“Siempre seremos más de las que ves”: Feminismos

*En todos los continentes, los feminismos siguen luchando por una vida mejor, enfrentando el feminicidio, denunciando al patriarcado y ampliando los horizontes de vida de las mujeres.

Por Martha Buces

De México a Gambia. De la India a Polonia. De Nigeria a Bolivia. Y de España a Afganistán. Nueve mujeres que luchan por los derechos de todas hablan de los desafíos más significativos a los que se enfrentan cada día en sus países de origen.

Fawzia Koofi es una de ellas. “El mayor problema que tenemos en Afganistán es la guerra, que además trae pobreza y la inexistencia del estado de derecho”. Durante 15 años, Koofi formó parte de la Asamblea Nacional, el parlamento afgano, donde se convirtió en la primera mujer vicepresidenta del país y en liderar la Comisión de Mujeres. Desde el pasado septiembre, es una de las cinco en las negociaciones de paz con los Talibanes.

Cuenta que llevar al parlamento los derechos de las mujeres era terminar en un debate emocional y estresante. Para Koofi, las interpretaciones religiosas son un ejercicio de poder y una manera más de imponer la mentalidad de dominación masculina, por eso habla de la necesidad de que existan mujeres interpretando el Corán. Pone de ejemplo el burka, y explica que ha sido erróneamente atribuido al islam. “Es parte de la tradición afgana, pero los talibanes se lo impusieron a todas”. Y es que, según la política, la opresión de las mujeres está significativamente marcada no sólo por la guerra, sino también por el retorno a aspectos tradicionales de la mano del discurso religioso.

Koofi ha sobrevivido a dos atentados, el último el pasado verano, pero continúa defendiendo la importancia de que las niñas en Afganistán vayan a la escuela. Lo considera esencial para el fin del radicalismo. “Si toda la sociedad se educa, ¿por qué la gente cogería un arma para luchar? Creo que quienes combaten en la actualidad no han sido educados, y les han lavado el cerebro”. Y fundamental para la autonomía femenina: “Gracias al hecho de que fui educada conseguí un trabajo, fui económicamente independiente. Como resultado, puedo seguir mis sueños y mi visión. Por eso creo que es importante”.

Para Koofi, las interpretaciones religiosas son un ejercicio de poder y una manera más de imponer la mentalidad de dominación masculina, por eso habla de la necesidad de que existan mujeres interpretando el Corán

Muestra una actitud optimista y afirma tener esperanza en el futuro del país “si todo va bien en términos de paz y seguridad”. Como ejemplo, asegura que las luchas de sus hijas son distintas a las suyas a su edad. Cuenta que hay una parte de la sociedad que ha cambiado y esos hombres y mujeres de generaciones jóvenes no creen que el género deba ser un obstáculo.

Para Marylin dos Santos, sin embargo, segunda portavoz de Femen España, los cambios no parecen ser lo suficientemente rápidos en nuestro país. “Las medidas son descafeinadas. Estamos consiguiendo cosas poco a poco, pero parece mentira que cuando hablo con una señora que podría ser mi abuela llegamos a puntos donde me dice: ‘sí, yo ya protestaba por eso’”

Dos Santos recuerda que el 8M no debe ser un día de celebración, que no debemos “acomodarnos” por la falsa sensación de que “ya lo hemos conseguido todo. Venimos de un momento en que estábamos muy arriba y, de repente, empieza todo a desinflarse”. Antes, el feminismo era capaz de reunir a las mujeres en un día como el 8 de marzo, pero ahora estamos “constantemente debatiendo quién entra y quién no”, cuando debería integrar a todas las mujeres.

“Yo veo el patriarcado como una garra que está presente en todos los aspectos de nuestra vida. Y la pobreza como lo es en la India, la religión, la casta, el género o la discapacidad juegan su papel”

Nishtha Shanti, redactora de Feminism in India, una organización multimedia dedicada a la concienciación y la divulgación de material feminista, piensa del mismo modo. “Tenemos que ser humildes en nuestro activismo. Tenemos que asegurarnos de que nuestro feminismo es tan interseccional como puede serlo”.

