Por Tomás Caparroso Franco.
El pasado 21 de enero se celebró el Día Internacional de la Mediación, conmemoración que en 1998 surgió en un primer momento como el Día Europeo de la Mediación, cuando el Comité de Ministros del Consejo de Europa aprobó la Recomendación sobre Mediación Familiar en su 616 sesión.
Posteriormente se le comenzó a dar la nueva denominación de Día Internacional, en principio por el impacto que ha tenido la mediación mundialmente y por la accesibilidad a la información en las diversas temáticas de un mundo globalizado, del cual hemos sido parte en las últimas dos décadas.
Con esta consideración se pretende darle mayor divulgación a la mediación a escala mundial como un mecanismo de solución que coadyuva a consolidar una efectiva cultura de la paz. Asimismo se pretende visibilizar las características de este mecanismo y la labor de sus operadores, compartiendo experiencias y prácticas con expertos de todo el planeta.
Cabe recordar que la mediación es un mecanismo útil para resolver conflictos, que funge como un instrumento de paz social en que las partes resuelven sus controversias sin imponer su decisión sobre el otro sino a través de proposiciones de cada uno, lo que trae como resultado la solución del conflicto y, por ende, la satisfacción de las necesidades en los diversos ámbitos: familiar, comercial, laboral, escolar, entre otros.
Certidumbre
Dentro de las particularidades de la mediación observamos que este mecanismo busca restaurar el diálogo entre las personas en conflicto, brinda respuestas accesibles, menos costosas y más rápidas en comparación con un proceso judicial. Además de ello los acuerdos a los que se llega son vinculantes entre las partes y en su totalidad se da un cumplimiento voluntario, toda vez que la solución no es dictada por un tercero, lo que genera complacencia, además de certidumbre y seguridad jurídica.
Por lo anterior es importante contar con un día internacional que nos permita contribuir a su difusión ya que los partidarios de este mecanismo estamos convencidos de que la mediación es una herramienta apropiada y efectiva para transformar nuestra realidad social, política y jurídica.
Sin óbice de lo anterior es trascendental destacar que la mediación no debe operar solo para solucionar conflictos sino también para prevenirlos, buscando generar alternativas con la finalidad de construir una sociedad en la que imperen la legalidad, la justicia y la paz.