Veintisiete mil guardias nacionales aparentemente trabajan para Trump

Eduardo Ruiz-Healy

Escribí ayer que en marzo “se cometieron 2 mil 616 homicidios dolosos, 13.5% más que en febrero y 7.9% más que en marzo de 2019”.

También comenté que en el mes pasado el número de robos disminuyó en casi todas sus modalidades debido a que las personas están recluidas en sus casas y los comercios están cerrados, lo que dificulta mucho el actuar de los criminales.

Lo que no señalé es que en el primer trimestre de 2020 se cometieron 3.2% más delitos que en el primer trimestre del año pasado. Si la población crece 1.4% anual, la delincuencia aumenta casi 2.3 veces más rápidamente.

La estrategia del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para combatir el delito no está funcionando ni funcionará mientras apele a los buenos sentimientos de los delincuentes y no aplique contra ellos toda la fuerza del Estado.

Hace unos días, cuando se le pidió opinar sobre el hecho de que diversos cárteles estén repartiendo alimentos a los habitantes de diversas poblaciones, se limitó a decir: “Eso no ayuda (…) Ayuda el que dejen sus malandronadas. Ayuda el que le tengan amor al prójimo. Ayuda que no le hagan daño a nadie. Ayuda que no se sigan enfrentando y sacrificando. Ayuda que piensen en sus familias, sobre todo en sus madres, en el sufrimiento que les provoca. Ayuda que piensen en el sufrimiento de las madres y familiares de las víctimas”.

Este exhorto seguramente cayó en oídos sordos porque los narcos, asesinos, secuestradores y ladrones no tienen madre y, cuando la tienen, muchas veces esta es su cómplice, como probablemente lo fue y sigue siendo la señora a la que saludó cordialmente durante un viaje reciente a Sinaloa.

Desde el inicio de su gobierno, Andrés Manuel prometió que con la creación de la Guardia Nacional (GN) se iba a atacar exitosamente a la delincuencia para que esta dejara de ser un problema que afecta la vida y patrimonio de millones de personas.

No ha sido así porque la GN es más mito que realidad. Del total de sus integrantes, 62 mil 767 son soldados y marinos a quienes se les cambió el uniforme o, a falta de eso, se les proveyó de un brazalete que los identifica como miembros de la GN. Otros 18 mil 955 son expolicías federales. Finalmente hay 21 mil 170 nuevos reclutas (13 mil de ellos que antes eran militares), de los cuales 12 mil 832 están siendo aún entrenados.

En resumen, de acuerdo con estos datos, solo 8 mil 338 individuos eran civiles antes de incorporarse a la GN.

Para empeorar las cosas, 27 mil integrantes de la GN aparentemente trabajan para el gobierno de los Estados Unidos, a juzgar por lo que ayer tuiteó Donald Trump: “Hoy firmaré mi Orden Ejecutiva que prohíbe la inmigración a nuestro país. Mientras tanto, incluso sin esta orden, nuestra frontera sur, ayudada sustancialmente por las 170 millas del nuevo muro fronterizo y 27 mil soldados mexicanos, es muy estrecha, ¡incluso para el tráfico de personas!”.

El gringo puede afirmar lo que tuiteó porque sabe que a AMLO no le queda de otra más que cooperar, porque si este decidiera enviar a esos 27 mil a combatir a los delincuentes, EEUU fijaría aranceles a las exportaciones mexicanas, lo que empeoraría la de por sí grave situación económica que vive el país.

Qué ironía: La delincuencia avanza y Trump presume que casi 30 mil soldados mexicanos trabajan para él.

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