Y la Corrupción se Desbocó en los Gobiernos Estatales y Sigue al Galope en los Demás

Por Nidia Marín

Ni a quién irle. Tampoco en quién confiar. Hoy los resultados (hasta ahora) dados a conocer sobre la opacidad y la corrupción estatal en el 90 por ciento de las gubernaturas que concluyeron su responsabilidad, es alarmante, porque se registró en integrantes de la mayoría de los partidos políticos federales que existen en México.

En el caso de Morena sólo en uno, porque el mandato de Jaime Bonilla Valdez sólo seria de dos años, pero… los aprovechó. Pero ya se conocerán los resultados cuando los demás concluyan sus mandatos. Sí los gobernadores del Movimiento de Regeneración Nacional que terminan 2024: Claudia, Sheibaum, en la Ciudad de México; Cuitláhuac García, en Veracruz; Cuauhtémoc Blanco, en Morelos; Rutilio Escandón, en Chiapas; y (Adán López), el sustituto en Tabasco, Carlos Manuel Merino Campos. Hoy los casos más escandalosos en la materia se ubican en Veracruz, Morelos y Chiapas.

Aquello que en algún momento señaló el IMCO, para desgracia de los mexicanos es una realidad. Hoy y mañana a quienes se les comprueben actos de corrupción serán los primeros de la camada morenista en ser juzgados, por lo menos popularmente, porque como dijera el investigador del Instituto Mexicano para la Competitividad S. A., Pablo Montes, en su trabajo “Pesos sin Contrapesos: Corrupción y Gobiernos Locales en América del Norte”:

“Aunque ha sido posible documentar algunos ejemplos del alcance y uso de dicho poder político, la clandestinidad y la opacidad de los actos de corrupción impiden conocer la magnitud del fenómeno. Si bien no es posible saber con exactitud qué tanto hacen los gobernadores más allá de sus facultades y límites legales, por lo menos se puede saber qué tanto les es permitido hacer. Una investigación acerca de la reacción de los partidos políticos mexicanos sobre los escándalos de los mandatarios estatales de su partido arroja una conclusión contundente: los gobernadores en funciones son prácticamente intocables”.

Ya veremos si algo ha cambiado, no sólo con los “morenos”, sino con los mandatarios estatales de los demás partidos que acaban de concluir su periodo de gobierno.

Hasta ahora los montos de los adeudos son escandalosos. Los 15 quedaron a deber, aunque en algunos casos es de indignación la desvergüenza que tuvieron. Son los casos de: Jaime Gutiérrez “El Bronco” (independiente), en Nuevo León, donde presuntamente el adeudo es de más de 78 millones de pesos; Silvano Aureoles Conejo (PRD), en Michoacán, de casi 50,000 millones de pesos; Javier Corral Jurado (PAN), en Chihuahua, por más de 75,000 millones de pesos; Claudia Pavlovich (PRI), en Sonora, por más de 23,000 millones de pesos; Jaime Bonilla (Morena), en Baja California, más de 20,000 millones de pesos; Alejandro Moreno y Carlos Aysa, (PRI), Campeche, más de 3,000 millones de pesos; Héctor Astudillo (PRI), Guerrero, más de 2,000 millones de pesos; José Ignacio Peralta (PRI), Colima, más de 1,600 millones de pesos; Alejandro Tello Cristerna (PRI), Zacatecas, 10,000 millones de pesos.

Los demás también tienen adeudos: Juan Manuel Carreras (PRI), de San Luis Potosí; Carlos Mendoza (PAN), Baja California Sur; Francisco Domínguez (PAN), de Querétaro, presuntamente sin adeudo alguno; Quirino Ordaz Coppel (PRI), Sinaloa, no se sabe y Marco Antonio Mena Rodríguez (PRI), Tlaxcala, sin adeudo.

El asunto es que hoy la corrupción aun no se observa en los que acaba de llegar, pero sí en quienes ya estaban.

¿Y qué dirán sus partidos? Cabe lo que dijera el investigador del IMCO:

“En ese sentido, la investigación muestra que para un partido político el apoyo de un gobernador es fundamental por lo que no estará dispuesto a sancionarlo salvo condiciones extraordinarias. La primera muestra de ello es que de los 303 escándalos analizados tan sólo en 30 casos (menos del 10%) hubo sanción de algún tipo por parte del partido. Este simple dato muestra que el hecho de que un partido político repruebe un supuesto mal comportamiento por parte de alguno de sus gobernadores es más la excepción que la regla. El amplio número de escándalos (303 en 16 años de estudio) muestra también que para un partido estar en una situación de escándalo es normal. Esto es consistente para todos los partidos según lo muestra la gráfica 2. Aunque parece que el PRI destaca por número de escándalos políticos, esto es simple apreciación por el mayor número de gobernadores priistas (33) en comparación con el PAN (17) y el PRD (12)”.

Eso sí la quemada social ni quien se las quite, aunque les valga.

Nos vemos en el 24.

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