¿Retorno presencial a clases o preparar un genocidio?

Astrolabio Político.

Por: Luis Ramírez Baqueiro

“Desde los tiempos de Adán, los necios están en mayoría.” – Casimir Delavigne.

Define la Real Academia de la Lengua Española la palabra “genocidio” como el exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad.

Es así como, nos cuestionamos ¿si el presidente Andrés Manuel López Obrador, prepara un genocidio, al anunciar el retorno obligatorio a clases presenciales el próximo 30 de agosto.

Para muchos padres de familia, la necesidad de que sus hijos asistan a la escuela, va más allá de cumplir con la metodología de enseñanza alumno-maestro, o el intentar enmendar la plana al proceso de enseñanza aprendizaje.

La realidad es mucho más alarmante.

Observando la obligatoria necesidad de que el alumnado compagine conocimientos, con el trato social, lo deseable sería sí enviarlos.

En la praxis, esta falta de atención maestro-alumno puede ser reemplazada con la presencia de uno de los padres o tutores, a fin de garantizar en el desarrollo de sus tareas, a manera de fungir como auxiliares de apoyo del proceso enseñanza aprendizaje.

Lo grave vendrá con el regreso a las aulas, pues por muy a pesar de las buenas intenciones, como dice el dicho, de nuevas y buenas intenciones están llenos los panteones.

El reto que implica nuevamente incorporarse al modelo cuando menos semi presencial, de la mano habrá de venir el rescate de los planteles, mismos que se quedaron a la buena de Dios, tras la suspensión definitiva del ciclo escolar.

Las más recientes cifras de la Secretaría de Salud (SSA) de Veracruz, erizan los cabellos, con tan solo observar como más que aplanar la curva, la hemos hecho salirse de control, ante la falta irresponsable de criterio.

El más reciente corte del virus en la entidad, el dato de contagios en un día –par ser precisos de sábado a domingo- rebasó el millar de fallecidos y ni que hablar de opinar.

Cifras oficiales afirman que al momento han perdido la batalla contra el COVID-19, 11 mil 146 fallecidos, sin que nadie hable del crimen provocado como consecuencia de la laxitud del Gobierno Federal y Estatal.

La necedad que emana del presidente López Obrador, bien vale cuestionarnos ¿será que el presidente López goza de verdadera salud mental o pretende consumar lo que a los ojos del mundo pudiera ser un genocidio.

Al tiempo.

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