*Escrito por Berenice Chavarría Tenorio
04.10.2023 /CimacNoticias.com/ Ciudad de México.- En México 19.5 millones de mujeres, entre madres, hijas y abuelas, son quienes continúan realizando principalmente las labores de cuidado no remuneradas dedicando 38.9 horas a la semana, mientras que los hombres únicamente destinan 30.6 horas en el mismo lapso de tiempo. Lo anterior provoca que ellas no puedan acceder a empleos remunerados y desencadena una serie de afectaciones físicas y emocionales que representan un obstáculo para el ejercicio pleno de sus derechos, así lo reveló la primera edición de la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En nuestro país un total de 58.3 millones de personas son susceptibles a recibir cuidados, es decir, 45.2 por ciento del total de la población de México. Esta cifra representa al total de la población de Italia, lo cual permite dimensionar las necesidades que enfrentan un sector de la sociedad, ya que por primera vez en la República Mexicana se tiene un instrumento que mide esta labor que es realizada principalmente por mujeres.
La primera edición de la ENASIC arrojó que hay 31.7 millones de personas de 15 años y más que han brindado cuidados a personas en su hogar, de estas 22.5 millones son cuidadoras principales.
Si desglosamos la cifra anterior 19.5 millones de cuidadoras principales son mujeres, mientras que únicamente 3 millones de hombres realizan esta labor no remunerada.
Esta labor que limita la independencia económica de las mujeres es llevada a cabo principalmente por aquellas de 30 a 39 años de edad (31.9%), seguida de las mujeres de 15 a 29 años (25.9%) y aquellas en el rango de 40 a 49 años (22.4%).
Los datos anteriores fueron proporcionados por la ENASIC en su primera edición; un instrumento estadístico que por primera vez permite medir, conocer y visibilizar el entorno de los cuidados en México, “cuidados que descansan sobre un desequilibrio social”, aseguró Graciela Márquez Colín, presidenta del INEGI.
“Superar esta condición estructural demanda producir estadísticas especializadas que profundicen en el trabajo sobre los cuidados. No contabamos en México con instrumentos que generaran de manera integral estadísticas sobre cuidados, un derecho que corre a lo largo de la vida de las personas y atañe a quien necesita el cuidado y a quienes cuidan”, aseguró Márquez Colín durante la presentación de los resultados de la Encuesta.
¿A quién cuidan las mujeres y cómo afecta esta desproporcionada carga de trabajo a sus vidas?
De las 19.5 millones de mujeres que son cuidadoras principales en sus hogares, 96% de ellas dedican su labor a niñas y niños de 0 a 5 años, seguido de personas de 6 a 17 años (90.3%), personas con discapacidad o dependencia (80.3%) y personas de 60 años y más (67.3%).
Mientras que en general, entre las principales actividades de cuidado que realizan las mujeres cuidadoras se encuentran:
La carga desproporcionada de labores de cuidados que enfrentan las mujeres acarrea impactos en su salud, entre las afectaciones se tiene que ellas se sienten cansadas, disminuye su tiempo de sueño, se sienten irritadas, deprimidas, su salud física se ha deteriorado y han desarrollado alguna enfermedad o se ha agravado alguna que ya padecían,
Al mismo tiempo son ellas quienes presentan más dificultades en la realización de los cuidados, pues en mayor medida requieren que otra persona las apoye para realizar los cuidados; tienen dificultad para ayudar porque les falta fuerza física, piensan que la persona a la que cuidan no coopera o se resiste y creen que para llevar a cabo los cuidados necesitaría capacitación especializada.
Así mismo enfrentan afectaciones en sus relaciones sociales, como las siguientes:
Sin posibilidades de independencia económica
De las 19.5 millones de mujeres que son cuidadoras principales en sus hogares, 51.1% se encuentran económicamente activas, mientras que 48.9% no lo están. Sin embargo, es importante destacar que las mujeres refirieron en la encuesta que 39.7% de ellas sí desea trabajar por un ingreso, pero no logran acceder a un empleo remunerado argumentando los siguientes motivos:
- 68.4% No tiene quién cuide a sus hijas(os), personas adultas mayores o personas enfermas.
- 10.1% Otras razones personales.
- 5.7% Otras razones y razones de mercado.
- 4.7% En su localidad no hay trabajo o solo se realiza en ciertas temporadas del año.
- 3.8% No la deja un familiar.
- 2.5% Piensa que por su edad o por su aspecto no la aceptarían.
- 2.5% Espera recuperarse de una enfermedad o accidente.
- 2.3% No cuenta con la escolaridad, los papeles o la experiencia necesaria para realizar un trabajo.
Respecto a aquellas que cuentan con un empleo remunerado el panorama laboral no es el mejor, pues los trabajos no brindan flexibilidad y tampoco oportunidades para aquellas que son cuidadoras.
Por ello, 16.2% de todas las cuidadoras ocupadas de 15 a 60 años declaró desear cambiar de horario, lo anterior para dedicar más tiempo al cuidado de sus hijas(os) u otros familiares, a ellas mismas o simplemente para tener un mejor horario.
Y es que ellas constantemente requieren tiempo en sus trabajos para: ausentarse unas horas para hacer algún trámite, para cuidar a sus hijas, hijos o familiares enfermos, para tomarse los días festivos, acceder a sus vacaciones con goce de sueldo, ausentarse de su lugar de trabajo o tener horario especial para estudiar o capacitarse e incluso para tener tiempo de lactancia materna.
Madres, hijas y abuelas, los rostros detrás de los cuidados
La Encuesta reveló que son las madres, hijas y abuelas quienes realizan principalmente las labores de cuidados en México, lo anterior en medio de un abandono institucional que brindaría acceso a espacios o actividades que permitan redistribuir la carga de esta labor no remunerada.
Por ejemplo, al hablar de personas con discapacidad se tiene que las principales cuidadoras son las madres (30.7%) y las hijas (33.8%). Para lograr una adecuada redistribución de las labores de cuidado, sería necesario acceder a apoyo de enfermería, de espacios como residencias de día o escuelas de educación especial, aseguraron las mujeres.
Respecto a niñas y niños de 0 a 5 años que no asisten a educación inicial o kínder, son las madres y abuelas quienes principalmente realizan la labor de cuidados, ello ante la falta de centros de educación inicial o guarderías, o debido a que a las familias les es imposible pagar gastos escolares.
Sobre las personas jóvenes de 6 a 17 años la encuesta arrojó que sus principales cuidadoras son sus madres (81.7%) seguido de sus padres, con un 6.6% y las abuelas (6.3%).
A este sector de la población le serían necesarias actividades como club de tareas, escuelas con horario extendido, niñeras o incluso más involucramiento de las personas del hogar, es decir, de los padres.
Sobre las personas de 60 años y más, con discapacidad o dependencia, la cuidadora principal es la pareja o las hijas, quienes tampoco tienen acceso a espacios donde esta labor sea realizada de manera especializada, gratuita o permanente.
El desglose de las cifras anteriores no permite observar el panorama a nivel local, pero sí dimensiona y permite mirar las situaciones de quienes reciben cuidados así como de quienes los brindan.
Los números reflejan los desequilibrios en los que el Estado tiene la obligación de trabajar, ya que al día de hoy permanece vigente la necesidad de un Sistema Nacional de Cuidados que redistribuya esta labor y permita a las mujeres independencia y acceso a derechos como empleos remunerados, tiempo para el disfrute y una vida sana y digna.