La primera crisis de seguridad .

*Yamiri Rodríguez Madrid .
Es cierto que hoy Veracruz no vive los niveles de inseguridad que tienen Sinaloa, Guanajuato o Guerrero, pero eso no quiere decir que nuestras autoridades se pueden dormir en sus laureles porque aquí ni pasa nada.  A solo diez días de que la gobernadora Rocío Nahle asumiera el poder, se dio otro asesinato político, el del diputado federal del Partido Verde, Benito Aguas, lo que mantienen a la entidad en los primeros lugares nacionales en este tipo de violencia.
Para la gobernadora y su gabinete de seguridad es la primera crisis que les toca enfrentar.  Salieron rápido, sí, pero con el mismo discurso, que parece un machote, en el sentido de que no habrá impunidad.  Pero esto va mucho más allá.    Uno de los grandes retos que Nahle enfrenta -y que debe estar más que clara-, es el reducir las tasas de incidencia delictiva, incrementar los niveles de percepción de seguridad y trabajar de manera conjunta para poder dar justicia en cientos de miles de casos que están empolvados.
Si bien la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del tercer trimestre de 2024, no ubica a ningún municipio veracruzano en la lista de los más inseguros como Tapachula, Naucalpan, Fresnillo, Ecatepec, Irapuato y Tuxtla Gutiérrez, hay zonas que urgen pacificación. Seguir la misma ruta que sus antecesores es llegar al mismo punto: caminar en círculos en la bella danza de la simulación.
También es cierto que ni en 10 días, ni en 10 meses se podrá revertir todo el daño, la omisión, que ha padecido Veracruz durante hace más de una década.  Va llegando, pero hay poco tiempo para finalmente establecer una estrategia de seguridad, hacer ajustes, dar manotazos y poner en orden la casa. El proceso electoral ya inició y ese es otro factor que incrementa las vulnerabilidades. Crisis, en un gobierno, siempre habrá, lo importante es dar la cara, atenderlas y dar las respuestas que la gente necesita. La gobernadora tiene el voto de confianza.
@YamiriRodriguez