Alejandra Sánchez Inzunza | @Dromomanos
En tan solo seis años eldiario.es ha logrado lo que casi ningún medio en español: tener un modelo de negocio sólido, ser rentable y completamente independiente. A pesar de nacer en medio de la crisis económica y de la prensa en España, se ha posicionado como uno de los medios más influyentes. Sus grandes investigaciones sobre política y corrupción se han ganado la confianza de los lectores quienes, como socios, son un eje fundamental de su modelo económico y su independencia editorial.
El pasado 3 de diciembre en Ciudad de México su fundador, Ignacio Escolar, dirigió el taller ‘El periodismo y el cubrimiento de nuevos gobiernos’, convocado por la FNPI – Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano y CAF – banco de desarrollo de América Latina, en el que participaron 23 periodistas mexicanos.
Escolar, que ganó el reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabriel García Márquez en 2018, habló en entrevista sobre los grandes retos que tiene la prensa mexicana para cubrir el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador y cómo los medios deben apostar por su independencia editorial para hacer un mejor periodismo sin importar quién gobierne.
eldiario.es se distingue por un modelo de negocios que le permite una gran independencia editorial, ¿Qué pueden hacer los medios mexicanos que aún no están en esta posición?
Creo que todos los medios mexicanos, los nuevos que están naciendo y los viejos que tienen que reconvertirse, tienen que entender que hay poner al lector en el centro del negocio y que los problemas de la prensa tienen que ver mucho con que el lector se ha convertido en un accesorio del modelo de negocio y no en la parte fundamental del negocio. Si tu cliente es el gobierno que te da ayudas públicas y publicidad, si tu cliente son las grandes empresas que te pagan por callar, tienes un problema de futuro.
La tendencia mundial es que la publicidad —la pública y la privada— está descendiendo en los medios de comunicación y la única manera de suplir esa caída es con ingresos de los lectores. Y no es lo mismo atender a los lectores que al gobierno. Si quieres atender a los lectores tienes que separarte y ejercer periodismo de contrapoder clásico, ético e independiente.
¿Cómo ser de verdad independiente cuando para sobrevivir necesitas al gobierno, a las marcas, a las fundaciones, e incluso a lectores que pueden ser caprichosos sobre tu línea editorial?
Tengo cuatro criterios para medir la independencia que tienen que ver con quién es tu dueño, cuál es tu modelo de ingresos, con tu deuda y con si eres rentable o no lo eres.
No ser rentable pone en peligro la independencia. Esos cuatro criterios son el metro para medir cuán independiente puedes ser. Por eso en eldiario.es nos obsesionamos en construir un modelo de negocios sostenible porque sabíamos que sin eso todo lo demás era imposible: no se podía construir un medio independiente si no tenías esas bases bien sólidas. No se trata de no depender de nadie. Nosotros dependemos de lectores, tenemos anunciantes, dependemos de mucha gente y cuánta más gente mejor. Cuanto más diversificado sea tu modelo de ingresos, cuanto más distintos sean los que te financian y cuanto mayor sea su número, más independencia tendrás. El problema de la dependencia editorial viene cuando una sola persona o muy pocas pueden poner en cuestión tu vida o tu muerte. Es ahí donde tienes problemas.
Es verdad que los lectores a veces generan problemas de pedir al medio una militancia más allá de la que debería ser normal en periodismo. El periodismo milita en la verdad, pero no en ninguna causa y eso a veces nos coloca en situaciones complicadas a los medios que dependemos más de los lectores que de otro tipo de ingresos. Pero es mejor gestionar eso, que se puede gestionar y explicar a tus lectores que no siempre les vas a dar la razón y que tu papel no es pintar un cómic de buenos y malos y tratar a unos mejor que a otros, sino cumplir con todos por igual y con unos criterios de objetividad y rigor. Esos son problemas agradables comparados con lo que supone depender de que el gobierno se enfade contigo, te retire el 50% de tus ingresos y te vayas a la mierda.
¿Qué retos ves en el sistema de medios mexicano y los que enfrentan los periodistas para cubrir al nuevo gobierno?
Primero veo una reconversión porque el anuncio que ha hecho López Obrador de bajar a 50% los ingresos de publicidad del gobierno va a hacer pasar muchos apuros a muchos medios. Es una dieta que va a ser durísima para la profesión periodística con seguridad, pero que a largo plazo es saludable. Tampoco era normal ese nivel de ingreso de publicidad y esa arbitrariedad en el reparto que te va generando medios con enormes dependencias.
Luego está el problema de que Andrés Manuel López Obrador es un político con la mayor credibilidad que ha tenido un político en décadas, en casi un siglo, y eso hace que sea menos vulnerable a la función del periodismo, que no tiene que ser atacarle pero sí fiscalizarle. Esa fiscalización que tiene que hacer el periodismo en el nuevo gobierno se puede topar con unas respuestas a lo Trump, de que ‘los medios de comunicación me tienen manía por algún tipo de conspiración’ o ‘la mafia de ladrones que gobierna México me quiere poner la zancadilla’.
