¿Y si a ratos de le olvida que él es el Presidente?

ÍNDICE POLÍTICO.

FRANCISCO RODRÍGUEZ.

El Trastorno Límite de la Personalidad, una enfermedad mental seria, que exhibe inestabilidad del sentido de identidad y trastorno del dominio emocional del paciente, fue clasificado con las siglas y números DSM-IV 301.83 por la Asociación Norteamericana de Psicología hace cuarenta años, dando así final a una investigación que inició en 1883, en Nueva York. Son los tristemente célebres borderline, los sujetos al límite.
Los pacientes califican muy alto en factores como extraversión, estabilidad emocional y en los trastornos antisocial, narcisista y sádico, según la investigación del brasileño Vicente E. Caballo sobre los “riesgos de la personalidad “, llevada a cabo hace ocho años.
Fueron 545 los entrevistados por el galeno portugués, quienes respondieron concurrentemente a una pregunta: “no puedo soportar la frustración que siento cuando necesito algo para deshacerme de esta desesperación”, dijeron. Las sociedades deben estar preparadas para “torear” con gente que ya está en brazos del padecimiento.

Sus relaciones interpersonales son intensas e inestables

La constante inseguridad interna y las actitudes de poner a prueba el entorno de manera incesante reflejan una angustia terrible por la pérdida de algún objeto vital. Posiblemente se deba a algún abuso temprano sufrido a manos de personas violentas y despiadadas.
Es frecuente que sufran apegos intensos, pero tormentosos, con personas a quienes idealizan mediante admiración o amor, pero esos mismos sentimientos pueden tornarse de repente en descalificación y desprecio, enojo y disgusto. Y todo eso puede llevarse a la plaza pública.
‎Sus relaciones interpersonales son intensas e inestables. La manipulación y los cambios repentinos de actitud externa hacia todos los que los rodean, las presiden. Constantemente emiten su grito de guerra: “O estás conmigo o estás contra mí”. Si me equivoco, tú eres responsable.
Aunque es intolerante a la separación, el sujeto borderline tiende a hacer demandas irreales a los demás, pues los culpa de todas las causas de los fracasos, aunque él ‎las haya ordenado. El borderline niega cualquier relación con lo fallido, así como descarta la posibilidad de cometer un solo error.
El borderline genera la sensación en la comunidad que lo rodea de constituir o prometer un éxito descomunal, pero como siente la incomprensión de los demás ante sus alcances, inmediatamente procede a defraudar a quienes confiaron en él. Por ello es extremadamente suspicaz y muchas veces ingenuo en extremo. De su ingenuidad se aprovechan todos los cercanos, ambiciosos o con dos dedos de frente.

El peligro para el país empieza a primera hora de la mañana

Una vez que se le detectó el gran fallo emocional, el borderline se aísla, sufre una especie pasajera de pánico escénico, para un poco más adelante abandonar su confinamiento y relanzarse con mayor empuje contra todo y contra todos los que le expresaron rechazo.
Los borderline son atraídos hacia grupos selectos de culto y admiración por la aceptación incondicional que les ofrecen. La inestabilidad emocional del borderline es emblemática. Lo acosan cambios severos y frecuentes, entre su depresión, inestabilidad o ansiedad en días y horas.‎ Aquí, el peligro para el país empieza a primera hora de la mañana.
No tiene un humor básico, es el gran problema. No se puede controlar, porque es hiperactivo, incontenible, pesimista, cínico y deprimido. Pero con una condición neurológica: que sea todo al mismo tiempo. Los sentimientos de vacío existencial se llenan con actos destructivos. No hay tregua para la locura.
En el borderline campean el odio y el desprecio a sí mismo, por culpa de un pasado que le atormenta. Cambia de maníaco a depresivo más rápido que los bipolares. Mientras éstos pueden durar meses o años en sus estados clínicos, los borderline cambian a veces en minutos, a veces en segundos. Son una bomba, che.

