Yalitza Aparicio: mi vocación por la docencia permanece.

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El corazón de Yalitza Aparicio sigue en las aulas de México. Aunque el mundo la conoce como actriz, para las comunidades sigue siendo una maestra. Así la saludan y así la recuerdan. La vocación docente de la también Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO no termina, pues vive un activismo que siempre va con ella y alza la voz por las maestras y los maestros que, como ella, buscan hacer realidad el poder de la educación para transformar vidas.

Poder estar frente a esos alumnos con ese deseo de aprender y que tú puedes aprender de ellos es algo que no cambias por nada.
Yalitza señala que las profesoras y los profesores en comunidades rurales o con poca accesibilidad necesitan apoyo, incluido un mayor salario, pues muchas veces son quienes solventan la necesidad de materiales escolares… “para tener un pizarrón”.

Explica que las maestras y los maestros llegan a compartir espacios con médicos o agentes municipales al tratar de preservar la enseñanza en distintos lugares y, en ocasiones, hasta agrupan a comunidades de diferentes zonas cuando, por ejemplo, alguna escuela llega a quedarse con muy pocos estudiantes por factores como la migración, lo cual orilla a su cierre.

Yalitza no se queda en la denuncia, defiende el poder de informar y educar mediante el ejemplo para seguir promoviendo transformaciones, al recordar una experiencia como profesora de preescolar, cuando una de sus alumnas le dijo: “Yo quiero ser como usted. A mí también me gustaría ser maestra”.

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En un momento en que existe una necesidad urgente de 44 millones de docentes adicionales de primaria y secundaria para los sistemas educativos de todo el mundo al 2030, la posibilidad de inspirar mediante el ejemplo es esperanzador.

Un maestro siempre va a predicar con el ejemplo, con todo lo que haga.
En el contexto del Día Mundial de las y los Docentes (5 de octubre), el mensaje de Yalitza Aparicio es claro: la docencia merece condiciones dignas y, como lo destaca la celebración del Día Mundial en el 2025: es colaborativa y requiere reconocerse como tal, así como apoyar a las y los docentes.

Como Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO para los Pueblos Indígenas, también llamó a seguir buscando las maneras de que la sociedad reconozca y celebre la diversidad y los pueblos originarios, por ejemplo, al ocupar plataformas y medios de difusión, como lo ha encontrado en las industrias culturales. “El cine me enseñó que todos tenemos la posibilidad de ser escuchados, que todos tenemos una voz y que todos tenemos un lugar”.

Yalitza reitera que más allá de todas las carencias y muchas cosas por las que atraviesan las y los docentes en México y en el mundo, extraña la docencia, reconociendo que es una vocación que, al despertar, permanece.