¿Cómo se cubre a un líder carismático que incluso ha ganado a los medios independientes?
Yo creo que se debe cubrir a un líder carismático de la misma manera que a uno que no lo es. Tienes que aceptar que cuando des una noticia que no guste a ese líder carismático, te vas a enfrentar no sólo con él, sino con sus partidarios; que será duro en redes sociales, que te podrá generar problemas con tus lectores. Pero, por esa razón, hay que ser tremendamente escrupuloso con la información que se publica: que sea imbatible, que sea incuestionable, que sea demostrable, que cada dato esté perfectamente amarrado y que cada adjetivo que no sea necesario se vaya de la información. Intentar no calificar sino informar y que cuentes también lo que ignoras de la información, del detalle de cada dato que se da.
Nosotros nos hemos enfrentado a noticias frente a políticos con mucha credibilidad como Cristina Cifuentes, expresidenta de la Comunidad de Madrid. Ganamos porque teníamos razón y porque no nos atrevimos a publicar nada que no tuviéramos perfectamente contrastado. Se demostró que teníamos razón. Si hubiésemos salido apresuradamente sin todas pruebas, sin todos los documentos, nos podríamos haber dado un enorme castañazo precisamente porque te enfrentas a alguien que es creíble.
¿Cuáles son los principios básicos que sigue el diario.es para cubrir corrupción y política que podríamos seguir en México?
Lo fundamental es la comprobación. Tenemos un montón de vías que iniciamos y muchas descarrilan estando muy cerca cuando tenemos bastantes indicios de que lo que nos han contado es cierto pero no lo podemos demostrar. Si no lo puedes demostrar no lo puedes publicar, aunque creas que es cierto o sepas que es cierto.
En casos de investigación de corrupción nunca vamos con fuente anónima, siempre vamos con fuente documental y es una prudencia que hemos seguido y nos ha dado varias alegrías porque la fuente anónima, aunque sean varias, te puede intoxicar con más facilidad que el documento. El documento es contrastable, rastreable, es muy difícil de manipular y, por eso, siempre vamos con documentación y muy rara vez con fuentes, salvo para empezar la investigación.
Otro de los criterios que aplicamos es dar todas las oportunidades del mundo para explicarse a la persona afectada. Incluso retrasamos publicaciones. No es ‘me cuentas para ya y, si no, pues te fastidias y te lo lees mañana en el periódico’. Si hay que esperar una semana, esperamos una semana. Ahora mismo hemos retrasado una investigación de corrupción un par de semanas porque la persona que tiene que contestar está fuera de España y nos quiere contestar en persona. Hemos esperado, no pasa nada. Prefiero perder la noticia que darla de forma apresurada y equivocada. Y creo que es muy importante que cuando damos temas tan bravos que pueden llevar a la gente a la cárcel, que seamos muy escrupulosos con el daño que podemos hacer si la información es errónea.
Otros de los criterios es que el mismo rasero que obliga con los políticos que te caen mal, obliga con los políticos que te caen bien. Nosotros somos un medio más de izquierda que de derecha, pero publicamos la misma noticia, si la tenemos contrastada, de un presidente del PP que de una ministra del PSOE.
¿Cuál sería la estrategia de cobertura de eldiario.es con el nuevo gobierno mexicano?
Las cinco apuestas de López Obrador en el discurso de toma de la posesión es un buen punto de inicio porque te explica las contradicciones, lo bueno, lo malo y las ideas sobre cuáles son sus planes para México. Ahí hay un trabajo estupendo para hacer fact-checking, para hacer cálculos económicos y presupuestario, para hablar con las personas que van a ser perjudicadas o afectadas por sus medidas y darles voz. Intentaríamos ir por ahí.
Luego construiría una buena base de datos para el trabajo interno de la redacción con las principales personas del nuevo mapa de poder. Construiría mapas de poder visuales para la redacción, un buen corcho, lo más grande posible, con fotos de las personas, sus nexos y toda la información que tenemos que tener de cada uno. Haría también un método de proceso de una especie de examen a cada una de las personas que evaluamos y que son nuevas en el poder: sus propiedades, sus relaciones con empresas, sus experiencias con los tribunales, su pasado, porque de eso, de esa comprobación rutinaria, aparte de hacer un buen mapa que te servirá para los próximos seis años, puedes sacar noticia.
Es posible que de ese trabajo, que es muy tedioso a veces, acabes encontrando dos, tres, cinco, uno y, con que sea solo uno, merecerá la pena como un buen tema de investigación.
Sobre el Taller El periodismo y el cubrimiento de nuevos gobiernos
Fue convocado por la FNPI – Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano y CAF- banco de desarrollo de América Latina. Se realizó el lunes 3 de noviembre en Ciudad de México, con la conducción de Ignacio Escolar y la participación de 23 periodistas mexicanos.