Un voto por la libertad o por el vasallaje.

*Por Inocencio Yáñez Vicencio.

Tanto que nos ha costado conquistar el voto universal, es decir, para todos, con las salvedades pertinentes, que debemos saber que lo podemos utilizar para reforzar la dominación o para, por lo menos flexibilizarla. El problema es que muchos creemos que las instituciones siempre han existido o vienen de la nada. El voto surge cuando deja de creerse en el origen natural o divino del poder. Aparece cuando no se acepta que mande el más fuerte, el más anciano, el brujo, el carismático, el heredero, el héroe o por derecho divino. Cuando se hace una revolución para trasladar la fuente de mando del monarca al pueblo. No obstante, cuando los que mandan en nombre del pueblo empiezan a obtener el título del pueblo para hacerlo, en principio sólo se convoca para elegir a los que tienen grandes extensiones de tierra o riqueza, condición que va relajando hasta que llega a todos y recientemente a todas. Reclamar esta masificación del voto, cobró muchas luchas y muchas vidas.

Cuando yo llegué a estudiar a la Ciudad de México , abundaban bardas tapizadas con la leyenda: ” las elecciones son una farsa”. A las propuestas de diálogo de Luis Echeverria, se le respondió con el grito de: ” No queremos apertura, queremos Revolución “. Eran ecos de aquella exigencia que un provocador coló dentro de los seis puntos del pliego petitorio del 68, que reclamaba Diálogo Público, lo cual lo hizo innegociable.
La utilización del voto depende de la estrategia que se determine camino al poder, para la toma del poder o para su ejercicio.

Cuando fue una delegación de comunistas italianos a visitar a Lenin y ésta le expresó al líder de la Revolución Rusa de que estaban listos para el Asalto del poder, Lenín, se río. No señores- les dijo- la vía la determinan tanto factores internos como locales y coyunturas. Si quieren repetir el asalto al Palacio de Invierno, van a fracasar. Palabras más palabras menos. Gramsci, que era el líder de los comunistas italianos era partidario de lo que llamaba Guerra de Posiciones. No obstante, con justa razón se le reclama a los italianos que hayan visto a los fascistas como algo interno, producto de las contradicciones de las clases dominantes. Ya sabemos que la reacción del rey fue inaudita e impredecible. Llamar a formar gobierno a Mussolini, cuando tenia 37 diputados y los socialistas 106 y su primer ministro le pedía encarcelar al organizador de La Marcha Sobre Roma, rompe toda toda lógica. No haber avisorado que se planeaba entregarle el poder al fascismo fue terrible para los socialistas. A propósito Reinhard Kuhnl, dice: ” La tesis sostenida por los socialistas incluso en 1922 de que el fascismo era tan sólo un asunto interno de los grupos del poder burgueses y de que el Estado de este mismo signo era el principal enemigo, al que había que combatir sin acceder a compromiso alguno, ignoraba la diferencia cualitativa existente entre la democracia burguesa y la dictadura fascista”( Liberalismo y Fascismo. Dos formas de dominio burgués. Pags. 197 y 198 ). Esto no lo aprendieron tampoco los alemanes. Le sirvió a los franceses en 1934 para impedir el golpe y en 1936 para unirse comunistas y socialistas para formar el Frente.

La historia nos sirve cuando los hechos aislados se articulan y nos dan la visión de conjunto.
Con nuestro voto hoy podemos contribuir a seguir avanzando en la ruta por racionalizar la relación de mando y obediencia o darle una vuelta más a la soga que nos somete.

Hay quienes sostienen que es el Estado el que se autolimita como también que el voto es una función. Ni uno ni otro podemos aceptar. Al Estado necesitamos limitarlo con mecanismos que le den equilibrio al ejercicio del poder y hacer del voto un derecho. Los que ven en el voto una función conciben el electorado como un órgano estatal que pone en movimiento a los otros y que por lo tanto es una obligación ciudadana. Tener el voto como un derecho es tenerlo como un instrumento para defender nuestras libertades. Hoy, urge ver que tanto en Veracruz como en México, a tomado el poder una banda de malhechores que está destruyendo todos los limites para que nadie le pida cuentas de sus sinvergüenzadas y hacer del voto una simple función que lejos de evaluar y calificar la obra de gobierno, la aclame en automático.

Recuperemos con nuestro voto las instituciones republicanas y las instituciones democráticas, para continuar edificando el México plural que permitirá mejorar nuestra salud, educación, vivienda, trabajo…

Por una limosna quiere Morena que sigamos viendo como mueren nuestros niños con cáncer por falta de medicinas, que nuestras madres no tengan guarderías, que se roben los fideicomisos, que nuestros hospitales y escuelas se caigan por falta de mantenimiento, que no se construyan más universidades, que roben en SAGALMEX, en el Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, que aparezcan empresas fantasmas, que endeuden con 1.9 billones al país para cubrir el déficit presupuestario, que cada vez haya más muertes dolosas, que el crimen organizado cubra más territorio, que se militarice el país, que se denuncie penalmente al diputado que vota en contra de Morena, que para el delincuente halla abrazos y para el ciudadano cárcel por faltas a la autoridad…

Eso lo podemos terminar si cobramos conciencia que la limosna que recibimos salen de nuestros impuestos y no del bolsillo del presidente y que es a costa de abandonar niños enfermos y cancelar el futuro de nuestra juventud por falta de Escuelas.

Pensemos bien. Si estamos de acuerdo con el desastre de Cuitlahuac; si queremos que sigan las vallas en Palacio; si queremos que se siga encarcelado inocentes; si queremos que nos sigan gobernando ineptos y corruptos; si queremos que nos venga a gobernar una zacatecana, vota por Morena. Si quieres libertad y que tus apoyos te lleguen como reconocimiento a un derecho que tienes y no como limosna de un autócrata paternalista, vota por Pepe Yunes.