*YA SE SABE que las comparaciones son odiosas, pero las madres que buscan a sus hijos desaparecidos ayer fueron premiadas personalmente por el rey Felipe VI de España.
EL MONARCA le entregó su Premio de Derechos Humanos a Familiares por Nuestros Desaparecidos de Jalisco (Fundej), como un reconocimiento a su triste y terrible labor: hacer el trabajo de las autoridades mexicanas, buscando fosas clandestinas en lotes baldíos, barrancas y sembradíos en los que pudieran estar los restos de sus hijas e hijos.
EL REY les dijo que “la desaparición de una sola persona afecta a generaciones, erosiona la confianza en las instituciones y desafía la conciencia colectiva”.
EN México seguramente ya les hicieron un homenaje similar, las recibieron en Palacio Nacional, en San Lázaro y hasta en el Senado, además del Palacio de Gobierno tanto de Jalisco como de Sonora, Michoacán, Sinaloa, Tamaulipas… ¿o a poco acá no les reconocen el mismo mérito? Es pregunta que ya sabe la respuesta”, se lee en Templo Mayor en Reforma.
El Rey Felipe VI de España entregó su Premio de Derechos Humanos a la ONG mexicana Familiares por Nuestros Desaparecidos de Jalisco (Fundej) y reconoció la labor de las buscadoras.
La desaparición de una sola persona afecta a generaciones, erosiona la confianza en las instituciones y desafía la conciencia colectiva», dijo el Monarca.
«Fundej emerge como un faro de esperanza y representa el impacto transformador de la acción colectiva», dijo.
En el acto, el Rey Felipe VI destacó también la lucha de otras organizaciones y activistas por los desaparecidos.
«En este acto no sólo reconocemos los logros de Fundej, sino que también ratificamos nuestra admiración y agradecimiento a todos los colectivos que realizan estas labores de búsqueda en México, así como también en otros países que sufren o han sufrido la lacra de las desapariciones forzadas».
Fundej es una asociación sin fines de lucro cuyo fin es encontrar a personas desaparecidas en el estado de Jalisco.
«Es un recordatorio del trabajo que todavía queda por hacer y del papel fundamental de toda la sociedad en la construcción de un futuro donde el respeto a los derechos humanos forme parte de la cotidianidad, donde deje de ser un objetivo, incluso utópico, para ser una realidad vivida con certeza y eficacia», manifestó el Rey.