CIRCULA EN LA RED
¿Quién cuida al Presidente?
Un ejemplo:
1. El primer error
El domingo 26 de mayo el Presidente Andrés Manuel López Obrador declaró:
“México se fundó hace más de 10 mil años. Con todo respeto, todavía pastaban los búfalos en lo que hoy es Nueva York y ya en México había universidades y había imprentas. Este es un país con una gran cultura”.
Una gran cultura, excepto del que habla, le faltó decir, porque:
– La fundación de Tenochtitlán fue apenas en el año 1325.
– La imprenta de Juan Pablos que fue la primera en el continente se fundó en 1539.
– La primera universidad de México se crea, junto con la de Lima, Perú en 1551.
– Hace 7 mil años apenas se empezaba a domesticar el maíz, el frijol, la calabaza y el chile en Mesoamérica y hace 10 mil años apenas se registra en la historia la presencia del hombre de Tepexpan.
¿De dónde diablos saca que ya había universidades e imprentas hace 10 mil años?
Todos cometemos errores. Somos humanos. Y más cuando hablamos o hacemos tanto. Y cuando lo hacemos en cadena nacional y/o mundial pues esos errores se magnifican.
Por eso siempre se ha dicho que “no hay nada peor que un tonto con iniciativa”…
Pero:
a) Lo ideal es que uno mismo se de cuenta del error y rectifique, corrija, para no volverlo a cometer. Y si el error causó un daño, entonces ofrecer una disculpa, tratar de repararlo y hacer el voto de no volverlo a cometer.
b) Pero si uno no se da cuenta, lo ideal es que alguien nos lo haga saber, que alguien nos advierta, que alguien nos abra los ojos y mas cuando uno es Presidente y todo mundo en las redes sociodigitales se está burlando de ese error.
Pues nada de eso sucedió y:
2. Viene el segundo error
El lunes 27 de mayo, un periodista le pregunta:
¿A qué se refería con 10 mil años de antigüedad de México?
La pregunta lleva chanfle, jiribilla, una bola con efecto dirían en el béisbol que tanto le gusta, pues está buscando exhibir el error del Presidente… y éste en lugar de darse por enterado de que le pusieron una pregunta enjabonada… en vez de recapacitar y decir: “ok, me equivoqué, ofrezco una disculpa…” Se monta en la pregunta y el tradicional peje enjabonado que nadie puede atrapar, porque es demasiado astuto, demasiado hábil, una flecha con la imaginación y con una lengua super rápida, ahora patina, derrapa y hace un mega ridículo de tamaño sideral y le agrega varios ceros al error o al horror:
Y contesta:
“Pues tiene que ver con la antropología (Gulp!)… ¿desde cuándo se conoce que existe el hombre en América? (se pregunta él solito y él solito se ensarta) Pues desde hace alrededor de 5 o 10 mil millones de años?”
– Ya corrigió, dice alguien en las redes sociales: no son 10 mil años sino 10 mil millones de años… jajaja
Sería muy cómico, sino fuese muy trágico, porque advierte:
1. que no se está dando cuenta que cometió un error el domingo y lo está repitiendo y magnificando el lunes.
2. que no hay nadie en su equipo que se atreva a decirle: “Perdón, señor Presidente, pero cometió un error el domingo y en las redes sociales hay memes y videos en donde se están burlando de Usted”.
3. que él mismo no tiene capacidad autocrítica, para decir, me equivoqué, sino que como en una tabla de surf, una vez que se sube, ya no se baja, independientemente de qué tan fuerte venga la ola. Lo mismo hizo con la cancelación del nuevo aeropuerto de Texcoco, o con el cerro en Santa Lucía o con la refinería de Dos Bocas o con el Tren Maya… Cuando dice “me canso ganso” ya lo perdimos, no hay poder humano que lo haga entrar en razón, no hay estadística, experto, organismo nacional o internacional que le pueda hacer ver que se equivocó, que patinó, que tomó una decisión errónea. Se planta como macho. ¿Es eso insensatez, audacia, senilidad o soberbia? Eso es lo que se discute en las redes sociales. Eso es lo que discuten los expertos.
El problema es que un error del Presidente lo pagamos todos los mexicanos, así sea en el desprestigio, en la burla, porque están denigrando al Jefe del Estado Mexicano. Pero otros errores, como el del aeropuerto cuesta millones, por ejemplo a los 44 millones de trabajadores que tienen su pensión en una Afore y las cuales perdieron 131 mil millones de pesos (6.5 mil millones de dólares) porque tenían invertido parte de esos ahorros en ese proyecto. Y el Presidente o ni se enteró o si se enteró le valió.
¿Quién cuida al Presidente?
Se dice que antes lo cuidaba César Yáñez, pero después que hizo su boda Fifí, a la cual el propio Andrés Manuel asistió e incluso fue padrino, y nunca dijo ni pío ni un mea culpa por estar participando en algo que tanto cuestiona y critica, pues lo hizo a un lado. Al grado que varios claman que regrese al lado del Presidente para que lo cuide.
Esta misma semana su esposa hizo el ridículo en Canal 11 cuando le preguntaron sobre un autor del siglo XX y ella como experta en literatura como se presenta no supo qué contestar ni siquiera porque le empezaron a soplar la respuesta. El mismo error que cometió el ex Presidente Enrique Peña en la Feria del Libro de Guadalajara y por el que lo exhibieron como ignorante.
AMLO y su esposa no son ignorantes. Son gente que se da de haber leído y escrito, de conocer la historia. ¿Qué les está pasando? ¿Por qué derrapan tan feo? ¿Por qué no tienen un asesor de imagen que los cuide?
Cometer un error es de humanos, todos lo cometemos.
Pero cometerlo una vez y no darte cuenta o que nadie te advierta es ya un doble error.
Y volver a cometerlo, ahora más grande, eso es en el menor de los casos un descuido y en el peor: insensatez o soberbia.
Y lo peor de lo peor es cuando sus defensores en las redes sociales empiezan a burlarse o insultar o sacar todo tipo de vulgaridades cuando alguien hace ver que el Presidente se equivocó.
¿Qué están diciendo los expertos?
“Lo preocupante es que no admita un error, tan fácil que es decir: me equivoqué y punto.
Habla de soberbia y de que no escucha a sus asesores o tal vez nadie lo asesora”
Otro dice:
“Es rayana con el ridículo esa respuesta”
Y los encuestadores se preguntan:
“¿Qué consecuencias tendrá a plazo mediano esa actitud?”
Y los expertos dicen:
“Lo que veo es una caída mucho más acelerada en las derechas o centro derechas, que en las izquierdas, donde tiene un apoyo popular que le da un cimiento un tanto más sólido. No creo que un hecho puntual de estas características sea significativo, pero la acumulación de hechos así, pueden llegar a producir un estigma, como ustedes ya lo vieron con el anterior presidente. Que por sí sólo no es del todo dañino, pero si se agrava ante la falla de la política en general o en algún contexto o crisis inesperada. Ahí es donde el estigma empieza a actuar aceleradamente, como expansor de una crisis o de una situación de disenso más general”
Otro experto dice: “lo más increíble es que después de dos días no hay tenido preparada una línea de respuesta… parece el sello de la casa, el arreglo es peor que el desperfecto original”.
– Cierto, dice otro. Puede haber un impacto en imagen, credibilidad y aprobación.
Por eso, insisto la pregunta: ¿Quién cuida al Presidente?