Y tú…¿Eres víctima de violencia .

**Alguien como tú.

/ Gladys de L. Pérez Maldonado /

En el marco de la conmemoración del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, durante este mes y hasta el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, en Alguien como tú, desde nuestra trinchera, visibilizaremos diversas aristas de “la violencia”, con el fin de impulsar acciones de políticas públicas para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas…

Qué años aquellos en la niñez o la juventud, cuando la palabra violencia pocas  veces o nunca se escuchaba en casa, la razón puede ser por dos motivos, una porque a las y los pequeños en casa no se les participaba de conversaciones de adultos y otra con motivo que “ser violento” no se había generalizado en la familia, en las relaciones personales, o al menos no era común identificar a “la violencia” como tal, pues para los ojos de la mayoría era un tipo de conducta normal.

Ahora, ya se habla de “la violencia” -afortunadamente- en todas las etapas generacionales. Si, y se dice “afortunadamente” pues ya no es invisible, ya no es normal y estamos tratando de eliminarla de nuestras relaciones personales.

No obstante, no es fácil identificarla, y esto se debe al modo de la conducta propia y comportamiento de los otros  que hemos ido heredando de nuestros padres, abuelas/os, etc.

Vivir en un ambiente violento entre otras cosas, genera estrés, inseguridad, baja autoestima, miedo y sobre todo nos invisibiliza de los demás, generalmente la persona pasiva no sabe que vive bajo los efectos de la violencia.

La violencia surge en una relación de supra subordinación debido al  poder que ejerce el hombre sobre la mujer, entendido como la capacidad de afectar la conducta, el pensamiento y los sentimientos de la otra persona.

Debido a la ocasión que nos ocupa, identifiquemos a los  hombres maltratadores como los siguientes:

Los intimidantes,  son aquellos que ejercen el control del otro por la fuerza física, las intimaciones, los gritos o las amenazas, y el otro queda paralizado. Son individuos caracterizados por su arrogancia.

Los censuradores, quienes  cuestionan toda actividad e iniciativa de los otros y les hacen dudar y confundir frente a la actitud de crítica sistemática. Son individuos críticos, obsesivos y manipuladores, pero al mismo tiempo son muy atractivos por la precisión en sus acotaciones, inteligentes y lógicos.

Los reservados, tienen una actitud distante, como si nada del exterior les interesara y está como en un perpetuo dialogo consigo mismo. Atraen por su personalidad distante, como si tuvieran el secreto de todo.

Los manipuladores, controlan desde una actitud dependiente, si actúan poniendo énfasis en el silencio, este es un silencio notorio y lastimero. Son individuos pesimistas, sus gestos son las armas que utilizan para dominar y manipular la energía del otro. Siempre tienen un “si, pero” para todo.

Según diversas investigaciones, el 50% de las familias sufre o ha sufrido alguna forma de violencia doméstica; de ésta, el 75% son malos tratos a mujeres.

La  mujer puede encontrarse envuelta en cualquiera de los tipos de violencia que describimos a continuación, aunque cabe decir que no son las únicas formas de agresividad, sin embargo, por el momento son las que mencionaremos. Es necesario identificar el escenario para efecto de salir a tiempo de ese vínculo agresivo, antes de que cause más daño y que resulte en un feminicidio o suicidio.

Puede ser objeto de violencia emocional o psicológica, la cual provoca la humillación y la desvalorización constante, instrumentada por la manipulación y control de cada uno de los actos de la mujer. Causa en ella confusión, inseguridad y baja autoestima que acaba derivando en enfermedades psicosomáticas, ataques de pánico o intentos de suicidio.

De violencia física,  que comienza con ataques psicológicos cuando la víctima tiene baja su autoestima. Todo empieza con golpes y empujones leves, pellizcos y cada vez que se repite en más violento y directo, cachetadas, tirones de cabello, puñetazos, quemaduras y fracturas de huesos.

La violencia sexual,  se traduce en coerción física o intimidación psicológica, se obliga a la mujer a realizar actos o comportamientos sexuales no deseados y/o participar en conductas sexuales contra su voluntad.

Así también puede ser pasiva de violencia económica, esto es, la cultura mexicana establece la economía familiar de forma tal que la mujer organiza los gastos cotidianos, pero es el hombre el que toma las grandes decisiones económicas. Caso especial es cuando la mujer depende en economía totalmente del hombre. Esta violencia provoca en la mujer malestar psicofísico, miedo e inseguridad.

Aunado a las anteriores formas de la violencia, la tecnología se ha vuelto cómplice de los agresores quienes ejercen la violencia digital o cibernética, a través del correo electrónico, mensajes de texto, en las redes sociales, WthasApp, video llamadas, etcétera.

Así, se ha normalizado el Sexting, que es el envío de contenidos eróticos o pornográficos por medio de los teléfonos móviles, sin el consentimiento de la receptora. Este lleva en ocasiones al Sextorsión, que se actualiza cuando el violentador consigue de alguna manera material erótico-pornográfico de la persona pasiva y lo utiliza para amenazar, chantajear a la víctima y así detentar el control y dominio sobre ella.

¿Quién no utilizado la expresión “ tal persona me stalkea”, pues bien, el Stalking es una forma de violencia común, que consiste en perseguir ininterrumpidamente, de forma intrusiva a una persona a través de llamadas, mensajes de MMS, mensajes de WthasApp, dar “me gusta” a publicaciones de redes sociales, entre otras y que llega a un acoso virtual  que genera miedo, estrés y síntomas de persecución, que alteran la conducta de la persona pasiva.

En relaciones de pareja es común que se actualice el Ghosting, cuando alguien toma la decisión de alejarse de la otra persona, sin explicación ni aclaración alguna, no responde mensajes “dejar en visto”, ni llamadas telefónicas, al grado en ocasiones de borrar sus cuentas de redes sociales por no ser encontrado, provocando incertidumbre, baja autoestima y estrés en la persona pasiva.

Similar al anterior tipo de violencia tenemos el Caspering, solo que aquí el activo desaparece poco a poco, evadiendo cualquier tipo de comunicación, provocando en la persona pasiva falta de seguridad en sí misma, entre otras.

¿Sabía usted que cortar comunicación con una persona en el mundo real y estar presente en el “mundo digital” por medio de dar “me gusta”, de comentar fotos, retwittear, seguir y dejar de seguir en diferentes plataformas a fin de hacerse presente…es violencia?

Es importante estar alertas de la sintomatología de la violencia, pues una vez inmersa la persona en una relación violenta, difícilmente se advierte la agresión como tal, se justifica por parte de la víctima la conducta del agresor, por dependencia emocional, por convencionalismos sociales y múltiples razones más y puede terminar como víctima de feminicidio o suicidio…

 

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