+Estados Unidos también se vería seriamente perjudicado.
*Ha planteado imponer un impuesto del 25 % sobre todos los productos importados desde nuestro país y Canadá.
20.01.2025.- Donald Trump asume nuevamente la presidencia de Estados Unidos de América (EUA) hoy 20 de enero, y con ello crece la expectativa sobre si impondrá sus polémicas órdenes ejecutivas que incluyen el incremento de aranceles a productos provenientes de México, Canadá y China, como lo ha reiterado en diversas ocasiones.
El presidente electo del país estadunidense ha planteado imponer un impuesto del 25 % sobre todos los productos importados desde México y Canadá que ingresen a Estados Unidos, además de un arancel adicional del 10 % a aquellos provenientes de China.
Trump ha asegurado que estas medidas buscan proteger la economía estadunidense y nivelar los acuerdos comerciales, los cuales ha calificado como desfavorables para su nación. El magnate también ha vinculado estas políticas comerciales con su postura frente al aumento de la migración ilegal, a la que responsabiliza de un supuesto incremento en el crimen y el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
Si las propuestas se llevan a cabo tendrán consecuencias desfavorables para México, aseguró Lila Ilianova Sánchez Carbajal, de la Facultad de Economía de la UNAM.
“Estados Unidos compra el 80 % de las exportaciones de México, es su principal socio comercial, por lo que un incremento en los aranceles implicaría diversas consecuencias, por ejemplo, un aumento de los costos de las empresas, mayor desempleo por disminución de la producción, reducción de nuevas inversiones, etcétera”, indicó.
El pasado 14 de enero Donald Trump notificó a través de Truth Social, la red social de la cual es inversionista, que creará el departamento Servicio de Impuestos Externos, para cobrar aranceles, derechos y otros ingresos provenientes de fuentes extranjeras, bajo amenaza, “a quienes ganan dinero con nosotros en el comercio, para que paguen su parte justa”. Aseguró que su creación será hoy 20 de enero, día en el que toma posesión de su segundo mandato.
Orientación hacia el exterior
Sánchez Carbajal refirió que México tiene una economía que está orientada al exterior, el país depende de las exportaciones para crecer y éstas se dirigen mayoritariamente a Estados Unidos.
Además “el aumento no sólo sería para las empresas, sino también se verían afectados los consumidores, por el incremento de los precios, lo que podría generar inflación y una consecuente pérdida de dinamismo de diversos sectores, ya que éstos se encuentran entrelazados; por ende, si hay un alza en los aranceles de un sector, se vería reflejada en otros, como un efecto dominó”, mencionó Sánchez Carbajal.
A su vez, Jorge Cardiel Herrera, de la Facultad de Contaduría y Administración, aseguró que la discusión está orientada sobre todo a la comunicación política, a la retórica, y se centra mucho en estos escándalos de las declaraciones que ha hecho Donald Trump y podría ser que solamente se trate de generar ruido con el propósito de tener resonancia y consolidar el apoyo de sus seguidores.
Sin embargo, también habría que ver cuando llegue al poder nuevamente qué implementación habrá, cuáles de las medidas que ha estado declarando se realizarán y, de ser así, las consecuencias graves y bastante tangibles; quizá pasaríamos a hablar de un alto costo humano y sistémico.
Un ejemplo puntual de las consecuencias, indicó Sánchez Carbajal, es el sector automotriz en el Bajío. Si se imponen los aranceles habría aumento de costos, disminución de la producción, incremento de desempleo, el cual se traduce en que las personas que laboran en dicho sector no tendrán recursos para comprar en el mercado local –ropa, por ejemplo–, entonces se traslada el efecto al mercado textil, disminuye la producción y el empleo en este otro sector, y entonces se van generando reacciones en cadena en todos los sectores de la economía.
El principal sector afectado, subraya la docente, es la industria maquiladora manufacturera de exportación (como la textil y la agroindustrial), porque está vinculado directamente con la exportación.
No obstante, recalca que el país más perjudicado sería Estados Unidos, porque muchos de los bienes que se consumen ahí se producen a lo largo del mundo, no sólo en una nación, por lo que, afirmó Sánchez Carbajal, su propuesta no es viable, ya que no se pueden detener las cadenas globales de producción.
