Sandra Delgado /
Hace 61 años inició la era de los vuelos espaciales tripulados con el cosmonauta ruso Yuri Gagarin, los cuales pasaron de ser ciencia ficción a realidad gracias a los trabajos de ingenieros aeroespaciales, como José Alberto Ramírez Aguilar, académico de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, quien será el único mexicano en la primera misión espacial latinoamericana de la historia.
Aún sin fecha fija para el lanzamiento, “la tripulación de esta misión espacial trabaja día a día con el fin de inspirar a los jóvenes de la región para alcanzar las estrellas, es decir, que se den cuenta que tenemos capacidades reales y talento para unirnos al esfuerzo global de hacer exploraciones espaciales”, afirmó el universitario de 51 años de edad.
Al formar parte de la tripulación en el viaje suborbital ESAA-01 EX SOMINUS AD ASTRA dentro del programa Latcosmos (Plan de Desarrollo Espacial diseñado para las Regiones de América Latina y el Caribe), Ramírez Aguilar será el único mexicano que orbitará el planeta por encima de los 100 kilómetros de altura. Actualmente contribuye en la logística de la misión espacial y realizará experimentos a bordo.
Este proyecto es una iniciativa de la Agencia Espacial Civil del Ecuador, liderada por el comandante ecuatoriano Ronnie Nader, diseñado como un plan de educación práctica con fines técnicos y científicos, y en el que se busca la colaboración con instituciones académicas y de investigación de países de América Latina y el Caribe para el desarrollo de actividades espaciales.
Mientras comienza el entrenamiento, el universitario se mantiene en forma y se dedica a impulsar a los futuros ingenieros aeroespaciales, ya que considera que se aproximan grandes retos para cubrir la demanda de la industria aeroespacial en México.
“Dentro de los objetivos de la UNAM está la formación de recursos humanos de alto nivel para responder ante las demandas de nuestro país, a través de líneas de innovación, de desarrollo tecnológico, y sobre todo que les abra oportunidades a las nuevas generaciones”, sostuvo.
Desde 2020 la UNAM forma ingenieros aeroespaciales a fin de dar solución a los problemas que plantea el ejercicio profesional para el diseño, desarrollo, construcción, prueba y operación de vehículos que operan en la atmósfera terrestre o en el espacio exterior.
Actualmente 308 estudiantes cursan la licenciatura de Ingeniería Aeroespacial: 113 son mujeres y 195 hombres; y próximamente ingresará la tercera generación de ingenieros aeroespaciales.
“Nos dimos cuenta que el área aeroespacial es una de las que tiene mayor futuro por las exploraciones en otros planetas o el desarrollo de sistemas de control de telecomunicaciones. Entonces sólo era impulsar a nuestros profesionales pumas abriéndoles ese camino de oportunidades. Y seguramente saldrán varias iniciativas, ya que egresados colaboran en proyectos con la NASA o la Agencia Espacial Europea”, aseveró el docente.
Además, subrayó que gracias a la ingeniería aeroespacial el ser humano puede viajar al espacio exterior y a cualquier parte del mundo, consultar el pronóstico del tiempo, tener acceso a más de 200 canales de televisión, hacer llamadas a través de un celular o, incluso, compartir su ubicación en tiempo real.
De acuerdo con la Secretaría de Economía, existe la proyección de que para 2025 la industria aeroespacial se colocará como la décima más importante del mundo, con más de 400 empresas en el país, generando 110 mil empleos y 12 mil millones de dólares en exportaciones.
Se trabaja día a día con el fin de inspirar a los jóvenes de la región para alcanzar las estrellas”
Un escalón
“Cuando era niño me gustaba armar y desarmar radios; en la preparatoria me integré a un proyecto relacionado con el espacio, y a partir de ahí siento que fue el momento de partida para hoy dedicarme a la ingeniería aeroespacial”, expresó el jefe del Departamento en Ingeniería Aeroespacial de la Unidad de Alta Tecnología de la FI.
Desde 1995 Alberto se integró a un programa universitario de investigaciones de desarrollo espacial, en el que vio de cerca trabajos que fueron lanzados al espacio. Obtuvo el título de ingeniero en electrónica por la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán; el grado de maestro en Ciencias por el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, y el doctorado en Ciencias Técnicas por el Instituto de Aviación de Moscú.
“Una anécdota que tengo es que cuando estaba estudiando mi doctorado en Rusia tuve la oportunidad de conocer al comandante coronel Alexei Leonov, primer hombre que caminó en el espacio, y cuando le comenté que era mexicano le entusiasmó tanto que se detuvo a firmarme las fotografías que llevaba y me dijo: ‘Me da gusto que intentes trabajar en las cuestiones espaciales, sigue adelante y no permitas que nadie te diga que no se puede’”, expresó Alberto Ramírez.
El área aeroespacial es una de las que tiene mayor futuro por las exploraciones en otros planetas o el desarrollo de sistemas de control de telecomunicaciones”
Asimismo, en su posdoctorado participó en la implementación del área espacial en la Unidad de Alta Tecnología, en la UNAM campus Juriquilla, donde actualmente hay un laboratorio nacional con infraestructura para hacer pruebas de termovacío, vibraciones o estación de control satelital.
“Toda esta formación me hizo ver que desde entonces en México necesitábamos un programa institucional o académico que fuera permanente, y es por eso que estuve involucrado en el planteamiento de la licenciatura en Ingeniería Aeroespacial de la Universidad Nacional. Hagamos que cada día sea un escalón que construye esa escalera que nos lleve a alcanzar las estrellas”, concluyó Ramírez Aguilar.
Gaceta UNAM