Rescatan del olvido a valiosas mujeres de la Historia de México

Norma L. Vázquez Alanís › Club Primera Plana

(Primera de dos partes)

La Academia Nacional de Historia y Geografía (ANHG), que cuenta con el patrocinio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), convocó a un conversatorio virtual para hacer una revisión histórica del papel de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad mexicana, con la participación de los académicos Carlos Martínez Plata, Beatriz Saavedra, Alejandro Dosal, Olivia de Montelongo y Elizabeth Rembis.

El maestro, escritor y poeta Martínez Plata habló de la visión histórica que, de la grandeza de las mexicanas, tiene la mujer extranjera. Dijo que Madame Calderón de la Barca (Frances Erskine Inglis) -una de las más importantes cronistas que relataron la vida y costumbres del México del siglo XIX- destacó el amor de la madre mexicana, el maltrato de que era víctima por parte del marido y la excesiva religiosidad que la perdía.

Sobre Concepción Gimeno de Flaquer, comentó que dio a conocer en España importantes aspectos de la civilización azteca mediante conferencias y publicaciones, con la interpretación de sus prácticas rituales y su cultura desde una visión feminista que la llevó a enfatizar la importancia del papel de la mujer, en especial de Malitzin, de quien reconoció su inteligencia y el papel excepcional que como traductora tuvo en el proceso de la conquista; con este enfoque, Gimeno de Flaquer colaboró a la interpretación nacionalista y a la construcción de la identidad femenina en México.

Martínez Plata citó algunas de las frases más emblemáticas de esta feminista española: ’Acepta mi sexo el renombre de tierno y piadoso, pero no puede aceptar el que le apellidéis débil’, ’El hombre quiere débil a la mujer para hacerla su juguete, para explotar su debilidad’ y ’¿Cómo ha de dirigir la educación de sus hijos y el orden doméstico, una mujer sin carácter?’

También recordó a la poeta y educadora chilena Gabriela Mistral, quien con ternura arrulló a la niñez mexicana y exaltó la maternidad con conceptos como que la madre mexicana siempre lleva al hijo como un cántaro en la espalda.

Después resaltó lo que la mujer mexicana ha hecho desde tiempos remotos como en el caso de María Bartola, historiadora prehispánica cuyo mérito según el historiógrafo Francisco Sosa fue hacer una crónica de las batallas de los mexicas y españoles, así como descripciones acerca de los chichimecas y toltecas, textos que al parecer conoció el también narrador Fernando de Alva Ixtlixóchitl pues menciona a la cronista indígena en su propia obra. Era nieta de Cuitláhuac y fue una mujer líder en Iztapalapa.

Y la única mujer no monja de la cual se conserva una obra magnifica, es María Estrada de Medinilla, de quien la escritora, historiógrafa, investigadora y académica mexicana especializada en historia del mundo femenino y religioso de la época novohispana, Josefina Muriel, señala que se le consideró la Décima Musa antes que a Sor Juana Inés de la Cruz.

Un ejemplo de su talento indicó, son unas décimas a San Pedro Nolasco con las que participó y ganó el primer lugar en esa categoría en un certamen de 1633; con una glosa ganó el tercer lugar en el Certamen Poético a la Inmaculada Concepción, organizado por la Universidad, y con su ‘Relación en ovillejos castellanos de la entrada del virrey Don Diego López Pacheco, marqués de Villena, en México’, publicada en 1640, y la ‘Descripción en octavas reales de las fiestas con que obsequió México al mismo virrey’, Estrada de Medinilla nos legó toda una pieza literaria.

De Sor Juana, dijo Martínez Plata que fue mujer excepcional cuya facultad dominante fue la inteligencia, y apuntó que Gertrudis Bocanegra mantuvo sus ideales hacia la Independencia incólumes y la sentencia de fusilamiento no la amedrentó. Asimismo, recuperó la memoria de Laureana Wright, una escritora y periodista mexicana precursora del feminismo a través del reclamo de los derechos naturales de las mujeres; escribió biografías de mujeres de la independencia recogidas en el libro Mujeres notables mexicanas.

Mencionó a Dolores Jiménez y Muro, quien fue una generala del ejército de Emiliano Zapata, y a Juana Belem Gutiérrez, una periodista combatiente que luchó por las libertades de la mujer contra la organización social y política; pretendía integrar un movimiento de mujeres, también fue docente, anarquista, sufragista y activista. Fundó el semanario anticlerical y anti porfirista Vésper desde el cual criticó a la dictadura por lo cual sufrió represión, encarcelamiento y el destierro.

Incluyó además a Consuelo Colón -maestra y periodista duranguense- quien en su libro Mujeres de México (1944) consiguió dar un panorama bastante amplio de un grupo de damas que lograron realizar una labor destacada dentro de diversos ámbitos por méritos propios, es decir, sin la compañía de un hombre; de esta manera ella dejó constancia de las mujeres notables de esa década de los cuarenta.

Martínez Plata finalizó su intervención con Hermila Galindo, una luchadora social en favor de los derechos de la mujer; ella consideraba que ’un Estado amputado de mujeres es como un hombre amputado de sus miembros’. Y luego leyó un poema de la colimense Griselda Álvarez.

Mujeres insignes en la ANHG

En seguida, la presidenta de la ANHG, la maestra en Derecho Elizabeth Rembis Rubio, mencionando a algunas de las mujeres que han formado parte de la Academia; comenzó con Adela Formoso de Obregón Santacilia escritora, educadora, feminista y periodista, fundadora de la Universidad Femenina de México y la Universidad Femenina de Guadalajara, y designada además como Dama de América.

Luego habló de la primera mujer que gobernó un estado de la República, su natal Colima, Griselda Álvarez, ensayista, narradora, poeta y periodista que desafió a su tiempo, fue presidenta de la Federación Mexicana de Mujeres Escritoras y recibió numerosos reconocimientos, entre los que destacan el Premio Sor Juana Inés de la Cruz en 1968 por su obra Tiempo presente, la Medalla al Mérito en Letras Benito Juárez en 1993, la Medalla Belisario Domínguez en 1996 y la Presea Torre de Plata otorgada por el Club de Periodistas de México en 1998.

De María Teresa Campomanes dijo que fue pionera de la biblioteconomía en México, fue directora de la Biblioteca de México a la muerte de José Vasconcelos, educadora, escritora y funcionaria en la Secretaria de Educación Pública dentro de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos e hizo muchos estudios de sociología.

Considerada una de las más grandes políticas mexicanas, María Lavalle Urbina fue la primera mujer en presidir el Senado de la República, también la primera en titularse como abogada en la Universidad de Campeche y fue una eminente criminóloga, asimismo fue primera magistrada del Tribunal Superior de Justicia, jefa de la campaña de alfabetización desarrollada en Campeche entre 1944 y 1947, y representó a México ante Naciones Unidas durante los trabajos sobre la condición jurídica y social de la mujer.

Entre sus reconocimientos figuran el Premio de la ONU por Servicios Eminentes a la causa de los Derechos Humanos en 1973, Medalla de Honor al Mérito Jurídico de la Asociación Nacional de Abogados en 1979, Medalla Justo Sierra del gobierno de Campeche en 1981, la Medalla Belisario Domínguez del Senado de la República en 1985 y la Universidad Autónoma de Sudeste en Campeche le otorgó un doctorado honoris causa, concluyó la presidenta de la ANHG.