como conductoras o repartidoras. En añadidura, también se nombra el desentendimiento de estas empresas para garantizar espacios seguros e incluso, desentenderse de los crímenes cometidos bajo su esquema, como el feminicidio de la conductora Karla Patricia, asesinada a principios del 2025.

«La diversidad de las experiencias de las mujeres trabajadoras es nuestra mayor fortaleza. UNIDAS es parte de la respuesta a esta realidad que los colectivos de mujeres organizadas políticamente que han visibilizado las injusticias y problemáticas que enfrentan y buscan cambiar las relaciones de poder que normalizan la precariedad en la vida y el trabajo”, aseguró Valeria Berumen, oficial de Comunicación Estratégica de ProDESC.

Esta ofensiva por evidenciar las violencias estructurales y abonar al gobierno en turno a construir políticas públicas con una verdadera vida útil, también es un intento de contener la precarización y la violencia en la vejez de las mujeres quienes, al llegar a esta etapa de la vida, lo hacen sin ninguna pensión, seguridad social, sin autonomía y sin un hogar propio, lo que las vuelve dependientes de otras personas quienes, en una gran proporción, se convierten en agresoras físicas y psicológicas de las adultas mayores. De hecho, en nuestro país, 7 de cada 10 adultas mayores dependen económicamente de un tercero; 4 de cada 10 siguen realizando trabajo de cuidados con sus nietas y nietos, sin embargo, al menos 2 de cada 10 viven violencia emocional, patrimonial o física en sus casas.

En México, solo 2 de cada 10 mujeres mayores, 25.4 por ciento, reciben ingresos por pensión contributiva, es decir, una remuneración exclusiva para quienes laboraron en el sector formal y que contaron con seguridad social, mientras que en el caso de los hombres mayores este ingreso lo adquieren 4 de cada 10, 41.5 por ciento, apuntó la académica del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la Universidad Autónoma de México (UNAM), Isalia Nava Bolaños.

Fuente: CIMAC

Ahora bien, ¿qué pretende alcanzar esta red nacional de mujeres? Según sostiene su manifiesto, son 6 ejes fundamentales en los que pretenden incidir:

  1. Garantizar el acceso a la seguridad social para todas las trabajadoras, independientemente del sector en el que laboren.
  2. Reconocimiento legal de nuestras condiciones laborales y aplicación efectiva de las reformas laborales en cada sector.
  3. Salarios justos y equitativos, que cierren la brecha de desigualdad económica entre hombres y mujeres.
  4. Políticas que reconozcan, redistribuyan y retribuyan de manera justa el trabajo de cuidados, que realizamos de manera remunerada y no remunerada.
  5. Condiciones laborales dignas, sin discriminación y sin violencia, libres de acoso, hostigamiento y explotación.
  6. Participación activa de las trabajadoras en la toma de decisiones que afectan sus derechos laborales.

«La creación de UNIDAS representa un acto de resistencia, organización y lucha colectiva. Somos mujeres trabajadoras que nos reconocemos como sujetas de derecho y que, juntas, vamos a transformar la realidad laboral en México. Porque el trabajo digno no es un privilegio, sino un derecho humano. Porque el futuro del trabajo debe ser con justicia, equidad y protección para todas» (UNIDAS)

Finalmente, y en aras de dimensionar el impacto que puede producir una iniciativa como UNIDAS, Cimacnoticias conversó con Mónica Corona, directora de Inclusión y Desarrollo Sostenible de Ethos Innovación en Políticas Públicas. El primer punto de este proyecto es entender sus particularidades y para ello, Corona enlista 3 apuntes: Generación de evidencia: producir la información necesaria para visibilizar las barreras estructurales que impiden a las trabajadoras acceder a condiciones de trabajo digno; fortalecimiento del poder colectivo: colaborar con trabajadoras, así como con defensoras de derechos humanos laborales y colectivas para contribuir a potenciar sus capacidades mediante el acompañamiento organizativo, el desarrollo de habilidades de incidencia y comunicación, y la creación de vínculos. Finalmente, la transformación de narrativas, generación de alianzas y de espacios para el diálogo que pretende incidir en la agenda pública por medio del posicionamiento de la defensa de los derechos laborales de las mujeres trabajadoras como tema clave para sostener economías justas.

