Sin tacto
Por Sergio González Levet
Es tal la desesperación de los dirigentes morenos por no perder la capital de Veracruz en la elección del primer domingo de junio, que están dispuestos a “perdonar” (???) a Ricardo Ahued Bardahuil, todo con el fin de que acepte ser el candidato de su partido a la silla municipal.
Incluso, las féminas cercanas al Góber Cuitla que aspiraban a ser candidatas se bajaron del carro de sus sueños y se sumaron a la ¿súplica?, ¿petición ansiosa?, ¿ruego plañidero?, de los diputados locales, que le solicitaron ayer al Senador que acepte ser el abanderado de Morrena por la capital.
Ni Dorheny García Cayetano, ni Rosalina Galindo Silva ni -al parecer- Ana Miriam Ferráez Centeno persistirán en sus intentos, y así se podrá dar paso a la figura triunfante y reconocida de Ricardo Ahued. Se evidencia que la orden vino de arriba, de muy arriba, como para que tres féminas apasionadas y empoderadas como ellas estuvieran de acuerdo en abandonar sus aspiraciones. Como se dice en el argot, se ve que no les dio para la silla grande de la capital.
Eso de “perdonar” que puse en el primer párrafo, es porque ciertos puros puros puros de entre los cercanos a Andrés Manuel consideran que el congresista veracruzano no ajusta o no embona en la definición de un chairo poliédrico, como lo son ellos.
Es cierto, la autonomía con la que el querido político se ha manejado durante toda su carrera política no se conlleva con la sumisión perruna que exige el patriarca en su laberinto a sus seguidores se todos los talantes. Y tampoco se ha declarado abiertamente como un hombre de izquierda, aunque muchos que lo hacen de la 4T no lo son en realidad.
Pero si bien Ricardo Ahued Bardahuil no tiene esas características personales, sí posee un tesoro que todos quieren y a los morrenos les urge: un enorme capital de votos, fruto de la credibilidad ciudadana hacia su persona, en Xalapa y en todo Veracruz.
Don Ricardo (le queda entallado el “don” como solamente a otro político veracruzano: don -ajá- Fernando Gutiérrez Barrios) tiene un proyecto personal y político que ha definido con paciencia y acuciosidad. Sin embargo, desde el Altiplano soplan otros aires, porque necesitan de su carisma, su simpatía popular, su nombre, que es el único que podría garantizar la retención del Ayuntamiento xalapeño, y eso con un gran trabajo, porque la ira ciudadana en contra de Hipólito Rodríguez y su lastimosa administración, es en verdad un escollo enorme para la permanencia en el poder municipal del partido gobernante en el país y el estado.
Así las cosas, mientras el Senador procesa y plantea su respuesta a la ingente petición del Presidente, habrá que esperar para saber qué rumbo tomará esta telenovela electoral.
Ya pronto sabremos.