Usted no sabe quien soy yo: La dura realidad de un liderazgo mal entendido.

/ Por Johanna Gómez /

Hoy en día, la frase “Usted no sabe quién soy yo” se ha vuelto un símbolo de un poder mal entendido, no es solo una expresión arrogante; es un reflejo de una crisis profunda en cómo percibimos el liderazgo.

En lugar de inspirar y guiar, muchos líderes han caído en la trampa de confundir su autoridad con el derecho a manipular, controlar y oprimir.

El liderazgo que sofoca

Cuando un líder siente la necesidad de recordarle a otros su posición o su poder, es porque algo anda mal, el control, la manipulación y la opresión son herramientas de aquellos que han perdido la conexión verdadera con su equipo.

Estos líderes se ven a sí mismos como figuras dominantes, exigiendo obediencia sin cuestionamientos y usando tácticas intimidatorias para mantener su estatus.

Decir “Usted no sabe quién soy yo” no es más que la voz del ego hablando, una advertencia de que su poder no debe ser cuestionado.

Pero, ¿es eso realmente liderazgo? En lugar de demostrar grandeza, esta frase revela inseguridad y la necesidad constante de reafirmar un liderazgo que, en el fondo, es frágil y vacío.

El poder de liderar con humildad

Un verdadero líder no necesita recordar a nadie quién es. Si eres un verdadero líder, no se lo tienes que recordar a nadie, tus acciones hablan por ti.

La grandeza de un líder no está en su capacidad de controlar a otros, sino en cómo eleva y apoya a su equipo.

El liderazgo auténtico se basa en el servicio, en poner las necesidades del equipo por encima de las propias y en crear un ambiente donde cada miembro se sienta valorado y empoderado.

En lugar de recurrir a frases que intimidan, un verdadero líder inspira confianza y respeto a través de su ejemplo, su dedicación y su capacidad de servir.

Liderar no se trata de imponer, sino de guiar con el corazón.

Una crisis global de liderazgo

La confusión sobre lo que significa ser un líder no es un problema aislado; es una crisis que afecta a nivel global, demasiados líderes en el mundo se aferran a ideas obsoletas de poder y control, olvidando la verdadera esencia del liderazgo. Esta crisis se refleja en políticas opresivas, ambientes laborales tóxicos y en la creciente desconfianza hacia las figuras de autoridad.

Para superar esta crisis, es esencial que redefinamos el liderazgo como un acto de servicio y no de dominación.

Los líderes del futuro deben ser aquellos que entienden que su autoridad no se mide por cuánto pueden controlar, sino por la influencia positiva que ejercen en las vidas de quienes los rodean.

En un mundo que enfrenta una crisis de liderazgo, debemos abrazar un modelo basado en el respeto, la empatía y el servicio genuino.

Es hora de dejar atrás las viejas ideas de control y manipulación, y liderar con el corazón.

===Hoy tenemos dos ejemplos visibles con Andrés López y Alejandro Moreno de lo que no debe ser un líder auténtico y recurren al uso y a uso del poder y ejercicio de la fuerza para imponer reglas q solo abonan a un acto autoritario y antidemocráticos desmedido. Cada uno en sus niveles, hacen lo mismo.

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