Escuche Presidente /
Guillermo Cantón Zetina
Peña Nieto pagó caro sostener en el poder a dos empleados suyos (Roberto Borge y Javier Duarte), quienes como gobernadores impuestos de Quintana Roo y Veracruz fueron puestos de “ejemplo” de políticos jóvenes y acabaron en la cárcel por rateros e ineptos. Hoy, López Obrador demuestra que no aprendió la lección y tiene su trofeo en un sujeto menos que intrascendente, llamado Cuitláhuac, quien trae a Veracruz de cabeza y con un baño de sangre irrefrenable.
Ayer Peña Nieto con Borge y Duarte, arruinando al país y a sus respectivos estados. Hoy, el presidente jugando una carta en Veracruz que, además de perdedora, puede costarle lágrimas de sangre al tabasqueño. Imaginemos el disparate presidencial si comparamos a Cui con un presidente de los de a de veras, Adolfo Ruiz Cortines, un ejemplo nacional de austeridad luego del desastre corruptor de Miguel Alemán, también jarocho.
La desmesura de López Obrador poniendo de gobernador a un muchacho poco menos que iletrado está teniendo consecuencias funestas. Sólo en marzo pasado, Veracruz se pintó de rojo con 545 homicidios; de continuar la tendencia criminal, Cui terminará el año con un penoso record de crímenes. Su novatez y mediocridad son de espanto y tal parece que al presidente le gustó cómo cuenta chistes el muchacho y lo premió con la gubernatura.
Pobre Veracruz!. Qué daño habrá hecho que le han enquistado gobernadores criminales, ladrones, y francamente despiadados para gobernar, como Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Angel Yunes. Puro ejemplar de colección para los museos del horror y la corrupción. Herrera abrió el camino hacia los narcos y les entregó la entidad a cambio de fabulosas cantidades de dólares, según todos las versiones populares. Duarte ya sabemos la etapa de latrocinios que tuvo y de Yunes mejor ni hablar. Tres jarochos indignos de ese maravilloso estado.
Yo quisiera poder preguntarle a López Obrador los atributos que vio en Cui para fastidiar a los veracruzanos clavándolo como gobernador. Tal para cual, podría decirse. Inexperto, corto de ideas, con brillo oscuro y para amolarla, arbitrario en el uso del poder público. (Un ejemplo de esto lo pudimos ver en la entrevista que le hizo la guapa Azucena en Milenio y cómo este patán insultó a la dama y mostró sus ínfimos recursos de talento.
Cui trae un pleito de miedo con el Fiscal estatal, Jorge Winckler, porque no lo puso él, sino Yunes. Se han dado con todo, mientras la delincuencia invade el estado, las calles son campos de batalla y las matanzas (Minatitlán) son motivo de estupor y espanto nacional. Es decir: el gobernador morenista en vez de perseguir a los narcos y asesinos, se la vive persiguiendo ¡a su propio Fiscal!. Otra perlita de esa guasa llamada Cuarta Transformación…
Tal es el desmoder que trae Cui en Veracruz, que el presidente le lanzó un salvavidas este 26 de abril enviándole más de mil miembros de la espuria Guardia Nacional a ver si endereza el barco, particularmente en Minatitlán y Coatzacoalcos. (Por cierto, el presidente inauguró en Veracruz ese día, la Guardia, mientras la violencia se agudizaba en otros tres estados del país.
“Incompetente, inepto y torpe” fue calificado el tal Cui por la panista Mariana Gómez del Campo, quien retrató con fidelidad la matazón que hay en Veracruz, estado que está “sumido en la inseguridad”. Lo tragicómico es que el señor gobernador dijo en un discurso que para combatir la inseguridad bastaba con regalar 500 vaquillas en el campo. Yo no encontré lógica alguna de los crímenes con las vaquillas; pero al tal Cuitláhuac eso le pareció brillante…y fue solapado en este circo por el presidente de la República…
La vergüenza que significa Cui ya traspasó las fronteras de Veracruz y de México. El diario español El País resaltó que en menos de una semana fueron descubiertas 36 fosas clandestinas y que el estado fue sacudido por la matanza de 13 personas y por el asesinato de una alcaldesa de Morena. El País dice que las policías estatales están en un cuadro de estupor, pues están bloqueadas desde hace meses “en el encono entre el ejecutivo estatal y el Fiscal”.
El muchacho maravilla de Veracruz tiene en su haber este penoso hecho: repuntan los feminicidios y sólo en marzo pasado ocurrieron 26.
La siempre aguda Billie J. Parker ha documentado que los asesinatos infaustos de 4 niños (uno de un año y un bebé de meses) en Comalcalco y Minatitlán muestran cómo la población civil es “arrasada” pese a operativos de la Guardia Nacional “que parecen no existir o que los agilizan como escenografía presidencial; pero una vez que se va el jefe, se esfuman”.
Veracruz es una bomba de tiempo en manos de ese chavo imberbe, el tal Cui. Ojalá en algún momento de lucidez el presidente se de cuenta del tamaño de su equivocación al poner a esa entidad, trabajadora y altamente politizada, en manos de un tipo sin tamaños, sin personalidad y sin arrestos para dirigir un conglomerado tan valioso como el jarocho. No por nada han tenido dos presidentes de la República, lo que habla de su alto nivel político. Y los amuelan con un personaje que de política sabe lo que yo de trigonometría…
A Peña se le dijo mil veces que Borge y Duarte serían su tumba política. El desprecio del ex presidente hacia las voces sensatas y prudentes culminó en tragedias económicas, sociales y políticas en Veracruz y Quintana Roo. Nunca pagará Peña Nieto a esas dos entidades el daño inmenso que les causó. Pues ahora el tabasqueño anda en las mismas. Y ese tal Cui es un compendio de fracasos y errores. López Obrador, tozudo como es, prefiere el escarnio público a rectificar y honrar a los veracruzanos quitándoles ese reverendo estorbo. Que recuerde a su paisano Neme que perdió el gobierno de Tabasco por proteger a amigos suyos que saquearon las arcas estatales y arruinaron la economía tabasqueña. Los cuates a veces cuestan carísimos, por más que se sepan chistes buenos que halaguen al patrón.
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