Violencia digital es un tema de mujeres; ellas son el 80% de las víctimas.

* Escrito por Arantza Díaz .

28.11.2024 /CimacNoticias.com/ Ciudad de México.- El 80 por ciento de las víctimas de violencia digital y acoso, son mujeres quienes, en añadidura, se enfrentan a la normalización de este fenómeno bajo la creencia que es la forma como funciona la política y que, para vencer en estos terrenos, se debe ser indoblegable, todo ello, a costillas de la vulnerabilidad, amedrentación, sexualización y amenazas latente de feminicidio, lo cual fue señalado en el conversatorio Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género en la esfera digital llevado a cabo en el Instituto Nacional Electoral (INE), en el marco de los 16 días de activismo por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

La Consejera y presidenta de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación, Claudia Zavala Pérez, convocó a implementar una metodología de análisis de la violencia digital a nivel regional.

Acompañada por las titulares de la Unidad Técnica de Igualdad de Género y No Discriminación del INE, Flor Dessiré León Hernández y de la Coordinación de Asuntos Internacionales, Marisa Arlene Cabral Porchas, Zavala llamó a hacer un análisis para encontrar las causas de las mujeres candidatas que han renunciado a competir por un cargo de elección popular.

Entre las exponentes estuvieron Marcela Ríos Tobar, directora para América Latina y el Caribe de IDEA Internacional; la presidenta Nacional de la Colectiva 50+1, Claudia Corichi; Claudia Zavala titular de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación, y finalmente, las titulares de la Unidad Técnica de Igualdad de Género y No Discriminación del INE, Flor Dessiré León Hernández y de la Coordinación de Asuntos Internacionales, Marisa Arlene Cabral Porchas.

Los primeros puntos donde se abrió el diálogo fueron, precisamente, la normalización; circunstancia enfatizada por Marcela Ríos.

«Hay una fuerte minimización, cuando las mujeres hacen público o se llegan a quejar de que viven discriminación u hostigamiento, tiende a haber un entorno poco receptivo. Se plantea en general que estás exagerando, existe el discurso de que la política se hace sin llorar y que una no puede avanzar por la vida reclamando» (Marcela Ríos)

Otro de los ejes prioritarios atravesados en el conversatorio fue el rol de género y la falta de redes de apoyo en las mujeres que ejercen la política. Se nombraron algunos escenarios para reconocer la diferenciación en razón de género, como por ejemplo, cuando las mujeres maternan en autonomía y el acoso gira alrededor de sus hijas e hijos, asimismo, la revictimización entre sus colegas. Esto termina mermando el desempeño laboral de las mujeres; sin el respaldo de su bancada, ni un espacio seguro para ellas y sus hijas e hijos, la posibilidad de que abandonen su cargo es mayor que la de sus congéneres.

Esto último, resulta una materia preocupante, pues luego de décadas y décadas de lucha para consolidar una participación política paritaria, todo apunta a que el terreno de la política mantiene una línea hostil y profundamente misógina; los intentos por expulsar a las mujeres de la toma de decisión son incisivos, aún, teniendo a una mujer como presidenta.
Claudia Corichi abonó en esta línea:

«Quienes hemos vivido esta violencia digital tenemos consecuencias en lo laboral, en lo afectivo, en lo familiar. Fui senadora y diputada y en mi estado, Zacatecas, era una agresión permanente en contra de las mujeres y por razones que no tenían nada qué ver (…) me pegaban porque no estaba casada, decían que era lesbiana o que me acostaba con todo el mundo. Son adjetivos, si tenemos sobrepeso o si adelgazamos, son cosas que generalmente no se le critican a un hombre y para nosotras es un constante golpeteo.»

En un breve repaso, se debe nombrar cuando Sheinbaum, a sólo 15 días de ascender como titular del poder ejecutivo fue objeto de burlas por un comediante quien la nombró «ama de casa» o cuando un caricaturista de cartones políticos la dibujó con una correa al cuello y andando a gatas.

Este mismo caricaturista manipuló la imagen de la senadora Andrea Chávez y colocó su rostro sobre el cuerpo de una actriz de pornografía; es conocido también referirse a otras mujeres como Luisa Alcalde como «la putona del bienestar» y aunque estas acciones constituyeran una fehaciente violencia digital, su trabajo fue respaldado y apoyado por otros congéneres de oposición y caricaturistas del medio.

