¿CÓMO pintaría la procuración de justicia en México si Alejandro Gertz dedicara el mismo interés, energía y los recursos de la FGR para perseguir a criminales, asesinos y funcionarios corruptos que los que dedica a mantener en la cárcel a Alejandra Cuevas?
¿Y CÓMO se hubiera desarrollado ese caso en particular, así como la persecución contra la ex cuñada del fiscal, Laura Morán, sin toda la presión que Gertz ha ejercido desde su cargo público para influenciar un asunto privado y personal?
EN UNA democracia funcional, e incluso en un gobierno corrupto como los que encabezó el PRI, el titular de la FGR ya hubiera presentado su renuncia tras la revelación de las grabaciones en las que Gertz presume sin pudor alguno: “tenemos a tres o cuatro ministros” de la Suprema Corte.
TAL PARECE que, en la 4T, el único error grave que puede cometer un funcionario es lastimar el ego y la soberbia del inquilino de Palacio Nacional y que, mientras Gertz siga prendiendo inciensos al Presidente y cumpliendo con sus instrucciones, permanecerá en el cargo sin preocuparse.