DE FRENTE Y DE PERFIL
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Llamarse Manuel Bartlett parece ser mágico. Es un nombre y apellido que, cuando menos en México, conjunta éxito con polémica, con sinsabores, pero gran fortuna y que representa una llave maravillosa que abre todo tipo de puertas.
Las dos palabras juntas están asociadas con escándalos vinculados al acontecer público del país y situadas en el ámbito político.
Tres son los personajes que con el mismo nombre, en sus respectivos tiempos, atrajeron la atención de los medios de comunicación y las primeras planas de los diarios.
Las razones son distintas, pero siempre sembrando dudas nunca despejadas y dando pasos a historias que ciertas o falsas, dejan el vínculo de las del pasado con las del presente.
Manuel Bartlett Bautista fue gobernador de Tabasco; Manuel Bartlett Díaz, gobernador de Puebla y (León) Manuel Bartlett Álvarez, es nieto e hijo de los dos anteriores y es un joven y próspero empresario que está dando mucho de qué hablar en las semanas recientes.
El caso de Bartlett Bautista es sumamente conocido, ya que no logró concluir con la gestión para la que fue electo en el gobierno de Tabasco, ya que apenas duró poco más de dos años, de los seis para los que fue seleccionado. Su desastrosa administración generó una revuelta estudiantil en la capital del estado, la quema del puerto de Frontera y el total desconocimiento de la problemática de la entidad adelantaron su salida del cargo.
Su hijo Bartlett Díaz fue secretario de Gobernación, de Educación Pública y gobernador de Puebla, además de dos veces senador y hoy funge como director de la Comisión Federal de Electricidad. A diferencia de su padre, él si concluyó con su administración sexenal y cuenta con una larga y polémica trayectoria política que le permitió acumular una cuantiosa fortuna, que ha sido objeto de escrutinio público y que hoy su hijo, (León) Manuel, aspira a superar en forma más rápida.
La hoja política de Bartlett Díaz es sumamente cuestionada por su contribución y operación a lo que se conoce como “la caída del sistema” en relación a lo que se ha catalogado como fraude electoral ocurrida en la contienda electoral presidencial de 1988.
También se cuestiona su gestión como secretario de Gobernación, época en que el narcotráfico consiguió detonarse y alcanzó gran notoriedad en el país, responsabilidad que le fue endosada al entonces secretario de Gobernación, por lo que existen incluso retos como el de Diego Fernández de Cevallos que lo convoca a tomarse una foto en Washington y hacerla viral, para ver qué sucede.
El tercero de los (León) Manuel Bartlett es Álvarez, sentado ahora en la silla de los señalamientos por ser poseedor de una rápida y cuantiosa fortuna, proveniente del mundo de los negocios, no tiene participación activa en política y prefirió quedarse dentro del rubro empresarial.
La trayectoria de bajo perfil de (León) Manuel transcurría sin grandes reflectores, hasta que se difundió parte de sus negocios y propiedades inmobiliarias que lo situaron como un próspero y juvenil empresario, cuyo clímax llegó al conocerse como beneficiario de grandes contratos en la emergencia sanitaria y a precios exorbitantes.
Ahora la atención se centra en el tercero de la dinastía, ya que la secretaría de la Función Pública investiga si operó el tráfico de influencias o la corrupción en la asignación de esos contratos.
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35 días tuvieron que pasar para que el gobernador de Tabasco, Adán Augusto López, se recuperara del coronavirus y ni así los habitantes de ese estado entienden que deben quedarse en casa. Es una de las entidades con mayor contagio y muertes provocadas por el virus.
Email: ramonzurita44@hotmail.com