Ballotaje y Gobernabilidad

/ Gilda Montaño /

Hace mucho tiempo ya, tuve la oportunidad de observar de cerca las elecciones en Argentina en el proceso electoral, en esa Nación en el 2002, proceso al que se llegó, con la mayor crisis económica ocurrida en ese País, en toda su historia. Crisis que devastó mayormente, a la clase media.

Argentina se declaró en moratoria, y así tuvo también la peor crisis política en su Historia. Tres presidentes interinos de la República en un año, hasta que ascendió Fernando de la Rúa y convocó a elecciones extraordinarias. No sería el fin de la Argentina, catalogada como la Europa del continente americano. Su población en el 2002, era de 35 millones de habitantes. Contando casi con el doble de extensión territorial que México, su población era de menos de la mitad que la nuestra, lo sigue siendo. El nivel educativo es altísimo. El conductor de autobús, en general, cuenta con un posgrado, es doctor en algo; no existen en argentina las licenciaturas, los estudios universitarios en tiempo suman, lo que en México serian 14 semestres. Siete años de preparación académica aproximada, 5 en tetra-mestres.

Es una nación educada, donde, por ejemplo, los transportistas están insertados en la clase media, que es necesariamente en Argentina, la clase trabajadora. La crisis dejo cientos de miles de desempleados, que habían accesado al crédito, a la automotriz y al hipotecario. Como en la crisis mexicana, efecto tequila, la mitad de la población en la Argentina, en ese momento estaba en riesgo de perderlo todo. Así comenzó la migración a España y México mayormente, a trabajar de lo que fuera.

Pero el reto principal y urgente, era resolver la crisis política: ello conllevaría a resolver la crisis económica. Estaban preparados. Son un Estado Moderno, con leyes modernas, que se han perfeccionado constantemente.

Al igual que en México, la capital era un Departamento Administrativo, no se le llamaba regente, se le llamaba el Primer Intendente. Ahora se convoca a elecciones en la capital. Los porteños votan a su jefe de gobierno al igual que nosotros. Entonces brincaron al escenario político nuevamente Carlos Saúl Menem con su esposa, la ex miss universo, mejor conocida como “La Boloco”, y otros más como Néstor Kirchner, Ricardo López Murphy operador político del empresario Macri, propietario del equipo de futbol Boca Jrs. y la gordita “Elisa Carrio”, ambos provenientes de escisiones en el Partido Radicalista.

Ante mi ignorancia y desconocimiento de la Ley Electoral Argentina, cuál sería mi sorpresa que Kirchner y Menem, pertenecían al mismo partido político, de dos muy fuertes en Argentina: el partido justicialista desde 1940, y el partido radicalista o bien Unión Cívica Radical. No solo eso, a uno de los dos, le apoyaba una corriente fuerte al interior de su partido, la Corriente Peronista, que es la que fundó al partido que nunca olvida el sindicalismo argentino, que no olvidan a Juan Domingo y a Eva, sepultados en el panteón “Village Ricoletta” en Buenos Aires, muy cerca de la Plaza Serrano.

Pero en Argentina están previstas las candidaturas independientes, y no necesariamente eres expulsado de tu partido político, si participas de una candidatura independiente, todo lo contrario. Este esquema, aunque momentáneamente, divide, a posteriori, obliga a los candidatos y partidos, irremediablemente a salir en busca del voto ciudadano.

No es suficiente con el voto de los adeptos, de cual o tal Instituto político. Así Menem extrañamente cerró su campaña en el Estadio La Bombonera en Caminito, en el Barrio de la Boca, en el Estadio del Boca Juniors, –considerado como el equipo del pueblo, del barrio, de la raza, el equipo de Maradona–, y Kirchner en el estadio monumental del River Plate, del Rio de la Plata, donde juega el equipo de los ricos, su mote: “Los millonarios del River Plate”.

Es dato curioso porque a Carlos Saúl Menem, se le cuestiona muy duro. Se le culpa de las devaluaciones posteriores. Hasta Raúl Alfonsín, el sistema político era uno, y después llegó un nuevo sistema político, incipiente como tal: el “neo liberalismo”. Es decir, Menem contrario a las banderas históricas de su partido, es el Salinas de Gortari, Argentino.

Así con estos señalamientos, llegó el día de la jornada electoral. La clase media desfavorecida, por errores similares, al nuestro, como: el “error de diciembre”. Entendía que, si alguien era apto para operar el nuevo sistema político, ya para el 2002, no tan incipiente, ese era Menem. Y esa clase media desfavorecida salió a votar, y así Menem, apaleo a Kirchner y a los demás.

Pero no fue suficiente, porque la ley electoral Argentina, establece el Ballotage, que no es otra cosa más que la copia del Sistema Electoral Francés, que contempla la segunda vuelta. Porque a diferencia nuestra, aquí en México no importa que se tenga un padrón electoral de 50 millones de habitantes. Aquí la Ley dice que gana el que tenga más votos, aunque sea uno solo de diferencia.

Así se determinó en la Argentina, la segunda vuelta electoral. Dictaminada por ministerio de ley, se estableció la fecha de competencia electoral en primer término.

Porque en ese país, no salió a votar la mitad más uno del padrón electoral, como lo dispone la ley y los dos candidatos que obtuvieran mayor cantidad de sufragios, serían los contendientes. Menem y Kirchner, los otros estaban descalificados únicamente. Sin embargo, la ley provee, que para esta segunda vuelta, se puedan conformar nuevas coaliciones. Todos los candidatos minoritarios, se sumaron a Néstor Kirchner, para balancear y poder competir contra Carlos Saúl Menem. Inscribieron su coalición en el órgano electoral. Menem no lo hizo, perdió por default, y así ocurrió la asunción al poder del único contendiente inscrito en la segunda vuelta. Nadie me lo conto, lo viví.

Nadie protestó. No hubo marchas, ni plantones. No se exclamaba el grito: “Fraude Electoral”. No hubo presión social, al borde del estallido, y por mucho no estuvieron en riesgo de una revolución o guerra civil. No hubo el enfrentamiento entre hermanos, ni la confrontación entre partidos. Nadie gritaba: “voto por voto, casilla por casilla”.

Los Menemistas, si acaso comentaban lo siguiente: “Perdimos porque nuestro candidato, resulto gallina”, y como gallina Menem salió a reconocer su declinación, y las razones de la misma. Su discurso: “La coalición de Kirchner, representaba a las mayorías, y aunque podría haber ganado, su victoria, ya no le representaba a la Argentina un ambiente de gobernabilidad”. Sensato como él solo, se hizo a un lado, no podría gobernar y Argentina, sin mayor aspaviento, tuvo presidente.

Hoy los vientos de la democracia, perfeccionada, moderna, soplan en  favor de los Argentinos, 10 años después, se han olvidado de ese penoso año de 2002 con sus vicisitudes anteriores. Solo tuvo un presidente Argentina, legitimo, legal, constitucional, real, verdadero y con constancia de “Presidente Electo”.

Se llamó en vida Néstor Kirchner, vivió en la Casa Rosada. Nuestro sistema electoral, muy caro por cierto, se encuentra a años luz, de poder generar gobernabilidad a los mexicanos. El nuestro dista mucho de ser un Estado Moderno, comenzando por esto, el nuestro es un sistema fallido.

gildamh@hotmail.com