Más del 50 % de las mujeres desaparecidas en 2022 eran menores de edad .

**En la ENES Juriquilla realizan el proyecto Violencia, feminicidio y estrategias desde la resiliencia en México ante el Covid-19-

/ Daniel Francisco /

La investigación desvela patrones de desaparición y la implicación de redes, nacionales y transnacionales.
La desaparición de mujeres y niñas cruza por diferentes tipos de violencia: el tráfico de migrantes, los grupos de la delincuencia organizada, la explotación sexual, afirma Iliana del Rocío Padilla Reyes, profesora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores, Unidad Juriquilla.

Tiene que ver también con marcos estructurales que excluyen a las niñas de la protección que debe brindarles el Estado. “Más del 50 % de las mujeres desaparecidas en el 2022 eran menores de edad, muchas de ellas niñas”, agrega en entrevista.

Padilla Reyes es responsable del proyecto Violencia, feminicidio y estrategias desde la resiliencia en México ante el Covid-19.

La investigación “desvela distintos patrones de desaparición de mujeres y la implicación de redes, tanto nacionales como transnacionales, además de la colaboración entre perpetradores y autoridades. Esta situación perpetúa un ‘régimen patriarcal de tipo mafioso’ con un pacto de silencio que impulsa la impunidad, transformando los cuerpos de las mujeres en desechos del proceso”.

La profesora señala que realizaron entrevistas con activistas que acompañan casos de violencia de género contra las mujeres en otros estados del país. “Su actividad es local, es decir, no son organizaciones con grandes presupuestos. Son grupos de mujeres que se organizan para defender, buscar y acompañar a otras mujeres. Están en varios municipios del país, particularmente en los que tienen altas tasas de feminicidios y de mujeres desaparecidas”.

Respecto a las mujeres desaparecidas, precisa que las autoridades deben seguir el protocolo homologado para personas desaparecidas, porque así lo manda la ley general. Pero “lo que reportan las activistas es que en muchos de los estados no se implementan estos protocolos”.

Las activistas describen esta actuación de las autoridades como de simulación, “porque a pesar de que se ha generado todo un andamiaje en los estados, para atender el tema de protección e impartición de justicia y búsqueda de las mujeres desaparecidas, las instituciones todavía tienen muchas carencias en cuanto a capacitación del personal, pero también hay insensibilidad y mucha simulación”.

También hay falta de voluntad política por parte de algunos de los tomadores de decisiones públicas. “En el protocolo homologado se les instruye a implementar las búsquedas con perspectiva de género. Y esto implica que necesitamos entender que las razones por las que desaparecen a las mujeres, y también por las que desaparecen a las niñas, en gran parte son diferentes a las razones por las que desaparecen a los hombres”.

Acota que esto es “por la transversalidad de las violencias que vivimos las mujeres y que viven las niñas, y algunas de éstas están relacionadas con el comercio sexual y la explotación sexual. El protocolo exige a las autoridades que se busque a las mujeres desaparecidas con vida, igual que a los hombres. Pero en este caso además que se les busque en lugares de explotación sexual”.

Algunas de las activistas que entrevistaron plantean que incluso las autoridades tienen miedo de entrar a los sitios donde se ejerce la explotación sexual o de entrar en estas redes. “Son redes que sabemos que están ahí y pocas veces se denuncia, por el miedo y la colusión, entre otras cosas.

Es mucho lo que no sabemos sobre la desaparición de mujeres y niñas en México, dice. “Tenemos el registro nacional de personas desaparecidas y no localizadas, pero este registro se nutre de los datos de las fiscalías que además deriva de las denuncias, de los reportes. Tenemos datos muy oscuros, datos insuficientes para poder determinar qué está pasando en el país”.

Cuando plantearon el proyecto se percataron de que era necesario preguntarles tanto a las víctimas como a las activistas. “Y también, debo decirlo, la búsqueda de la protección de ellas mismas, porque estas mujeres enfrentan muchos peligros, además de la revictimización por parte de las autoridades. Es el gran riesgo que enfrentan en este país por defender los derechos humanos y por buscar justicia y verdad”.

En el proyecto Violencia, feminicidio y estrategias desde la resiliencia en México ante el Covid-19 del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica colaboraron los doctores Medardo Tapia Uribe, Hilda Salmerón García, Abdiel Hernández Mendoza, Haydee Mora Amezcua, la maestra Ximena Ugarte y Rodolfo Domínguez.

Fuente: Gaceta UNAM /