Claudia Corichi advirtió que existe un puente muy pequeño entre la violencia digital y la violencia en el plano real, durante su participación, nombró el caso de Diego N, quien alteró las fotografías de sus compañeras en el Instituto Politécnico Nacional y también, el Caso Pelicot. Paralelamente, atajó que hay que poder nombrar las cosas con todas sus letras y los agresores que amedrentan, amenazan y sexualizan bajo el escudo digital, son potenciales abusadores y feminicidas.

Durante la conferencia, se compartieron las siguientes cifras a nivel regional:

  1. 9 millones de mexicanas han vivido violencia digital
  2. Las amenazas y comentarios ofensivos reiterados se dan en whatsapp y messenger
  3. El 27% de las agresiones están enfocadas en el desprecio de las habilidades políticas de la mujer
  4. El 24% están relacionadas a su aspecto y tienen por causa última la ridiculización

¿Y qué se está haciendo a nivel regional? Sólo 12 países tienen una legislación específica en materia de violencia digital.

«No vamos a poder combatir la violencia política de género si no lo hacemos de manera sistémica con acciones, no sólo preventivas o legales, se debe garantizar el acceso efectivo a la justicia, proteger la seguridad, frenar la difusión no consentida de información y mejorar la recopilación de datos»

Marcela Ríos expresó, de manera ahínca, la necesidad de que los países arranquen con una recopilación de datos sobre qué está pasando con la violencia en razón de género en el plano digital, porque hasta hoy, no existe un panorama general a nivel regional que permita saber en dónde nos encontramos y qué países hispanoamericanos y caribeños enfrentan este fenómeno con mayor incidencia.

A esta petición, Claudia Zavala reafirmó su compromiso por comenzar a producir información, crear análisis, combatir las causas y poner manos a la obra.

¿México cuenta con datos de violencia política en razón de género en el plano digital? Desde 2021, el Instituto Nacional Electoral ha documentado el número de agresiones políticas en razón de género y recientemente, lanzó el Registro Nacional de Personas Sancionadas (RNPS), un mecanismo que permite identificar a agresores y agresoras que han ejercido hostigamiento verbal, simbólico, psicológico, emocional o sexual.

De acuerdo con el RNPS, se han documentado 458 casos de violencia política en razón de género; 325 corresponden a hombres y 85 a mujeres.

Si bien esta información resulta prioritaria para saber si la escala digital incrementa o decrementa en un lapso de tiempo, este registro no contempla el plano digital, cuáles son las principales aplicaciones donde se gesta el hostigamiento y cuáles son las sanciones a seguir.

Violencia digital y mediática del diálogo

En la mesa participaron ponentes de diversas instituciones, entre ellas, Marcela Ríos Tobar, de IDEA Internacional; la periodista y activista feminista mexicana, Sara Lovera López; la Defensora de derechos humanos y activista feminista, Lulú V. Carrera, así como la periodista feminista y defensora de los derechos humanos de las mujeres, Cirenia Celestino Ortega.

«Las mujeres en la política, efectivamente, ha habido muchos avances, pero la política sigue siendo no amigable para las mujeres, somos algo así como las invitadas a una fiesta donde no fuimos invitadas; somos intrusas. Las mujeres pasan por la política, los hombres hacen política, una frase que tiene vigencia y expresa realidad; los hombres dicen que estamos de relleno (…) el problema es que hay una violencia que no cuestiona las ideas de las mujeres, las cuestiona a ellas»

La clave primaria que se nombró en esta mesa es: No se ataca el mensaje, se ataca a la mensajera y esto deviene, en esencia, lo que representa una verdadera política democrática.

En su participación, la periodista Sara Lovera hiló la violencia digital a un síntoma sistémica que lleva por nombre, patriarcado. Para la periodista, estos ataques están englobados en las violencias que las mujeres han denunciado históricamente.