¿Su trabajo se enfocará únicamente en la creación de estadísticas?: Como parte de nuestras actividades de generación de evidencia, realizaremos investigación participativa en cada uno de los cuatro sectores. A partir de las principales preocupaciones de las trabajadoras, generaremos análisis y recomendaciones de políticas públicas para atender las barreras estructurales a las que se enfrentan. Es decir, más que “crear estadísticas”, nuestro trabajo consistirá en recopilar y analizar los datos disponibles y, en aquellos casos donde la información sea insuficiente, impulsar a las autoridades para que asuman la responsabilidad de generar esos datos.

Las investigaciones serán presentadas y difundidas públicamente en formato de policy briefs. A lo largo de este y el próximo año, iremos presentando los estudios para cada sector, explica Mónica Corona.

A sabiendas de que el salto entre las proyecciones y la acción política es un trabajo complejo que requiere de voluntad, recurso y una articulación interinstitucional, la representante de Ethos sostiene que UNIDAS lanzará sus recomendaciones de política pública y serán presentadas a las autoridades responsables de garantizar un trabajo digno para las trabajadoras, asimismo, en el radar se pretende laborar con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, el Instituto Mexicano del Seguro Social, la Secretaría de Agricultura y la Secretaría de las Mujeres, órganos federales con quienes ya han sostenido las primeras reuniones y, en sus palabras, muestran una gran apertura al proyecto. Asimismo, se sabe que otros agentes internacionales están presentes en UNIDAS, entre los que destaca la Organización Internacional del Trabajo.

¿Realizarán talleres de promoción de derechos en todo el país? ¿Recopilarán datos para promover políticas públicas eficaces?: Dentro de nuestro segundo eje de trabajo, realizaremos acciones de fortalecimiento de capacidades para las colectivas que forman parte de UNIDAS. Buscamos potenciar sus habilidades de incidencia y comunicación, brindándoles herramientas para promover la agenda de trabajo digno desde sus propias organizaciones.

Las colectivas se encuentran en distintos estados del país, por lo que algunas capacitaciones podrían ser presenciales en sus comunidades, otras en la Ciudad de México y algunas en línea, según lo que resulte más conveniente para ellas, concluye Mónica Corona.

¿Y qué pasaría si las mujeres se incluyeran al mercado laboral formal?: Una ventaja para México

De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), México necesita incluir a 18.6 millones de mujeres a la economía para alcanzar la participación de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE); sin embargo, de hacerlo podría incrementar el PIB nacional en 6.9 millones de pesos durante la próxima década.

En el marco del Día Internacional de la Mujer 2025, el IMCO calculó el beneficio económico si México alcanzara la participación económica promedio de las mujeres en los países de la OCDE. Como resultado, se encontraron dos escenarios que permiten medir el impacto de alcanzar la meta.

El primero proyecta cómo se vería afectada la económica mexicana en 2035 de continuar la tendencia de excluir la participación económica de las mujeres; mientras que el segundo, muestra los avances que se tendrían si México alcanzara a los países de la OCDE en un menor periodo.

Si el país opta por esta última opción, en 2035 el PIB podría ser de 2.7% mayor a comparación del primer escenario, además el valor económico del trabajo de las mujeres aumentaría 35% pasando de 3 billones de pesos a 4.1 billones de pesos.

A nivel estatal, el IMCO calcula que, Chiapas y Tabasco tendrían que aumentar más que el doble a su población de mujeres económicamente activas y Ciudad de México o Colima tendrán que hacerlo a un 40%, debido a que actualmente Baja California Sur, Colima y Ciudad de México registran una participación económica cercana a 60%, en Chiapas o Tabasco esta cifra se ubica por debajo de 40%.

La principal conclusión sobre las acciones a tomar a nivel estatal es que las entidades con la menor participación económica de mujeres son las que beneficiarían en mayor medida de incluirlas.

Por ejemplo, con la cooperación de Ciudad de México y Querétaro, donde hay mayor tasa de participación económica femenina, el PIB estatal de 2035 aumentaría entre 2% y 4%, en comparación con la tendencia actual.

Por ello, si México mantiene vigente la tendencia de exclusión de mujeres en el sector laboral formal y no erradica las asimetrías estructurales como el cuidado y la feminización de las pobrezas, el país podría enfrentar un proceso de estancamiento económico; continuará sin oportunidades de crecimiento, innovación y desarrollo donde, cada año, se volverá más complejo alcanzar el objetivo de un crecimiento importante en el Producto Interno Bruto dejándolo al fondo de la lista de los países de la OCDE.