** Mujeres y Política .
/ Soledad Jarquín Edgar /
SemMéxico, Oaxaca, 25 de enero, 2022.- El feminicidio de la periodista Lourdes Maldonado en Tijuana, Baja California, nos duele y mucho por ser compañera de muchos años, por su indiscutible sororidad y lo más importante, por ser mujer y porque las mexicanas estamos lastimadas hasta decir ¡ya basta!
Sin duda nos duele también la indiferencia y el dejo de valepadrismo mostrado por el presidente mexicano, no una sino dos veces para con Lourdes Maldonado López. La primera el 19 de marzo de 2019, cuando ella, en la conferencia matutina le advirtió que corría el peligro de ser asesinada. Lo que por desgracia ocurrió este domingo 23 de enero. Y la segunda, este lunes, 12 horas después del artero y cobarde crimen, cuando pidió no adelantarse a los hechos e involucrar al morenista Jaime Bonilla Valdez.
Otra vez y como ocurre en los casos de periodistas, el poder político está de por medio. Al presidente Andrés Manuel López Obrador y a sus colaboradores, es claro, no les importan las súplicas, llamadas de auxilio, la justicia que se ha reclamado en la mañanera, para él, sus amigos, colaboradores y allegados son incapaces de hacer daño. Ya hemos visto demasiado, eso no es verdad y hay que decírselo al Presidente.
Es la indiferencia la que asesina periodistas y también a las mujeres. Es la poca importancia que se le ha dado al dolor de las familias, está vez a la familia Maldonado López desde el mismo Palacio Nacional. La impunidad sigue atravesada en este país y ahora le toca a él resolverla, no importa que de otros la haya heredado.
Este país se ha convertido en una cuenta mortuoria de periodistas y de mujeres que debería encender las alarmas, si es que quiere realmente transformar de fondo la realidad mexicana. No sólo es responsabilidad de la sociedad que debe no naturalizar cualquier tipo de violencia, o que sale y exige justicia. Hay que recordarle al sistema de gobierno del país entero que es responsabilidad de todos ellos, que se sigan cometiendo asesinatos y que detener la violencia se puede hacer de una sola manera: sin impunidad para nadie.
El contexto del asesinato de Lourdes Maldonado está inmerso en esa larga lucha de nueve años en un litigio laboral que ella ganó la semana pasada y que representaba el pago de una cuantiosa cantidad de dinero para el empresario y político, Bonilla Valdez. Uno hombre, quien, a pesar de todo, fue electo gobernador de Baja California.
Porque Lourdes Maldonado lo denunció en la conferencia de cada mañana, ante el presidente, pensando que habría de intervenir y resolver, tres meses antes de que fuera electo. Eso habla de una incapacidad, de una ceguera de López Obrador. El costo es muy alto, hoy lloramos una irreparable pérdida.
Ahora lo sabemos es muy peligroso no investigar a quienes aspiran o pretenden ser gobernantes. Bonilla Valdez ya estaba ungido, era el bueno, pensaban jugar incluso con la posibilidad de que no fueran dos años de gobierno, sino que podrían añadirle otros cinco años. Esa fue la estrategia, no querían echar marcha atrás, no fueron capaces de ver quién era en realidad el aspirante morenista, que ganó, gobernó dos años y se tuvo que ir, porque no hubo la ampliación de su mandato. Eso se lo agradecemos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación quien dijo no, y señaló que la reforma aprobada por el Congreso local de Baja California era inconstitucional. Me pregunto si las y los legisladores que aprobaron la reforma podrán dormir tranquilos.
El presidente mexicano que prometió un cambio radical para el país, mucho ha criticado y con razón al priismo que protege a sus depredadores, es como ver la paja en el ojo ajeno. Ahora veremos qué resultados tiene la justicia en Baja California. Queremos justicia para Lourdes Maldonado, se lo merece, porque con su lucha demostró que tenía razón.
Lourdes Maldonado ha sido sacrificada, ojalá que Andrés Manuel López Obrador aprenda esa dura lección.
En las mañaneras López Obrador reparte a diestra y siniestra las peticiones a sus colaboradores, en el caso de Lourdes le tocó a Jesús Ramírez; cuando fui a pedir justicia para mi hija María del Sol, le tocó a Olga Sánchez Cordero, hoy flamante senadora. A Lourdes la mataron este domingo en Tijuana. En Oaxaca ningún involucrado en el asesinato de María del Sol ha sido castigado. La carpeta de investigación es hoy parte de un archivo muerto.
Moraleja a menos que quieran despertarse muy temprano vayan a la mañanera, porque no sirve de nada.