Cuenta de la India que 87 millones de mujeres viven en pobreza extrema, lo que es determinante en la discriminación que sufren. “Yo veo el patriarcado como una garra que está presente en todos los aspectos de nuestra vida. Y la pobreza como lo es en la India, la religión, la casta, el género o la discapacidad juegan su papel”.

Pero las mujeres de la India se enfrentan a otros desafíos. Karnika Seth es abogada del Tribunal Supremo del país y ha fundado una organización para la protección de la infancia en internet. “Especialmente las niñas, son extorsionadas y se les hace bullying. Se ve una dependencia creciente de la infancia a internet, lo cual las expone más. Por eso tenemos que protegerlas”. Cuenta que ha trabajado en muchos casos judiciales en los que la privacidad de las niñas ha sido invadida y sus fotografías han sido usadas como objeto de extorsión y chantaje.

Como abogada, Seth coincide en la importancia de las leyes como método reactivo, pero defiende la educación como empoderamiento. “Con educación y concienciación podemos cambiar las cosas. Podemos impulsar políticas sociales y reformas legales. Podemos expresar nuestras preocupaciones y ofrecerles a nuestras niñas un lugar mejor”.

En esa misión cuenta con la colaboración de mujeres como Lade Ganikale y Awazi Angbalaga, fundadora y coordinadora respectivamente de la organización Hands Off Initiative, localizada en Nigeria. La labor de estas jóvenes es enseñar en los colegios sobre el consentimiento y contrarrestar la violencia sexual del país. “Es importante que los niños sepan que no es no, y es importante que las niñas sepan que hay poder en sus voces y que su cuerpo les pertenece”, cuenta Lade.

Awazi afirma que aún siguen luchando por la erradicación de algo tan atroz como es el matrimonio infantil. Aun así, preguntada por las actividades para esta semana, responde que aún está presente la catástrofe de las protestas contra la brutalidad policial (#endSARS).

“Vimos feministas saliendo hace unos meses a organizar protestas que ni siquiera tenían nada que ver con ellas. Eran simplemente feministas nigerianas contribuyendo a la comunidad. Pero nos afectó. Y, literalmente, lo cargamos a cuestas”

“Vimos feministas saliendo hace unos meses a organizar protestas que ni siquiera tenían nada que ver con ellas. Eran simplemente feministas nigerianas contribuyendo a la comunidad. Pero nos afectó. Y, literalmente, lo cargamos a cuestas. Nos metimos en problemas, hubo gente que murió y aún estamos de luto. Pero yo, personalmente, voy a celebrar a las mujeres nigerianas porque somos impresionantes”. Ambas están de acuerdo en que ser mujer en el país africano no es en absoluto fácil, y quieren que más mujeres se celebren a sí mismas porque, aún así, logran objetivos y avanzan, según Lade.

Donde también es complicado seguir adelante como mujer es en Bolivia. Las compañeras de Mujeres Creando, en La Paz, identifican cinco problemas principales: el acceso a la justicia es el primero, con el acusado por el feminicidio de Andrea Aramayo sentenciado a treinta años sin derecho a indulto en libertad esperando su apelación. “De alguna manera, nos están mandando un mensaje a las mujeres: que estamos solas, que tenemos que permanecer calladas, sometidas a la violencia. Porque, ¿de qué manera se puede interpretar que a pesar de estar sentenciado a treinta años se vaya a su casa?”, pregunta Alejandra García, integrante del colectivo.

Las mujeres indígenas y su lucha por la protección del territorio es otra de sus reivindicaciones. El acceso al trabajo, especialmente desde el comienzo de la pandemia, es otro de los desafíos de las mujeres bolivianas. Las empleadas del hogar, junto con las prostitutas y las gremiales, han sido las más afectadas por la pandemia. Dominga Mamani, de procedencia indígena y extrabajadora del hogar, estudió derecho para “poder defender a mis compañeras”, y ahora ayuda en la asesoría de la organización. Denuncia que trabajan en negro, más horas de lo habitual y con un salario por debajo del mínimo legal.

