Violencia vicaria presente en víctimas de feminicidio en Tabasco.

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25/01/2022/ Villahermosa Tab.- Juani Amairani sufrió “violencia vicaría” por lo que exigimos urgentemente que las autoridades activen en Tabasco “Alerta de Género”, señalaron integrantes de Colectivos de Mujeres.

Nadia Alejandra Chablé Ruiz, integrante de la colectiva de Amorosas Madres contra la Alienación de la Infancia (CAM-CAI), señaló que Amairani Martínez, fue hallada sin vida en Huimanguillo este domingo, señaló que diversas colectivas feministas solicitan que en Tabasco se declare la alerta de género ante la ola de violencia contra las mujeres.

Dijo que Amairani se había separado de su pareja por violencia y en su momento presentó las denuncias correspondientes, e incluso había ganado la custodia de sus hijos.

Chablé Ruiz destacó que los feminicidios no ocurren ‘de la noche a la mañana’ sino que siempre hay una serie de violencia contra las mujeres, misma que las autoridades no atienden, por lo que es necesaria la alerta de género para que inicien los protocolos y políticas que orienten las políticas a la prevención de esta violencia.

Añadió, que la violencia de género es un problema social, como muchos otros delitos, pues las autoridades ya no deben seguir victimizando a la mujer, simplemente que atiendan las denuncias y se respeten los derechos humanos.

La violencia vicaria es aquella que tiene como objetivo dañar a la mujer a través de sus seres queridos y especialmente de sus hijas e hijos. … El objetivo es el control y el dominio sobre la mujer, en un alarde máximo de posesión en una relación de poder que se sustenta en la desigualdad.

Instrumentalizar a los hijos y las hijas para infligir dolor y acrecentar el control hacia las mujeres es una de las formas más extremas y brutales que adopta la violencia de género. A pesar del gran desconocimiento que existe sobre ella, es una de las violencias habituales y que muy pocas veces es denunciada. No se trata de una violencia aislada, sino de la culminación de un proceso de control y maltrato que sufren a menudo las mujeres.

No son pocas las voces expertas que denuncian que en la práctica judicial se sigue desvinculando la violencia de género de ciertas acciones perpetradas contra los y las menores, con la excepción de aquellos casos en los que a causa de la crueldad y trascendencia de los mismos se hace más fácilmente constatable dicha vinculación.

Es indudable que en el caso que nos ocupa existe una doble víctima afectada por la violencia: los hijos e hijas, sobre quiénes se ejercen directamente el maltrato y las agresiones, de un lado, y la madre, víctima indirecta de la violencia ejercida sobre sus descendientes, de otro.

Los menores, más invisibles que sus madres

En este proceso, los y las menores víctimas a menudo son más invisibles que sus propias madres y son el instrumento empleado por parte de los padres con el fin de conseguir controlar y dominar a sus parejas y exparejas sin necesidad de agredirlas físicamente.

Ante los obstáculos que las leyes y la justicia les imponen, los hombres que ejercen maltrato a través de estas prácticas persiguen continuar practicando violencia sobre su pareja o expareja a través del eslabón más vulnerable: los hijos y las hijas.

De este modo, nos encontramos con hombres que durante la relación de convivencia de pareja nunca se hicieron cargo del cuidado de sus hijos e hijas pero que con la rotura de la relación de convivencia con la pareja solicitan la custodia (compartida o plena) o bien un régimen de visitas amplias. Todo esto, con la finalidad de mantener el contacto con la expareja y poder seguir ejerciendo una práctica de maltrato, en muchos casos a través de los y las menores.