- Los Dados de Dios .
*Lo Hicieron en la Fecha en que se Reformaba la Constitución Sobre Delitos Electorales ¡Ufff!
/ NIDIA MARIN /
Aquel día cambió México. ¿Para mal? ¿Para Bien?
Habrá que revisar y cada quien tendrá su conclusión. Pero el 23 de marzo de 1994 en Tijuana, uno o dos tiradores, uno o dos culpables, modificaron la historia de un país que había registrado dificultosos pero importantes avances en cuanto a la democracia electoral.
En ese año apenas, en el primer día había entrado en vigor el Tratado de Libre Comercio, al tiempo que en Chiapas se levantaba el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Además, en esa fecha, pues, por azares del destino, mientras mataban al candidato Colosio Murrieta, en la Cámara de Diputados de la nación se aprobaba la modificación de varios artículos del Código Penal relacionados con delitos electorales, además se creaban nuevos tipos de delitos y se reformaban 25 artículos del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe)
Sí, a las 17.00 horas, en Lomas Taurinas, de Baja California, una zona de asentamientos irregulares y gran pobreza, asesinarían a uno de los candidatos del PRI a la Presidencia de la República con mayor carisma y calidad humana en la historia electoral mexicana.
Como reza el poema de Federico García Lorca “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”:
“El viento se llevó los algodones / a las cinco de la tarde. / Y el óxido sembró cristal y níquel / a las cinco de la tarde. / Ya luchan la paloma y el leopardo / a las cinco de la tarde…”
LLAMADAS DE ESPAÑA Y OTROS LUGARES
Aquel día, tras saber del crimen, en la redacción de Excélsior era la locura, había un vacío de información que poco a poco se fue llenando con el trabajo realizado por Televisa, mientras los teléfonos repiqueteaban con llamadas de diversas partes del mundo, fundamentalmente de España, en busca de información sobre el asesinato del candidato Luís Donaldo Colosio.
Por órdenes del director de Excélsior, esta periodista, hubo de compartir los datos que a gotas llegaban, con periodistas de otras naciones, al tiempo que conjuntaba en una sola nota -que abarcó varias páginas- el terrible hecho de sangre.
Talina Fernández estaba en Tijuana durante la gira de Luis Donaldo. Varias periodistas mujeres también habíamos recorrido algunos lugares de la República durante sus giras de promoción. En mi caso en Aguascalientes, donde hasta la sala de redacción arribó con varios toreros y torerillos.
Pero en el caso de Lomas Taurinas, no había nadie que proporcionaría información hasta entrada la noche, cuando surgió el nombre del ya detenido Mario Aburto Martínez, así como de otros posibles culpables que al final de cuentas dejaron en libertad.
Al día siguiente, ya se comparaba ese crimen con el asesinato del recién electo mandatario Álvaro Obregón, ocurrido en el restaurante la Bombilla, ubicado en San Ángel, a manos de José de León Toral.
En el caso de esta reportera, el estupor traía su carga de cierto dolor, ya que la familia Colosio tenía su casa a cuatro cuadras de la mía.
Sí vivían en un condominio de un antiguo pueblo de calles empedradas, Tlacopac (en San Ángel), habitado originalmente por la etnia náhuatl y denominado por ésta como “lugar de palos en medio del agua”. Su casa estaba a menos de veinte pasos del templo e Nuestra Señora de la Purísima Concepción.
Cerca de su residencia había ocurrido una de las grandes batallas durante la invasión estadounidense y los historiadores aseguran que, en sus tierras fueron sepultados varios soldados irlandeses que al lado de México lucharon contra los invasores (1846-1848).
Por estos lares pues, habitaba Colosio, por lo que desde entonces caminaba con su pequeño hijo de siete años, Luis Donaldo Colosio Riojas, quien desde hace varios años participa en política y hoy es alcalde de Monterrey, pero en su derecho rechaza la pretensión existente de reabrir el caso del asesinato de su padre.
Así lo precisó:
“Apelando a la compasión del presidente, yo diría que mejor indulte a Mario Aburto, que ponga un carpetazo final a este asunto. Que permita que tanto mi familia como México sanemos, que iniciemos un camino hacia la reconciliación a través del perdón pero, sobre todo, a través del respeto a dejar esto en manos de otra justicia, porque la justicia mexicana quedó a deber en su momento. Hoy lo que queremos es vuelta a la página”.
POR DELANTE LA
GRILLA ELECTORAL
En “La Mañanera” del 30 de enero pasado, AMLO señaló:
“Aprovecho para contestarle al hijo de Luis Donaldo, que me pide que yo indulte: quiero contestar que no puedo hacerlo. Sé que él ya no quiere, ni sus familiares, saber nada de esto que fue terrible, pero se trata de un asunto de Estado. Yo quiero que, en lo que a mí corresponde, no se deje de investigar”.
Antes de aseverar que este asunto no sería utilizado político electoralmente (lo cual se duda), dijo también:
“No hay que dejarlo pasar, por lo menos que la gente tenga la información y que la autoridad competente resuelva. Ningún crimen debe quedar impune, pero cuando se trata de un caso así, mucho menos, porque estamos hablando de la estabilidad política, de la violencia que afecta a todo un país, se trata de un dirigente, de un candidato. Ningún crimen se debe repetir, pero este es un asunto del Estado. No debemos decir: Ya vamos a dar vuelta a la hoja”.
Además, el que ya se va especificó:
“Siempre se sostuvo que no se trataba de un asesino solitario. Hay casos, el de Kennedy, por ejemplo, que se atribuye a un asesino solitario. Aquí se hicieron todas las investigaciones y sí se llegó a demostrar que había un segundo tirador. Quienes manejaron este asunto llegaron a esta conclusión.
“¿Qué es lo que hay en el fondo? No es hacer un juicio sumario aquí, eso corresponde a la autoridad. Si es un tirador solitario, es una motivación, aunque sea redundante, personal. Si interviene otro personaje y además es de una institución del Estado, ya hay una connotación distinta”, puntualizó.
Como fuere, cuando faltan 17 días para un aniversario más (el trigésimo) desde la FGR vuelven a retomar el caso seguramente por órdenes superiores.
Y siguiendo con los versos de Federico García Lorca:
“El otoño vendrá con caracolas, / uva de niebla y montes agrupados, / pero nadie querrá mirar tus ojos / porque te has muerto para siempre”.