Y así quiere ser alcalde de Xalapa

HORA LIBRE

Álvaro Belin Andrade

Solo debía caminar unos pasos para ir de su negocio a la oficina de la Presidencia Municipal. Todos los signos apuntaban a que sería uno de los más factibles candidatos de Morena a alcalde de Xalapa. Pero se le cruzó el Covid-19…

Me refiero al empresario Antonio Ballesteros Grayeb, propietario en la región de la franquicia La Parroquia de Veracruz, quien tomó la decisión de despedir (bajo el señuelo de la pandemia) a 60 trabajadores de un solo golpe, sin darles un solo apoyo para aguantar la emergencia, mientras que a los 60 restantes deben cubrir horarios de 12 horas sin recibir a cambio pago de horas extra.

El empresario xalapeño hace tiempo que camina tras la estrella de Belén. Respaldado por el actual director general de Aduanas, Ricardo Ahued Bardahuil, y por un grupo de empresarios xalapeños que le ven tamaños para ser el candidato que necesita Morena en la elección municipal del próximo año, cuando enfrentará la enorme decepción que ha significado el gobierno de Hipólito Rodríguez, Ballesteros Grayeb ha mostrado su faceta autoritaria y su total desinterés por los derechos laborales.

Ya se imaginan los empleados municipales cómo llegaría al ayuntamiento en el caso de que fuera postulado y luego ganara la elección: con la espada desenvainada para realizar un profundo recorte de personal como lo está haciendo en su negocio en tiempos de la pandemia.

Y es que Ballesteros Grayeb es de esos empresarios que se han montado a Morena para ganar puestos clave; en su posible carrera política, cuenta con el apoyo de importantes personajes de la 4T, comenzando por el senador con licencia Ricardo Ahued Bardahuil, pero también por el senador suplente Ernesto Pérez Astorga, el diputado federal por Veracruz Ricardo Exsome e, incluso, el secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos.

Hace 13 años, en junio de 2007, el Cabildo xalapeño aceptó unánimemente la solicitud de licencia de Antonio Ballesteros al cargo de Secretario del Ayuntamiento, entonces presidido por Ricardo Ahued, quien movió esa pieza para incrustarla como Síndico en la planilla priista para la presidencia municipal, con David Velasco Chedraui al frente.

Tan fuerte es la relación del actual funcionario federal Ricardo Ahued Bardahuil con Ballesteros que era su propuesta para ir en la fórmula de Morena al Senado de la República; para su desgracia, se le atravesó Ernesto Pérez Astorga, gente de la exdirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, quien lo puso en la fórmula ganadora, luego de pasar unas vacaciones como secretario de Desarrollo Económico.

El actual senador Ernesto Pérez Astorga seguramente le debe una al empresario restaurantero, pero es posible que le vaya a deber dos porque está empeñado en venir a la capital veracruzana en calidad de alcalde, haciendo a un lado sus aspiraciones.

La solidaridad del carnicero

Apenas el miércoles 18, cuestionado por la prensa local, Ballesteros dijo que como medida de prevención se había visto obligado a reducir el número de mesas y recibir sólo el 50 por ciento de los comensales, pero no a cerrar los establecimientos, y ya adelantaba que tendría que llegar a un acuerdo con sus empleados, “solidarizarnos con ellos”.

A cuatro días de pronunciarla, a la luz de los acontecimientos, esa frase de Toño Ballesteros suena hoy demasiado grotesca. La solidaridad con sus trabajadores se redujo a la salida temporal de la mitad de la plantilla (unos 60 empleados), quienes se van a sus casas, en medio de la pandemia, sin posibilidad alguna de ganar un salario que les permita llevar alimentos a sus familias.

Con dos establecimientos en la ciudad (el de calle Enríquez en el centro y en Plaza Xanat, a la salida a Veracruz), el empresario ha dejado también en el limbo a una cantidad indeterminada de personas capacitadas que atenderían la sucursal que el 8 de abril abriría sus puertas en Coatepec, justo frente al parque central.

Aunque en el caso de Xalapa, los dos establecimientos siempre habían lucido a tope, el empresario xalapeño ha dicho a su personal que por la llegada del Covid-19 han bajado sus ventas, lo que le obliga a prescindir de sus servicios.

En tan solo un par de días, la jefa de recursos humanos Yamileth Velásquez, ha llamado a sus oficinas uno por uno a los trabajadores que, con rostros desencajados por la situación que se les avecina, han tenido que dejar sus puestos de trabajo.

Así, mientras negocios similares buscan soluciones que no lastimen gravemente la economía de sus empleados, dándoles la opción de trabajar a medio turno, La Parroquia de Veracruz ha preferido mandarlos a casa, aparentemente por un mes, para evaluar la posibilidad de su regreso.

Y para colmo, los empleados que no fueron despedidos están siendo obligados a cubrir jornadas extenuantes de 12 horas, sin días de descanso, por la baja de sus demás compañeros, y sin que la empresa les ofrezca el pago de horas extra.