Lulú V. Carrera aportó a esta conversación la manera en que, progresivamente, las mujeres se han abierto cancha en la participación política a nivel regional, sin embargo, la violencia digital no da tregua, por el contrario, se desarrolla y encuentra nuevas maneras de lanzarse en contra de las mujeres. Carrera compartió que, en conjunto con la Organización de Estados Americanos con la Comisión Interamericana, ha desarrollado un programa para acompañar a mujeres que buscan un cargo popular, los principales hallazgos son:

  • Hay un aumento en los ataques digitales y obstaculizan condiciones de igualdad en la política; las mujeres no desean dedicar su energía y sus recursos para salir a la esfera pública.
  • Las mujeres tienen que desplegar muchos recursos para hacerle frente a la violencia; libran una lucha por defenderse y también, hacen lo posible por ser electas en sus comunidades, lo que aumenta la carga de trabajo.
  • Las campañas políticas de las mujeres requieren el doble de recursos para gestarse con éxito

Los usuarios de redes sociales son los principales agresores, congéneres de otros partidos políticos -o incluso del mismo- y finalmente, periodistas.

Sobre esta última línea, Cimacnoticias consultó el registro de agresiones del INE y empata, precisamente, con los hallazgos de Lulú Carrera, pues en nuestro país, el mapa de agresores está compuesto por los siguientes agentes: Presidenta o presidente municipal (19.76%); regidora o regidor (13.66%); periodistas y medios de comunicación (10%) y finalmente, otros servidores públicos (4.39%)

Al cierre, Cirenia Celestino, periodista feminista y defensora en Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) atajó que, a pesar del avance de paridad, los embates del sexismo continúan vigentes y nos alcanzan desde la ridiculización, los estereotipos, la exclusión mediática y la nula perspectiva de género en los medios de comunicación.

«Logramos la paridad, pero tardaremos 67 años en lograr la igualdad en los medios de comunicación. Lo legal quedó, pero aún no la transformación cultural que pasará necesariamente por los medios de comunicación los monitoreos de medios nos refieren un dato muy importante y por eso las mujeres que trabajamos en CIMAC, producimos noticias que cuestionan dos veces más los estereotipos y abordan dos veces más la violencia (…) Desde ahí nuestro interés en poner énfasis en el rol protagónico de las mujeres periodistas»

Cirenia Celestino enriqueció la participación de Lulú Carrera apuntando a una circunstancia álgida y sumamente recrudecida en el sexenio anterior, donde los principales agresores, no sólo provenían desde el espacio civil o legislativo, sino también, desde el Poder Ejecutivo y su estrecha relación con el hostigamiento, el acoso y la representación estereotipada de las mujeres.

La periodista compartió que, desde CIMAC, que se monitoreó que López Obrador fue la principal fuente de información, -a pesar de tener dos candidatas ya en campaña-, entonces, este tipo de plataformas han sido tierra de cultivo para amenazar e inhibir la participación de las mujeres. Los espacios de comunicación también son territorios de poder donde, no hay verdad oculta, en apuntar que abunda el pacto patriarcal, la colusión y el encubrimiento.

«No son sólo medios, es una estructura de gobierno, de poder y violencia que refuerza el estereotipo de que las mujeres no deben estar en la tribuna pública, apartándola de ese espacio y predominando la voz masculina sin ningún cuestionamiento», citando la Plataforma de Beijing, hay que suprimir la proyección constante de imágenes negativas y degradantes de la mujer en los medios de comunicación sean electrónicos impresos visuales o sonoros y también, elaborar directrices profesionales códigos de conducta y otros mecanismos para la autorregulación de fomentar una imagen equilibrada y no estereotipada de las mujeres en los medios alentar a los medios de difusión a que se abstengan de presentar a la mujer como un ser inferior o de explotarla como un objeto sexual o bien de consumo fomentar la idea de que los estereotipos sexistas.

¿Qué más se requiere para implementar una cultura de la denuncia y cuáles son las buenas prácticas? A manera de cierre, Cirenia Celestino en conjunto con Marcela Río y Zaira Medina del INE, ratificaron las acciones concretas que el Estado debe comenzar a ejercer, articular y discutir si las brechas realmente quieren comenzar a zanjarse:

  • Incrementar la confianza en las instituciones
  • Cero impunidad y cero repetición
  • Nombrar el político violentómetro reconociendo que la violencia escala y trasmuta desde el espacio digital hacia otros territorios
  • Destinar presupuesto; sino tiene presupuesto y recurso, entonces, no es prioridad
  • Proteger a las mujeres durante todo el proceso electoral
  • Seguir discutiendo y nombrando este fenómeno social que, anualmente, se retroalimenta y es urgente no dar ningún paso hacia atrás
  • Que no existan más mecanismos individuales; mecanismos civiles e institucionales, sino que exista una homologación que luche por el trabajo conjunto, la información transparente y sean timón para saber hacia dónde vamos