HORA LIBRE
Álvaro Belin Andrade.
Todo pareciera una noticia falsa que se hizo circular en redes sociales, pero rápidamente activó las alertas de los habitantes de la capital veracruzana, sin que hubiera habido un mentís por parte del gobierno veracruzano: en el velódromo de Xalapa, habilitado como uno de los seis sitios que servirán como Centros de Atención Médica Extendida de Covid-19 (CAME-19), se recibirán pacientes de las ciudades más afectadas por la pandemia, como Veracruz y Coatzacoalcos.
Pese a que Xalapa, según las cifras oficiales, apenas acumulaba 100 casos positivos de Covid-19 hasta el sábado 6 de junio, era extraño que el gobernador Cuitláhuac García hubiera acudido a supervisar el avance en la habilitación del elefante blanco construido por Javier Duarte para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2014, y al mismo tiempo declarara que no se había rebasado la capacidad instalada de los centros sanitarios habilitados para ello.
Acaso sin la mínima solidaridad (o con exceso de miedo), los xalapeños prácticamente dieron el grito en el cielo cuando extraoficialmente supieron que seríamos la capital de la pandemia. Según un texto hecho circular en Facebook, por no ser un centro turístico, atraería los casos atendidos en los puertos de Veracruz y Coatzacoalcos, que según sí tienen turismo.
Lo contradictorio es que apenas un día antes, el 5 de junio, en Coatzacoalcos, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez había señalado que el hospital materno-infantil (habilitado como CAME19) no entraría en funciones hasta que las camas para pacientes con coronavirus del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de la Secretaría de Salud de Veracruz fueran insuficientes.
Si, como dijo en una visita al Instituto Tecnológico de Coatzacoalcos, la infraestructura hospitalaria en esa ciudad que recibió al presidente Andrés Manuel López Obrador en su tan criticada gira en medio de la pandemia, es suficiente para los niveles actuales de la pandemia, ¿por qué pensar en movilizar desde tan lejos a enfermos con Covid-19 hasta Xalapa, encareciendo la operación sanitaria de emergencia.
“En los hospitales de aquí [Coatzacoalcos] se abrieron áreas exclusivas y aún no se saturan, cuando ésas se saturan iniciamos con los CAE que están acá, ahí está uno en el materno infantil y la parte que Sedena va a administrar que son alrededor de 20 camas Covid y 30 de cuidados intensivos”.
Falso o no, la posibilidad de importar pacientes de Covid-19 de otras ciudades hacia Xalapa significaría, primero, que las cifras oficiales no son ciertas y en realidad están saturados los hospitales regionales enfocados en atender la pandemia y, para colmo, también los que fueron habilitados exprofeso (CAME19), por lo que, pese a que en Xalapa, oficialmente, no es tan grave la situación, tendría que ofrecer el espacio del velódromo.
Ello, de ser cierto, está angustiando a muchos xalapeños enterados de la posibilidad, porque hasta acá no solo se movilizarían los afectados directos sino también los indirectos, es decir, los familiares que buscarían estar cerca de sus enfermos; los servicios funerarios para el traslado de los cuerpos de aquellos que fallezcan por este mortal coronavirus; la movilización de ambulancias, autos particulares, servicios fúnebres, personal médico, en un área que no cuenta con estacionamiento siquiera, y que podría congestionar la entrada de Xalapa desde Coatepec.
Por fortuna, todavía podemos catalogarla como una noticia falsa.
La fórmula psicomágica de Sedarpa: abatir el hambre urbana a costa de los productores rurales
Como para corroborar la enorme lucidez de los funcionarios del gobierno veracruzano, baste leer las declaraciones de Liliana Ramos Rivera, directora de Agronegocios de la Sedarpa, a quien se le ha ocurrido el negocio de su vida para apaciguar el hambre de miles de paisanos que la están pasando muy mal con el Covid-19.
No se trata de un programa de gobierno orientado a dotar de alimentos a los necesitados, lo que podría ser el sello de una administración cuyo lema más repetido es “primero los pobres”; tampoco, a respaldar a productores agropecuarios para que sus productos puedan llegar a los necesitados de la ciudad de manera directa y, por ende, a precios más bajos.
Nada de eso. La ferviente admiradora del Papa Francisco y del couch de autoayuda Alejandro Jorodowsky, busca que los productores traigan a las ciudades los productos que quedan en sus huertas, sea porque ya maduraron o porque son desechadas por los intermediarios, para entregarlas a los bancos de alimentos o directamente a quienes lo necesiten.
En recientes declaraciones a la prensa, la ingeniera en producción industrial por el Instituto Tecnológico de Veracruz (ITV) hizo énfasis en Xalapa porque, según datos del Consejo Nacional de Población (Conapo), es una de las ciudades con mayor pobreza humana en el país.
Las frutas y verduras que se les quedan a los productores en las huertas, sea por su tamaño o porque alcanzaron cierto grado máximo de maduración, según ha señalado a medios la ingeniera, pueden recolectarse y entregarse a familias de escasos recursos para su alimentación.
Explicó que hay frutas y verduras que se echan a perder en las mismas fincas, porque los productores no encontraron un lugar donde venderlas. “Por ejemplo, les quiero pedir a los productores de mango que lo que no salga a venta porque es mango chiquito lo donen a bancos de alimentos, no porque sea mala calidad, sino porque es pequeño, que no haya desperdicio”.
Y no suena mal. Ramos Rivera invocó unos supuestos estudios de estadística según los cuales la cantidad de alimentos que se va al desperdicio sería suficiente para dar de comer a las personas que no tienen recursos para comprar en los mercados.