Estados Unidos tiene muchas personas migrantes en su mercado laboral; el 20 % son latinos y de ese porcentaje el 10 % son de origen mexicano. Si deportan a todos los latinos, el principal problema para enfrentar la demanda laboral es que las condiciones de los migrantes son precarias, con salarios bajos y nulas o escasas prestaciones, por lo que recontratar a personas implicaría un aumento abrupto en el costo de las empresas, pues se tendría que pagar salarios acorde con la reproducción de la vida del país americano”, sostuvo Sánchez Carbajal.
Por ende, afirmó la docente, es complejo que pueda suplirse la mano de obra mexicana por la cantidad y también por la calidad. Recalcó, además, que el propio Estados Unidos no tiene los bienes y servicios que necesita para subsistir, por tanto, la amenaza carece de viabilidad, aunque Trump sostenga que aplicará dichos aumentos en los aranceles.
Sánchez Carbajal añadió que tampoco es viable su discurso de regresar toda la industria a Estados Unidos ni de mejorar rápidamente las condiciones de la calidad de vida de los estadunidenses por estas medidas; lo hace como una manera discursiva.
Cardiel Herrera precisó que en caso de que se apliquen sus medidas de deportación o arancelarias el gobierno mexicano podría buscar diversificar sus mercados y fortalecer nuevas alianzas comerciales, que también nos permitiría reducir esta dependencia que se ha tenido históricamente hacia Estados Unidos.
La académica recuerda que el mundo ya vive una guerra arancelaria al menos desde 2017; sin embargo, un incremento generaría también tensiones en las relaciones diplomáticas y comerciales entre las naciones involucradas, pues buscarán defender sus sectores primordiales.
“La amenaza va encaminada a contener la migración, ya que Trump decía que si no se frenaba pondría aranceles e iba a terminar el tratado más importante de ese entonces: el de Libre Comercio de América del Norte, y ahora el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), pero esta ocasión ha sido más insistente respecto a la alza de los aranceles”, dijo Sánchez Carbajal.
Declaraciones polémicas
Desde su primera campaña presidencial, Trump se ha caracterizado por emitir declaraciones controversiales que han sacudido la estructura política de Estados Unidos y del planeta.
A decir de la docente Sánchez Carbajal, Trump tiende a lo polémico, “sus dichos buscan generar disturbios o confrontaciones; por ende, todo lo que enuncia es para lograr un objetivo más acorde con sus propósitos”.
Por ejemplo, no tiene la intención de cambiar el nombre del Golfo de México, tampoco de deportar masivamente a las personas ni de aumentar aranceles, sino de generar tensión para que haya medidas en torno a lo que él necesita.
Sin embargo, especifica Sánchez Carbajal, la idea de Trump es que las industrias estadunidenses, diseminadas a lo largo del mundo, regresen a este país, ya que éste ha perdido dinamismo en el sector productivo, manufacturero e industrial –por la globalización–, bajo el eslogan de “hacer grande a América otra vez”.
Para Cardiel Herrera este momento es de completa incertidumbre. Se ha visto ya en el periodo anterior, cuando Trump fue presidente, que algunas de sus propuestas sí las llevó a cabo, pero ahora tendríamos que considerar que no hay certeza, es decir, “hasta que llegue sabremos que hará y considero que es importante prever nuestro plan de reacción en caso de que sí realice algunas de estas medidas”.
Reacción
Las amenazas de Trump han provocado la reacción del gobierno mexicano con la demostración de la importancia de la integración entre las naciones y el mantenimiento de la cooperación en materia de seguridad, control de la migración y fortalecimiento al combate del contrabando.
“La actual administración necesita una política industrial activa y conocer cómo México se inserta en las cadenas globales de producción; además de efectuar medidas que reviertan la dependencia con Estados Unidos mediante una mayor participación de las empresas locales, la generación de ciencia y tecnología, y la vinculación con la academia, para aumentar la innovación tecnológica que permeé en el sector productivo”, señaló Sánchez Carbajal.
Asimismo advirtió que es difícil romper la dependencia económica, “y no es que un gobierno pueda hacerlo rápidamente, pero sí puede iniciar el proceso para que vaya disminuyendo, consolidando una estructura productiva interna fuerte, así como mejorando las condiciones de vida de la población, a fin de que haya un mercado interno fuerte que pueda absorber lo que hoy en día exportamos”.
La universitaria enfatiza que México tiene la capacidad de negociar sobre la base de dos países que se necesitan mutuamente y no desde la dependencia ni la sumisión. Somos una economía fuerte en tamaño, en la que tenemos diversificados ciertos sectores, y una mano de obra joven, entre otras características.