/ Carla Humphrey / INE /
La violencia política contra las mujeres de acuerdo con Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia es “Cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado como en el público”. En este sentido, este tipo de violencia se manifiesta de múltiples formas.
Un ejemplo de esto lo constituye la “violencia digital” que, al igual que otro tipo de violencias como la violencia física, psicológica, patrimonial, económica, sexual, o cualquier otra, es una forma de coerción, de abuso o agresión con la finalidad de limitar o constreñir la vida de las mujeres para seguir preservando los privilegios del género masculino, lo que provoca desigualdad, vulnera los derechos fundamentales de las mujeres consagrados en nuestra Constitución Política e irrumpe un Estado de Derecho.
Este tipo de violencia adquiere, con el uso de la tecnología, nuevas formas de sexismo y misoginia en línea, las cuales pueden salir del ciberespacio para convertirse en agresiones físicas contra las mujeres. El ciberacoso es una forma de violencia digital que implica el uso intencional de las TIC´s para humillar, molestar, atacar, amenazar, denostar, ofender o insultar a una persona.
Para comprender la gravedad del problema el INEGI reportó en un levantamiento efectuado entre el 2 de agosto y el 30 de septiembre de 2021 a través del Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA) a personas de 12 años y más que usan internet en cualquier dispositivo, que la población usuaria que fue víctima de ciberacoso aumentó de 21% en 2020 a 21.7%, es decir, 17.7 millones de personas que usaron internet fueron víctimas de esta terrible situación.
De este último universo es de destacar que el mayor porcentaje de ciberacoso se concentra en las mujeres; 22.8% por 20.6% de los hombres; 9.7 millones por 8 millones, respectivamente. Asimismo, el grueso de mujeres que son víctimas de este tipo de violencia se concentra en mujeres en un rango de edad de 20 a 29 años (30.1%), aunque le sigue muy de cerca las mujeres que se ubican en un rango de 12 a 19 años (29.9%).
Ahora bien, si analizamos la mayor prevalencia de ciberacoso por entidad federativa tenemos que las entidades de Michoacán (28.8%), Guerrero (26.8%), y Oaxaca (26.8%) son los que registran los más altos indicadores para ambos sexos. Para el caso de las mujeres que vivieron ciberacoso por entidad federativa destacan los estados de Tabasco (28.9%), Campeche (28.8%), y Michoacán (28.2%) con los puntajes más altos.
Finalmente, el INEGI muestra las principales situaciones que las mujeres viven en torno al ciberacoso, destacando el contacto mediante identidades falsas (36.7%), seguido de mensajes ofensivos (32.9%), insinuaciones o propuestas sexuales (32.3%), y envío de contenido sexual (32.1%). No obstante, el INEGI identifica al menos otros rubros tales como: provocaciones para reaccionar de forma negativa, críticas por apariencia o clase social, rastreo de cuentas o sitios web, llamadas ofensivas, suplantación de identidad, amenazas con publicar información personal, publicación de fotos o videos, y publicación o venta de imágenes o videos de contenido sexual.
Estos datos por demás preocupantes nos permiten ver que la incorporación de la “violencia digital” en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia será un referente, sin duda alguna, para abatir y erradicar esta terrible situación que padece nuestra sociedad y, en especial, las mujeres.
También fue reformado el Código Penal Federal para tipificar, por ejemplo, el delito de violación a la intimidad sexual en la búsqueda de terminar con extorsiones, maltratos materiales y psicológicos que sufren las mujeres.
Es necesario que los gobiernos en sus distintos niveles, las instituciones del Estado mexicano y las organizaciones de la sociedad civil unamos esfuerzos para erradicar este fenómeno y con ello, poder atender las propuestas presentadas en el Foro para la Gobernanza de Internet, señaladas por la Relatora Especial sobre la Violencia contra las Mujeres de las Naciones Unidas en su informe sobre violencia digital de 2018.