LINOTIPIA.
/ Peniley Ramírez /
Hace unas semanas, el Banco de México realizó una encuesta a casi 40 economistas de bancos mexicanos y extranjeros. Estas encuestas se hacen cada mes. Permiten entender cómo los especialistas valoran aspectos clave que impulsan la economía, más allá de las declaraciones politizadas en la prensa. La encuesta exhibe una conclusión preocupante: los especialistas creen que no es un buen momento para invertir en el país.
¿Qué cambió entre 2016 y 2018 (los últimos años del gobierno de Enrique Peña Nieto) y el periodo que lleva gobernando Andrés Manuel López Obrador? El resultado de este análisis es el estancamiento. Muchos opositores insisten en que el mayor riesgo radica en las estridentes declaraciones diarias del Presidente contra empresarios, las contrarreformas que ha impulsado, los proyectos que ha cancelado y el temor que esto infunde en inversionistas extranjeros. Esta semana, el aval a la reforma de la Ley de la Industria Eléctrica en la Suprema Corte ahonda estas preocupaciones. Pero una mirada a los informes especializados refleja que los temores son menos políticos. Más que las mañaneras, a los inversionistas les preocupa la corrupción y la violencia, que López Obrador prometió disminuir y no lo ha hecho.
A finales del gobierno de Peña Nieto, dos de cada 10 encuestados por Banxico consideraba que la economía mejoraría en los próximos seis meses, mientras tres creían que estaría peor. Ahora, los números son muy similares. También se ha mantenido la expectativa casi estancada en estos años ante la pregunta de si la economía mexicana hoy está peor que hace un año. “Los más reconocidos analistas llevan tiempo pensando que ya tocamos fondo”, me dijo el economista Pablo Santillán, de Vizcarra Consultores, quien sigue regularmente esta encuesta.
A principios de este año, la Secretaría de Economía anunció que en 2021 México captó 9% más inversión extranjera que en 2020, el peor año de la pandemia. Sin embargo, un análisis de El País apuntó que esta inversión era la más baja en los últimos cinco años.
En la encuesta de Banxico, el cambio sustancial ocurrió en la tercera pregunta. ¿Es un buen momento para invertir en México? En 2018, cuatro de cada 10 especialistas decían que no debía invertirse. Ahora, una mayoría de seis expertos dicen que no, que los empresarios no deben arriesgarse. Este pesimismo entre los analistas trae otros efectos perniciosos. Los bancos no prestan, los empresarios no invierten y no hay crecimiento económico. Es como si los días y los años no pasaran, excepto que sí pasan y hay más población que llega a la edad del retiro, más niños que nacen y necesitan alimentación, escuela, servicios de salud. Es una suerte de profecía autocumplida. El temor a que la situación empeore, y la falta de acciones, como medida preventiva, hace que en efecto esto suceda.
En febrero, el Foro Económico Mundial incluyó a México en su índice de Riesgo Global. El reporte alerta que aumentó la actividad económica ilegal, hay más estancamiento económico, una crisis de empleo y de las condiciones de vida, más una severa desigualdad digital y un “riesgo de colapso del Estado”. En marzo, el banco Santander incluyó en un informe que México tiene una situación geográfica estratégica, variedad de recursos naturales, buena actitud hacia las inversiones y mano de obra calificada. Sin embargo, el banco encuentra un nivel de corrupción alto y una tasa de criminalidad en aumento.
En marzo, el gobierno de Gran Bretaña consideró que México ha tenido el combate a la corrupción como una prioridad política, pero “muchos casos han sido investigados y pocos procesados”. Los programas sociales del gobierno, que buscaban también disminuir la violencia y la pobreza, “han tenido un impacto limitado”, los homicidios se mantienen en niveles casi récord, y continúa la preocupación por la violencia y la militarización de la seguridad pública, dice el informe de Gran Bretaña.
López Obrador ganó la Presidencia con un discurso que prometía no ser más de lo mismo. Los números dicen lo contrario. En esos números no se ve la debacle política que cada día vaticina la derecha. Tampoco se ve una transformación.