La política en rosa.
Elsbeth Lenz.
Los veracruzanos somos seres infinitamente politizados, medio adivinos y tenemos un afán por la vida desenfrenado, somos curiosos por no decir chismosos; recuerdo vagamente, era yo muy jovencita; que cuando don Fernando Gutiérrez Barrios se fue al Gobierno Federal, nadie dijo ni agua va, a todos tomó por sorpresa la noticia; con don Patricio Chirinos Calero y don Miguel Alemán Velasco, no hubo sorpresas y hubo hasta cierto orden, la mayor parte de los Secretarios de Despacho llegaban con el Gobernador y con él se iban.
Fue con don Fidel Herrera Beltrán, que empezó el desorden, nombró un gabinete muy poco ortodoxo y los fue cambiando de acuerdo a su gusto y conveniencia; la tesorería siempre la trajo en la cartera y se valió de cuanta treta, triquiñuela y mañosidad, para manejar a los Secretarios de Despacho cual marionetas, los desechaba sin el menor recato; sin embargo jamás nadie predijo, que el polémico Tío Fide fuera llamado en mitad de su periodo gubernamental, a la Ciudad de México a cubrir alguna vacante al Gobierno Federal, que se pudiera enfermar o incluso morir; todos sabíamos que el cuenqueño acabaría su periodo, e impondría alguno de sus achichincles como sucesor.
Con la llegada de Javier Duarte de Ochoa todo cambió, al Gordo se le notaba bastantito que no quería ser Gobernador muy al principio; sin embargo una vez que le agarró el gusto al poder, se dio vuelo el angelito, andaba feliz de la vida; no así el gabinete y mucho menos el pueblo veracruzano; los primeros dos años con el fluir de los recursos, los chistes del Gordis que como quiera caía en gracia, el Festival de la Salsa, el Carnaval, las Fiestas de la Candelaria y sus gestos espléndidos, se vivieron cordialmente; fue al tercer año, justo con la llegada del Enrique Peña Nieto que el Gordo enloqueció, Karimita tomó las riendas del estado y fue ahí justamente que dieron inicio una serie de rumores de una supuesta salida de Duarte de Ocho, con rumbo a una oficina en el Gobierno Federal; los rumores nunca estuvieron basados en un supuesto real, fueron el deseo reprimido del imaginario colectivo del pueblo veracruzano; estábamos hasta el gorro del Gordo y sus locuras, su ladronería, su ambición y por supuesto de la bruja de su mujer, por eso es que repetíamos como zombies, que para fin de año, el Gordo partiría, luego que para el verano y así nos la llevamos hasta que se fue en realidad, sin embargo ya esto fue demasiado tarde, el niño se había ahogado.
Con Miguel Ángel Yunes Linares el periodo fue tan corto, el contacto entre él y el pueblo veracruzano tan limitado, no hubo modo de tener ningún tipo de feeling, el hombre no se había ni acabado de acomodar en las oficinas de Palacio de Gobierno, cuando se tuvo que ir.
Con don Cuitláhuac García Jiménez las cosas han sido muy diferentes, quizá porque nunca antes habíamos coexistido con un gobernador tan honesto como él; García Jiménez jamás disimula su mal humor o desagrado; si no le dan ganas, no saluda a quien no conoce o no le interesa; no es diplomático, le contesta a quien sea con lo primero que le sale de la boca, es tal cual no tiene filtro; no sabe de formas, ni de fondos, don Cuitláhuac es muy auténtico y ejerce ser el “Uno” de un modo muy diferente al que habíamos visto con otros gobiernos.
Recuerdo que alguna vez, en una rueda de prensa don Cuitláhuac le llamó la atención al Secretario de Gobierno Eric Cisneros, por unas playeras con su nombre, que le regaló a un equipo de beisbol; don Eric posterior a la reprimenda del Gobernador, tomó el micrófono y le contestó; en tiempos de don Agustín Acosta Lagunes, jamás se le hubiera ocurrido a don Amadeo Flores Espinosa, hacer algo similar, eran otras formas y un oficio político muy diferente al de hoy en día; don Ignacio Morales Lechuga por las diferencias que llegó a tener con don Agustín, prefirió irse al Gobierno Federal, antes que faltarle a su amigo y a la investidura del Gobernador de Veracruz; pero aquello, no era la 4 Transformación.
Hoy vivimos la honestidad, la apertura, aquel día don Eric Cisneros, tuvo a bien defenderse y lo hizo con la venia del gobernador García Jiménez, porque ellos son transparentes y honestos, todo lo hacen de frente y con las puertas abiertas; la reprimenda fue frente a los micrófonos y la justificación también.
Por episodios como el que referí y algunos otros más, los veracruzanos vemos una distribución del poder, muy diferente al que antes habíamos visto y vivido, supongo que por ello el día de ayer, muchos cayeron redondos, con la mal llamada “Ley Cisneros”, que por iniciativa del Partido Revolucionario Institucional, fue presentada ayer, ante el Congreso Local; esta Ley modifica los artículos 46 y 47 de la Constitución del Estado de Veracruz en caso de ausencia del gobernador en turno.
Las historias fantásticas que recorrieron los cafés, ya hacían a don Eric Cisneros zopiloteando al gobernador García Jiménez; hubo quien hasta se atrevió a decir que la mal llamada Ley Cisneros, la habría presentado el PRI, como un pago de los favores recibidos por Erica Ayala; hubo otros que metieron incluso al diputado federal Héctor Yunes Landa y su agrupación política, por supuesto que hubo mil fantasías más, todas ellas señalando con un dedo flamígero al ingeniero Eric Cisneros.
¡Schade señores!, nada más lejano a la realidad, la iniciativa presentada por el Revolucionario Institucional, contempla que el Secretario de Gobierno, ocupe la silla gubernamental únicamente por 60 días, en el caso de ausencia del Gobernador y sería el Congreso Local quien estaría encargado de elegir a un nuevo Gobernador, claro esto solo aplicaría luego de dos años de gobierno, de ocurrir una ausencia antes, habría que llamar a nuevas elecciones; así que la mal llamada Ley Cisneros, no llevaba dedicatoria, pero tampoco el gobernador García Jiménez se irá a ningún lado ni ahora, ni dentro de dos años, el hombre acabará su periodo; presentar tal iniciativa fue únicamente para homologar dicha ley con la federal.
En fin señores que ayer fue de día de las conjeturas, nos leemos el lunes, lindo fin de semana.
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