Los especialistas en enfermedades mentales están alarmados

Los tratamientos de shock, a base de bombardeos de antidepresivos, antipsicóticos y ansiolíticos, sólo los lanzan hacia arriba y luego hacia abajo, para tratar de encontrar una línea promedio de estabilidad que los contenga, mientras puedan recibir terapias psiquiátricas profundas.
‎Pero los especialistas en enfermedades mentales se encuentran alarmados ante el rápido avance del padecimiento borderline: se ha confirmado que está enfermedad ya es dos veces más frecuente que todos los tipos de bulimia, anorexia y esquizofrenia. Puede convertirse en una endemia que azote al mundo con fiereza inusual.

Diario condena a la población a ser pobre y franciscana

‎Entre nosotros los mexicanos, el más conspicuo de los borderline ya ha causado demasiado estropicios, todos casi al mismo tiempo, a velocidad turbo. Echa buscapiés en la vecindad, asusta con el uso indiscriminado y brutal del Ejército para disminuir sus peligros y adversarios personales, que son todos.
Amenaza con hacer uso de sus treinta millones de votos –que, a estas alturas, todos dudan que los conserve– para disminuir los ingresos de quien sea, de quien se ponga a tiro para ser investigado y desahuciado económicamente. ‎Condena a la población a ser pobre y franciscana, con un par de zapatos viejos, una muda de ropita arrugada y un carrito destartalado.
Mientras él compra a placer en la famosa tienda que recibe a los 300 más ricos del mundo, Bijan, ubicada en la exclusiva calle de Rodeo Drive en Beverly Hills, de Los Ángeles, California.

Manda a decir… y al día siguiente, en la “mañanera”, se arrepiente

Nuestro más conspicuo borderline manda a la guerra sin fusil a sus allegados para proponer rasurar los ingresos de todo aquél que esté en la lista del Sistema Nacional de Investigadores para que suelte sus morlacos, porque a él se le están acabando y ya no encuentra a quien dejar sin chuleta para cubrir sus necesidades presidenciales.
Les manda a decir que van a hurgar personalmente ingresos, ahorros, cochinitos caseros, para confrontar las declaraciones ante el SAT con los verdaderos haberes, y proceder a su incautación ilegal… para que horas después, al recibir el rechazo unánime de la población, pueda decir que jamás se enteró de la movida, y la desautoriza.
Igual que desautoriza haber dado luz verde a la Comisión Nacional de Hidrocarburos para aprobar proyectos de fracking petrolero… igual que al rato no va a saber que sus colaboradores más cercanos están haciendo chalecos antibalas para salir a la calle a convivir con los hambrientos después de la pandemia.
Igual que hasta puede decir que no sabía que el Bank of América dio a conocer que el año que entra México perderá el grado de inversión por la falta de confianza de los inversionistas y ahorradores en el mundo gobiernito de Tepetitán.
‎Igual que al rato se le olvida que él es el Presidente.
¿No cree usted?

Índice flamígero: Y ¡oootra vez!, el Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que lanzará su propio “indicador alternativo” para medir la felicidad y el bienestar en México, a lo que el escribidor se refiriera en la entrega anterior de este Índice Político — Otro engaño de la 4T: el Estado de la felicidad y del bienestar–, pues tras varios meses de críticas públicas a indicadores internacionales como el crecimiento económico y hasta la medición del Producto Interno Bruto (PIB), el Mandatario informó que ya prepara su propia medición para determinar el desarrollo de la población y, también, la desigualdad. “Estoy ahora trabajando sobre un índice para medir bienestar, un índice alternativo al llamado Producto Interno Bruto, un nuevo parámetro, que va a medir si crecimiento, pero también bienestar, también grados de desigualdad social”, señaló. “Y otro ingrediente en este nuevo parámetro, en este nuevo paradigma, la felicidad del pueblo. No les va a gustar a los tecnócratas, pero ya ven que si no les gusta a ellos a lo mejor es bueno para nosotros. Se mide, hay países en donde se mide el nivel de felicidad y eso es parte del bienestar”.

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