“Hemos encontrado gente que nos dice que lleva hasta dos días sin comer, es increíble, eso no puede estar pasando. Es una cadena de consumidor-productor y dar a los bancos de alimentos la producción que no se vende en el mercado y darle a las familias”, dijo.
Lo que no parece entender la ingeniera, cuyo espíritu humanista es digna de encomio, es que tanto la recolección como el transporte y distribución de los productos que quedan tirados en las huertas y sembradíos tiene un costo muy alto.
Mi padre, que se dedicó a la producción de plátanos en San Rafael, veía con desolación cómo quedaban bajo las matas toneladas de plátano, que él debía cortar con sus propias manos y las de mis hermanos para que volviera a haber producción, y dejarlos como alimento para insectos y animales salvajes, porque el precio no alcanzaba ni para pagar a los cortadores.
Por supuesto, no solo le daba tristeza dejarlos a que se echaran a perder en los corredores de su platanal sin ganar un quinto, luego de invertir en fumigación, abonos y limpieza, todo lo cual significaba recursos materiales y trabajo, sino porque nadie iba a disfrutarlos.
Si, como plantea la imaginativa funcionaria de la 4T local, los productores tuvieran para transportar su producción a las ciudades (esquivando a los abusivos policías de tránsito, con suerte para no quedar varados por alguna descompostura en un hipotético medio de carga de que dispusieran, con suficiente dinero para combustible), ya no para regalar sino para vender a precios muy bajos sus productos, sin el temor de ser literalmente asaltados por inspectores de comercio de los ayuntamientos, créanme que ya lo harían hace décadas.
Porque tontos no son, y no están esperando a una iluminada por la psicomagia del artista chileno naturalizado francés o por el humanismo del papa argentino. Simplemente, hace años que no cuentan con apoyos reales de los gobiernos de toda laya, más preocupados por obtener sus votos que por impulsar programas de desarrollo rural, y cuando hay recursos, todos se quedan en manos de funcionarios, empleados y agrupaciones campesinas convertidas en organizaciones parasociales controladas por los partidos políticos.
¡Ánimo, Liliana! Su idea es buena, pero no le transfiera una responsabilidad más a productores que ya están sufriendo no haber podido comercializar toda su producción como para que todavía deban llevarla a regalar a las ciudades, sin ningún apoyo de nadie.
Polvo de gis
Sigue la matanza en Tierra Blanca… Todavía no resuelve la Fiscalía General el entramado tras la matanza ocurrida durante la transmisión por redes sociales de un recital la noche del 29 de mayo en Tierra Blanca, en que resultó muerto Francisco Navarrete Serna, propietario de El Sol de Tierra Blanca y presunto líder del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) cuando ya debe añadir el expediente por el homicidio de su hijo Francisco Navarrete Abraham. Según la nota periodística de la colega Verónica Huerta, “el joven estaba a bordo de una camioneta Toyota color arena, estacionado a un lado de la carretera federal Tinaja-Ciudad Alemán, frente a la refaccionaria “Quicos”, cuando un grupo de hombres armados comenzaron a dispararle”. Hay que recordar que este joven fue detenido, junto con su padre y un colaborador, por elementos de la Fiscalía General del Estado en 2016, luego de que fueron señalados como presuntos responsables de la desaparición forzada de cinco jóvenes originarios de Playa Vicente enero del año 2016. La venganza sigue…
“No fuera la mamá del Chapo”… A Andrés Manuel López Obrador no le fue todo lo bien que deseaba en su gira por Veracruz; el sábado pasado, a su llegada al municipio de Coatzcoalcos, López Obrador ignoró las peticiones de las madres de las víctimas de la masacre del bar El Caballo Blanco, ocurrido el 27 de agosto de 2019 en ese municipio y que dejó un saldo de 32 personas fallecidas. En algunos videos que circulan en redes sociales, se observa el arribo del mandatario a bordo de su camioneta mientras un grupo de mujeres, madres de las víctimas, intentan detener el vehículo para entregarle sus peticiones. Pero la camioneta no se detiene, hecho que fue sumamente criticado e incluso, comparado con lo sucedido el 29 de marzo de este año en Badiraguato, Sinaloa, cuando López Obrador saludó a la mamá del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán e incluso le dijo que ya había recibido su carta. A las mujeres veracruzanas que no son madres de delincuentes sino de víctimas del crimen organizado les hizo ¡fuchi caca!
De carón a bocón… El legislador local por Los Tuxtlas, Juan Javier Gómez Cazarín, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso y la gran estrella de Morena según algunos de sus admiradores, ha dado declaraciones que ni los priistas más caricaturescos hicieron en su momento para alabar los dichos (que no las acciones) del presidente en turno. Este domingo mandó a medios de comunicación un boletín en que, según su muy limitado criterio, con la sola presencia del omnipresente “por fin vemos el final de la marginación, la pobreza, el rezago y el abandono institucional”. Algún libro de historia y otro de sociología, ya que la economía es más difícil, debiera leer el exvendedor de autos para no hacer el ridículo, con eso de que “cada acción anunciada en esta gira del Ejecutivo federal se traduce en importantes inversiones en proceso que detonarán la economía regional, las oportunidades laborales y el desarrollo individual de la población”. A ver si dentro de cuatro años sigue diciendo estas pavadas, una vez que observe la desolación heredada. Para penitente no se estudia.
Frases sin disfraces
“La tristeza es causada por la inteligencia. Cuanto más entiendes ciertas cosas, más desearías no comprenderlas”. Charles Bukowski
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