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A lo largo del tiempo, ya sea desde la literatura, películas o series, las personas delgadas han sido representadas como el estereotipo de la belleza. En cambio, las personas con sobrepeso han sido mostradas como inferiores, menos atractivas, enfermas e incluso con menor capacidad intelectual.
Los discursos establecidos por la sociedad nos han hecho creer que ciertos cuerpos no pueden existir. Los individuos que sufren sobrepeso son blanco constante de burlas o comentarios negativos. Se trata de una discriminación y violencia basada en un juicio de valor moral. A esto se le llama gordofobia.
Durante el siglo XIX, diversos sucesos y cambios en la sociedad impactaron en la vida de mujeres y hombres con relación a sus cuerpos. La moda, la medicina, la literatura, el cine e incluso la vida cotidiana reforzaron el concepto de feminidad y masculinidad como personas delgadas.
Las dinámicas socioeconómicas de la globalización generalizaron el morfotipo atlético como canon normativo de belleza. Y, al reforzar estos conceptos, cualquier persona fuera de ese patrón no cumple con los estándares de belleza.
Esto ha provocado una construcción sobre el cuerpo “ideal”, es decir, que sea delgado. Esta idea ha sido constante a lo largo del tiempo.
La búsqueda en Google de chistes de personas con sobrepeso arroja casi 20 millones de resultados en español y más de 120 millones en inglés. En el lenguaje, por otra parte, decir que una persona te “cae gorda” tiene una connotación negativa. En las redes sociales se muestra a modelos —tanto hombres como mujeres— con una figura delgada y fuerte.
¿Delgado, sinónimo de salud?
Se ha planteado que el sobrepeso o gordura es sinónimo de mala salud. Sin embargo, Michael Gard y Jan Wright, autores del libro “La epidemia de la obesidad”, describieron algunas imprecisiones, distorsiones y generalizaciones por parte de la investigación científica.
Por ejemplo, no se ha podido demostrar que una pérdida significativa de peso mejore el estado de salud de las personas con sobrepeso. De hecho, los intentos continuos de bajar de peso son negativos para el estado de salud.
Tampoco hay evidencia de que tener sobrepeso es un riesgo de mala salud o enfermedad. Una persona con sobrepeso puede estar igual de sana o igual de enferma que una persona sin sobrepeso.
Sin embargo, podemos hacer que la historia tome otro camino. Para lograrlo, es necesario tanto hacer cambios específicos —dejar de utilizar las palabras “gordo” o “gorda” para insultar y no compartir chistes de sobrepeso— como perseguir objetivos más generales: dejar de alimentar la cultura de la dieta y enseñar a las nuevas generaciones una ideología distinta.
Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=Ow0DbkSBCvo
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