Ya veremos el juicio social para este y varios empresarios que están haciendo lo mismo.

Por lo pronto, el dueto Ballesteros-Velázquez ha puesto de inmediato manos a la obra para cubrir su mugrero detrás de supuestas imágenes de trabajadores felices, a quienes están obligando a desmentir lo que es una verdad a gritos.

Vea usted las redes sociales, ahí donde está una nota denunciando la falta de solidaridad del empresario-político, están apareciendo comentarios de trabajadores en que dicen que son felices de formar parte del equipo de La Parroquia, y hasta fotos de ellos con la sonrisa en el rostro que esconde el temor de ser despedidos si no desmienten las versiones.

Sin nombres ni firmas, pero eso sí con el hashtag #TodosSomosParroquiaXalapa, circula incluso un libelo mal redactado por la administración de la franquicia en que supuestamente los empleados dicen estar felices con su carnicero: “Todos y cada uno de los colaboradores de la parroquia sucursales Xalapa refrendamos nuestro apoyo y gratitud por formar parte de este gran equipo. Todos somos y hemos sido de esta gran familia y es un orgullo y honor formar parte de un negocio tradicional y emblemático”.

Es decir, que además de autoritario, Ballesteros es un truhan.

La batalla de los municipios ante el Covid-19

Ante la parsimonia mostrada por el gobierno estatal, derivada de su ciega obediencia al gran Tlatoani (quien por fin reconoció que estamos en fase 2 de la contingencia), los ayuntamientos han debido tomar medidas para evitar que su población sufra los estragos de la pandemia.

Algunos lo han hecho porque saben que si los contagios se multiplican no tendrán elementos financieros, técnicos ni sanitarios para contenerlos; otros, porque han visto una oportunidad inesperada para confrontar políticamente al gobierno morenista. De todas maneras, que lo hagan es un adelanto para lo que viene como una avalancha de nieve.

Este martes hubo confrontación entre el alcalde panista de Veracruz, Fernando Yunes Márquez, y el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, quien le pidió en una larga epístola que debía echar atrás las medidas tomadas contra el Covid-19 porque no eran similares a las que están tomando los gobiernos federal y estatal. El alcalde porteño dijo en tres minúsculos párrafos que las mantendrá y remató: “En materia de cuidado de la salud y de la vida, lo que abunda no daña”.

Apenas ayer hablaba de las medidas tomadas por los ayuntamientos de Tamiahua, Tecolutla, Tatahuicapan de Juárez y Zongolica, pero una nota de la periodista Flavia Morales, de AVC Noticias, señala que el número de estos es extraordinariamente mayor: al menos unos 68 que han tomado medidas radicales ante la crisis del Covid-19, que van desde cerrar playas, bares, espacios públicos, hasta poner filtros de revisión, cerrar el paso a turistas y a personas foráneas.

Los alcaldes de los municipios de Tamiahua, Tecolutla, Tlacotalpan, Naranjos, Benito Juárez, Platón Sánchez, Tamalín, Tampico Alto, Paso de Ovejas, Zongolica, Nautla y Castillo de Teayo anunciaron filtros de seguridad sanitaria.

Otros ayuntamientos también han cerrado con cintas amarillas el acceso a sus playas, ríos y balnearios y vigilan con patrullas que los habitantes cumplan las medidas. Algunos de los municipios que han restringido estos acceso son: Nogales, Playa Vicente, Tempoal, Tecolutla, Tres Valles, Tuxpan, Boca del Río, Juchique de Ferrer, Lerdo de Tejada, Actopan, Altotonga, Carrillo Puerto, Nautla y Coatzintla.

Las medidas más extremas las ha tomado la alcaldesa de Tamiahua, Citlali Medellín Careaga, quien reforzó los filtros de seguridad de entradas a su municipio, y en una semana ha restringido el acceso a 300 vehículos procedentes de Estado de México, Hidalgo y Tamaulipas.

El alcalde de Orizaba, Igor Fidel Rojí López declaró emergencia en el municipio y, desde este lunes y hasta el próximo 20 de abril, suspendió todas las actividades en los espacios públicos municipales recreativos, culturales y deportivos; así como el funcionamiento de establecimientos como bares, cantinas, discotecas, cines, entre otros.

¿No será que ya es necesario que el gobierno de Veracruz actúe de manera autónoma respecto del gobierno federal que, hasta este lunes, cuando la OMS ya había señalado Fase 2 a nuestro país, seguía con el presidente Andrés Manuel López Obrador pidiendo que saliéramos a plazas comerciales, restaurantes, fondas y cafeterías, balnearios y playas, para apoyar la economía? Cuando las cosas se pongan muy graves, créanme, el gobierno federal no vendrá a Veracruz a ofrecer todo su apoyo para atender a los contagiados.

Frases sin disfraces

“La creencia ciega en la autoridad es el mayor enemigo de la verdad”. Albert Einstein

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