Sin tacto .
/ Por Sergio González Levet /
Y Xóchitl llegó a Veracruz. Platicó con los jarochos, bromeó con ellos, se rio mucho y bailó La Bamba.
Fueron cientos, miles los que se acercaron a escucharla, a vitorearla, a saludarla, a tomarse la foto. De entre todos los que estuvieron en sus reuniones solamente hubo un acarreado, un muchacho de unos 15, 16 años, que fue llevado casi a rastras por su mamá al evento de Xalapa y que estuvo con cara de refunfuño hasta que la senadora llegó a la tarima y empezó a hablar.
Pudimos ver cómo se le iluminó la cara al chamaco cuando escucho que Xóchitl dijo que “era una chingona” y de ahí le mantuvo la atención, esperando que dijera otra palabrota y celebrando con sonrisas cuando las decía. Pero entre risa y risa, puso su atención en esa señora que parece ama de casa de las de antes y resulta que no, que es una mujer inteligente, empresaria, entrona, exitosa, y le dejó sus palabras en algún rincón de la mente cuando dijo que la juventud necesita prepararse más, aprender inglés, otros idiomas, computación, código, matemáticas para competir en el mercado y pasar de ganar 2 mil pesos como telefonista a ganar 50 mil pesos al mes en el INEGI como ingeniera certificada en sistemas computacionales.
Llegó Xóchitl a Veracruz y no tuvo más que agradecimiento por la calidez de este pueblo que le dijo que también está con ella, con su anhelo de que las cosas sean mejores para los mexicanos, y que haya paz y ventura para todos.
Y también por ensalmo surgieron los xochilistas de viejo cuño aunque recientes, los que contaban anécdotas de hace muchos años, cuando la saludaron alguna vez, cuando estuvieron a su lado, cuando el primo de un vecino platicó con ella en un evento…
Pero resulta que la candidata del milagro ciudadano, la precursora de la voz del pueblo, tiene amigos de antiguo en estas tierras, que se aprestaron a estar con ella como lo hicieron antes. Anoto aquí al doctor Ramón González Ortiz, que fue un eficiente titular de la Oficina para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas cuando Xóchitl se hizo cargo de ésta con el presidente Vicente Fox. Con toda discreción, el antiguo colaborador le puso en las manos la información sobre todo lo que se hizo en su tiempo para los pueblos marginados de Veracruz.
Amigos de Xóchitl también igualmente cercanos son los senadores panistas veracruzanos, Julen Rementería, coordinador de la bancada blanquiazul a la que ella pertenece y a quien le echó flores que en otros tiempos se hubieran considerado futuristas. Junto a ella muy amigable igualmente la senadora Indira Rosales, y el diputado local Miguel Hermida. Ah, y Juan Bueno Torio, su compañero de Gabinete con Fox.
Con esos amigos entrañables de Xóchitl se ha empezado a conformar el bloque de quienes empezarán a ser solicitados en pos de una recomendación, de un acercamiento con la señora, solamente por si las dudas… o más bien por tantas muestras de que va a ganar.
Qué le vamos a hacer si así es la naturaleza humana.
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