MIRIAM HINOJOSA DIECK
Los barrotes que aprisionan a un gobierno son las promesas hechas y las expectativas generadas. Especialmente arduo es dar cuentas cuando los cambios propuestos se fincan en intangibles como el carácter moral y la probidad de quienes son convocados a colaborar con la administración en turno. Entre lo que pudiéramos llamar los “indicadores morales”, la congruencia ocupa un sitio especial. Cada miembro del equipo se convierte en imagen de su líder cuando acierta, pero, sobre todo, cuando se equivoca.
Por eso no me pareció extraño que, tras hacerse público el incidente en el que la ex secretaria del Medio Ambiente, Josefa González Blanco, requirió que un vuelo comercial esperara su abordaje para despegar, la posición de quien la nombró, es decir, el Presidente de la República, fuera de auspiciar su salida inmediata del gabinete. Había que enviar una señal de que la austeridad y el combate al autoritarismo iban en serio.
Otra actitud reprobable de un servidor público de alto nivel se ha hecho pública recientemente: el mismo día, el subdelegado del Issste, José Manuel Mireles, en discusiones diferentes trató, por un lado, de “pirujas” a las concubinas de los derechohabientes del Instituto. Más tarde, al explicar una extorsión de la que estaba siendo objeto, se refirió a una mujer como “nalguita”.
Dichas expresiones evidencian de forma irrefutable el desdén, por decir lo menos, que Mireles tiene hacia las mujeres. Actitud impropia de un funcionario público toda vez que deja claro que su actuar está impregnado por esos sesgos.
Pero el Presidente no le pidió a él que renunciara, sino a la ciudadanía que le perdonara. ¿Es de extrañar? No. Mientras la austeridad y la lucha contra el autoritarismo son banderas que claramente sostiene el Ejecutivo, las mujeres y nuestros derechos no tenemos espacio ni en su Informe, ni en su logo, menos en sus preocupaciones. Detener un avión lo pone como incongruente, vulnerar a las mujeres, al parecer, solo es parte de lo que ve como normal.
Politóloga* miriamhd4@yahoo.com