El acceso a tratamientos médicos es otra de las exigencias de Mujeres Creando. Las enfermas de cáncer, en su mayoría mujeres, exigen ser atendidas y así se reduzca el riesgo de mortalidad. “Mujeres que tienen que salir en camillas pidiendo no morir con dolor”, afirma García.
“Los médicos siguen pidiendo la autorización del marido cuando una mujer quiere ligarse las trompas. Y en las escuelas no se educa en sexualidad, algo que atraviesa nuestras vidas”

La prohibición del aborto es la quinta lucha. Sólo hay tres excepciones para el aborto legal, pero denuncian que la normativa no se cumple. Cientos de mujeres mueren por abortos mal practicados. “Los médicos siguen pidiendo la autorización del marido cuando una mujer quiere ligarse las trompas. Y en las escuelas no se educa en sexualidad, algo que atraviesa nuestras vidas”, cuentan como ejemplo del sexismo en el país latinoamericano.

Mujeres Creando llevan a cabo acciones de concienciación, pero también de visibilización a través de programas de radio, propuestas de cambios de leyes, campañas de recogida de alimentos, asesoría y acompañamiento en abortos y un servicio de contratación.

Alejandra denuncia que las autoridades participan en campañas el 8M y gritan que se acabe la violencia, pero los acusa de ser cómplices y tener victimadores impunes entre sus filas. “Por eso estoy yo aquí”, dice Dominga, “esa fuerza, esa valentía [en Mujeres Creando], me encanta. Ellas luchan todos los días”.

Para Arussi Unda, co-fundadora de Las Brujas del Mar desde México, el contexto en Latinoamérica es común debido a que son territorios colonizados que se han construido sobre la violencia contra la mujer, entre otras violencias.

“Siento que las mujeres mexicanas estamos peleando por nuestras vidas todos los días. En diferentes trincheras y en distintos contextos, pero todas unidas lamentablemente por esta violencia tan fuerte que nos atraviesa”. Aun así, según Unda, “esta opresión existe en todo el mundo, desde un patriarcado del consentimiento más occidental hasta uno más coaccional como vemos en el Oriente”.

“Siento que las mujeres mexicanas estamos peleando por nuestras vidas todos los días. En diferentes trincheras y en distintos contextos, pero todas unidas lamentablemente por esta violencia tan fuerte que nos atraviesa”

Lo importante de un fenómeno global como es el patriarcado para Ngenarr-Yassin Jeng, abogada del Tribunal Supremo de Gambia e integrante de Equals Now, es cuidarnos a nosotras mismas también para asegurarnos de que estamos lo mejor posible teniendo en cuenta nuestras situaciones. “Ojalá un día no tengamos que hacer este trabajo nunca más”.

En Gambia, “hemos interiorizado cosas que parecen muy normales pero que no deberían serlo”. Tras haber creado la primera docuserie del país, en la actualidad están trabajando en dos proyectos: uno es sobre el acoso en el trabajo, “algo de lo que no mucha gente habla en Gambia” con instituciones para que creen políticas que protejan a las mujeres que trabajan para ellas. El segundo es dar respuesta a la violencia de género a raíz del COVID. “Estamos entusiasmadas. Tratamos de aliarnos con otras organizaciones y así podemos tener un impacto a través de todo el país”.

Un impacto nacional es el que han tenido Marta Lempart y Strajk Kobiet liderando las protestas por la abolición del aborto en Polonia. Aun así, afirman que la publicidad que, de manera inconsciente, les ha dado el gobierno, les ha venido bien en algunos aspectos. “Antes de todo esto, estaba esa línea telefónica para ayudar a mujeres con abortos, pero mucha gente no lo sabía. Ahora todo el mundo la conoce, está por todas partes, incluso los políticos lo mostraron en la tele, está en las calles”.

Preguntada por cuál sería el mensaje para el resto de las mujeres del mundo que siguen luchando, Lempart responde: “Yo les diría que siempre somos más”. Y es cierto que cada día, no sólo cada 8M, hay millones de mujeres, en todas partes del mundo, que exigen, protestan o se celebran.

Siempre seremos más de las que ves.