Su majestad Luis Cresencio I .

* El titular de la SEDENA insulta a millones de mexicanos con grosero estilo de vida.

* Viajes de lujo, para él y toda su familia, por todo el mundo y con cargo al erario.

* ¿Hasta cuándo seguirán los abusos de esta nueva clase dorada mexicana?

BUSCANDO AL SOLDADO CRESENCIO.- En los tiempos estelares de la 4T nada es como parece. Desde el discurso presidencial, a diario, desde las conferencias mañaneras, se promueven la austeridad republicana, la pobreza franciscana y el humanismo mexicano. Pero una vez que el Presidente de la República se retira a descansar a sus aposentos y la retórica queda guardada en uno de los cajones del Palacio Nacional, surge una nueva clase dorada que no le pide nada a las monarquías europeas de más alta alcurnia. Se trata de un selectísimo grupo de mexicanos que, a expensas del llamado pueblo bueno y sabio, ha encontrado la manera de vivir a todo lujo y de gozar de toda clase de privilegios: Viajes exclusivos a los destinos turísticos más cosmopolitas; hoteles y restaurantes de cinco estrellas; interminables jornadas de shopping en las tiendas de las marcas más exclusivas; volar en aeronaves que superan todo lujo imaginable; paseos privados a Nueva York, Italia, Rusia y Francia, y siempre rodeados por una nutrida comitiva de militares que hacen las veces de guardaespaldas, sirvientes, traductores, masajistas, enfermeros, maleteros, cocineros… ¡Y todo con cargo al erario!

ÉLITE DORADA.- Yo no sé cuáles serán las maromas de las que echará mano el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), el general de división Luis Cresencio Sandoval González, para refutar la puntual y atingente investigación que realizó Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y la cual fue recogida y difundida por el periodista Ignacio Rodríguez Reyna en el diario “El Universal”; pero hasta el momento, nuestro muy caro, carísimo soldado no ha levantado la voz para ofrecer explicación alguna sobre este escandaloso balconeo periodístico del que fue objeto y que documenta y pormenoriza la vida de lujos y excesos que se da y de la cual también hace partícipe prácticamente a toda su familia (incluida la nuera) y que contrasta dramáticamente con las condiciones que a diario tienen que soportar muchísimos jóvenes que pertenecen a las fuerzas armadas mexicanas. Y es que, mientras, por un lado, el general Sandoval González, literal, vive como si fuera un miembro de alguna prestigiosa casa real europea, la tropa, nuestros valientes soldados en ocasiones no tiene dónde dormir, ni dónde bañarse, ni dónde defecar dignamente. Y de las humillaciones, agresiones, desprecios, menosprecios de las que son víctimas a diario, mejor ni hablemos. ¿No se supone que todos estos que llegaron al poder de la mano del Presidente López Obrador iban a ser distintos a los que se fueron?, ¿no se supone que éstos no iban a robar, a mentir y a traicionar?, ¿no se supone que se iban a acabar los viajes al extranjero y los procederes onerosos? Pero, eso sí, ¿qué tal se han encargado de minimizar, desde Palacio Nacional, las protestas de los familiares de los soldados a los que se les está danto trato indigno?

ESCONDIDO TRAS LA ENAGUA PRESIDENCIAL.- Sandoval González es, sin duda alguna, uno de los hombres de mayor confianza del Presidente de la República. A lo largo del sexenio obradorista han quedado patentes las simpatías del Primer Mandatario hacia todo lo que huele a una eventual militarización del país, aunque él lo niegue. Los privilegios hacia el Ejército (obras emblemáticas, presupuesto… ¡hasta una línea aérea les va a conceder!) empezaron desde el día uno de su administración y al día de hoy no han cesado. Y es por esto mismo que el titular de la SEDENA debe salir a dar la cara para darle una explicación amplia y profunda a todos esos mexicanos que con sus impuestos se han encargado de subvencionarle su caro estilo de vida. Yo soy la primera en levantar la mano para que todos los integrantes de nuestras fuerzas armadas (Marina, Ejército, Guardia Nacional, etcétera), todos sin excepción, perciban sueldos competitivos y que tengan prestaciones acordes al nivel del riesgo de su actividad. Deben y tienen que vivir, ellos y sus familias, de manera digna. Pero lo que si no se vale es que este señor use y abuse de su investidura para darse una vida a la que no tiene derecho y por la cual no ha trabajado. No es posible que nuestro Secretario de la Defensa Nacional se de los mismos lujos que, por ejemplo, Donald Trump o Elon Musk. ¡Esto es un insulto para todos los mexicanos!

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