/ Yamiri Rodríguez Madrid /
Hace unos días estuve en la ciudad de Querétaro y llamó mi atención que, al entrar a un espacio público, había montada una exposición, sencilla, pero poderosa, en la que, con una foto y una breve semblanza, se destacaba el papel de varias mujeres del estado, de todas las edades y de diversas disciplinas.
No se requirió de una inversión millonaria para poder realizarla; simplemente de voluntad para hacer el listado, contactarlas, tomarles la foto y redactarles las semblanzas. Aquí ni eso puede o quiere hacer el inservible Instituto Veracruzano de las Mujeres (IVM) que lleva cinco años navegando de a muertito, pero cobrando puntual y costando varios millones de pesos al erario público.
Veracruzanas de valía hay muchas, en todos los ámbitos, pero pocas veces se hacen acciones como la anteriormente mencionada, para que sus historias sean compartidas con muchas más personas. Por ejemplo, el Congreso Local ha entregado premios y reconocimientos ha muchas mujeres por sus aportaciones. La más reciente, por cierto, fue la medalla Heberto Castillo otorgada a Vianey del Rocío Torres Pelayo, investigadora de la Facultad de Biología, de la Universidad Veracruzana (UV). La profesora, oriunda de San Rafael, tiene larga trayectoria científica que la ha llevado a registrar dos patentes y una tercera que tiene en proceso en colaboración con otros investigadores, además de que ha publicado 15 artículos en revistas indexadas, el libro Neurotoxicom capsaicina sobre las respuestas térmicas nociceptivas, realizó en Inglaterra una estancia de investigación y otra en el Instituto Politécnico Nacional.
¿Por qué, si tenemos tantos parques, tantos callejones, tantos espacios donde a diario pasan miles de veracruzanos, no son ocupados con contenidos que sirvan y dejen un impacto? Hacer virales los rostros de esas veracruzanas valiosas es un buen tema para comenzar y uno para que el Instituto se ponga a hacer algo, aunque sea por vergüenza, en los 14 meses que aún les quedan.
@YamiriRodriguez
