ALMA GRANDE.
Por Ángel Álvaro Peña.
En este momento los periodistas bajo el Mecanismo de Protección para Periodistas no saben si es mejor tenerla o rechazarla, por grande que sea el peligro que corren.
En lugar de que el Mecanismo cuide a los protegidos, éstos deben estar atentos a varias circunstancias para que funcione su protección, es como tener un hijo menor de edad cuidando a los comunicadores.
La estructura del sexenio anterior sigue siendo la misma, cambiaron a Aarón Mastache para enviarlo a Conagua, y a su sucesor le ha dado por tomar como cuestiones personales toda crítica al Mecanismo y está al acecho, en espera de cobrar venganza contra los comunicadores a quienes adopta como enemigos a muerte, porque distraerse en aplicar o dejar de aplicar uno de los engranes de ese Mecanismo puede tener consecuencias fatales para quienes se acogen a este tipo de protección.
Ahora el Mecanismo está a cargo de Jorge Ruiz, quien no busca quién se la debe sino quién se la paga, porque considera a estas oficinas propias y en un permanente acoso para desestabilizar la protección están de por medio las vidas de los protegidos.
Un ejemplo no muy lejano es que cuando se le ocurre a Jorge Ruiz que puede dejar sin protección a cualquier comunicador, éste debe ampararse y ganar una serie de juicios para recuperar dicha protección, y ya que la ley le da la razón, empiezan las venganzas.
Aquí el problema es que no todos los comunicadores tienen posibilidades para ampararse y quienes no se defienden quedan desprotegidos y son sacrificados por sus enemigos a causa de negligencia y malos manejos.
Pareciera como si no importara el destino de los periodistas y, por si fuera poco, otorga a la concesionaria la facilidad de cobrar mucho por baja o nula calidad del trabajo. Más allá de la prepotencia que identifica a la Junta de Gobierno, está la falta de transparencia de la empresa descentralizada Servicio de Protección Federal, que encabeza el expanista, Manuel Espino Barrientos, que ni idea tiene de su responsabilidad, por andar en la grilla.
Esta empresa mantiene sobreprecios por servicios deficientes que cobran como si fueran de lujo. Es aquí donde empiezan los vicios que pareciera tratarse de una venganza contra el periodista acogido a la protección.
Servicio de Protección Federal, concesionaria del Mecanismo a partir de esta administración, antes se dedicaba únicamente al resguardo de edificios de gobierno, cumplió 12 años en esa labor. Cuando desapareció la Policía Federal, extendió su servicio de escoltas, cobrando al Mecanismo éste y otros servicios, convirtiendo a los contratistas en cómplices que no cumplen, ni mínimamente, por la calidad que cobran.
RCU Sistemas, empresa particular, proporciona mejor servicio y renueva la flotilla de vehículos anualmente. Servicio de Protección Federal, descentralizada del gobierno, también trabaja para el Mecanismo, pero con carros en mal estado, de modelos atrasados, cobra la misma cantidad, pero con pésima calidad. Tal parece que hubiera protegidos de primera y de segunda.
Será necesario que se investigue a fondo este tipo de servicios de mala calidad. La dependencia encargada de la vida de los periodistas amenazados no puede jugar con su existencia.
Los vehículos que operan las escoltas carecen de mantenimiento a tal grado que se descomponen en carreteras, haciendo más vulnerable la situación de los comunicadores acogidos a este beneficio. La arrendadora contratada por Servicio de Protección Federal, Van Car Rental no envía otro en su lugar, con un auto sustituto, como marca la ley y la lógica, simplemente abandona a su suerte al periodista que debe salir del problema por su propia cuenta y riesgo.
La arrendadora contratada por Servicio de Protección Federal, llamada Van Car Rental, de calidad patito, no ofrece buen servicio, por lo que el personal de protección queda simplemente desprotegido.
Es decir, forman parte de una misma delincuencia autorizada de la que protegen a los periodistas. Son la cara de la misma moneda disfrazados de funcionarios públicos. Con estos vicios dentro de los tentáculos del propio Mecanismo poco se puede hacer para proteger la integridad.
La idea del Mecanismo es buena y probablemente la intención de la secretaría, pero no conocer las mañas de esta dependencia, los muestra como mercaderes de la muerte y no como quienes prevén un incidente fatal.
El Mecanismo se vuelve selectivo, pero también opaco. Tiene una función específica, pero no la cumple debido a los intereses que se interponen entre la buena voluntad de proteger y la permanente agresión contra comunicadores.
Los integrantes de la Junta de Gobierno, incluyendo a su presidente, Jorge Ruiz, consideran que le hacen un favor al periodista, cuando en realidad es un derecho ante el riesgo que corre esta profesión y es su obligación de cumplir los objetivos para los que fue creado Mecanismo.
El Mecanismo debe funcionar para proteger, es una oficina de prevención que evite muertes y desgracias a un gremio que en todo momento trabaja y en cada trabajo arriesga su vida. PEGA Y CORRE. – La violencia electoral continúa como nunca en el país. Ahora fue sacrificado a balazos Abel Murrieta Gutiérrez, candidato por Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Cajeme, Sonora, mientras repartía volantes para su campaña…
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