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/Redacción/
Cdmx. 02 octubre 2020.- El presidente Andrés Manuel López Obrador repudió el oportunismo y la falta de acuerdos que se registra en la contienda interna del partido que fundó y lo llevó al poder, Morena.
Durante su conferencia diaria fue cuestionado sobre la guerra intestina el relevo del o la dirigente en Morena, a lo que sostuvo que no se debe luchar por cargos sino por ideales.
“Creo que se tienen que poner por delante las causas que se defienden, no los intereses personales por legítimos que sean”, advirtió.
“Un partido político, cualquiera, si no tiene principios, si no tiene ideales… no es más que una franquicia, un mecanismo para que ambiciosos vulgares se encaramen en cargos públicos sólo para su provecho, ya sea en lo político porque desean ostentar poder o provecho económico”, les externo en un claro mensaje a la dirigencia y los contendientes
Dijo que los dirigentes que buscan trascender en lo personal no son buenos políticos “es un convenenciero, un arribista, un oportunista, un falsario y ya basta de eso, estamos en una etapa nueva”, y el destinatario no ha reaccionado.
Al “aclarar” que su expresión no solo era para Morena, sino en general “este punto de vista de que ya al carajo con el oportunismo, con la antigua forma de hacer política de que -me voy a colar y no me importa el pueblo-, ni hablan con la gente, no platican, no recogen los sentimientos del pueblo, porque traen todavía el esquema antiguo, el viejo molde, que hay que terminar de romperlo”, sentenció.
Les confrontó al recordarles que los dirigentes del partido llevan más de un año enfrascados en pleitos y aun así, aseguro AMLO, “el partido está en las preferencias de los electores”.
“Ese partido está hasta arriba, o sea, es mucho pueblo para tan poco dirigente, con todo respeto, porque no hay dirección, hay un desbarajuste; sin embargo, el pueblo tiene otra idea. Ojalá y los dirigentes estén a la altura del pueblo, eso sería mejor… por qué lo digo, para que no estén pensando que son indispensables, insustituibles. Afortunadamente Morena es pueblo”, concluyó.
Versión estenográfica de lo referido por López Obrador.
Yo no opino sobre esto, sí creo que se tienen que poner por delante las causas que se defienden, no los intereses personales por legítimos que sean.
Un partido político, cualquiera, si no tiene principios, si no tiene ideales, si no piensa en el pueblo, en luchar por causas justas no es más que una franquicia, un mecanismo para que ambiciosos vulgares se encaramen en cargos públicos sólo para su provecho, ya sea en lo político porque desean ostentar poder o provecho económico.
Entonces, eso no ayuda a ningún partido. No se debe de luchar por cargos, se lucha por ideales, por principios, incluso buscar que se consiga un ideal. A veces hay campañas para elegir a dirigentes y no se alcanza a entender qué proponen para la transformación de México, qué proponen para que haya justicia, que haya igualdad, para acabar con la corrupción, para acabar con la impunidad, que eso debe de ser lo principal.
‘No, es que yo quiero ser dirigente, porque así trasciendo en lo personal.’ Lo importante es pensar en los demás, si no hay amor al prójimo no se es buen dirigente. El individualista, el egoísta, el que le da la espalda al que sufre no es buen dirigente ni es buen político, es un convenenciero, un arribista, un oportunista, un falsario y ya basta de eso, estamos en una etapa nueva.
Afortunadamente, es la gente la que está empujando la transformación. Lo dije hace unos días, lo repito, el motor del cambio es el pueblo. Y que no se confundan los dirigentes, no debemos nosotros confundirnos, es el pueblo el que manda, es el pueblo el que decide y no nos podemos desprender de eso, eso es lo fundamental, no puede haber divorcio entre dirigentes, entre gobernantes y el pueblo, como era antes.
Entonces, no es para Morena, es en general este punto de vista de que ya al carajo con el oportunismo, con la antigua forma de hacer política de que ‘me voy a colar’ -entre comillas- ‘y no me importa el pueblo’. Ni hablan con la gente, no platican, no recogen los sentimientos del pueblo, porque traen todavía el esquema antiguo, el viejo molde, que hay que terminar de romperlo.
¿Cuál es la práctica antigua de hacer política?
Que el político se reúne con político, desayuna con político, come con político, cena con político y la política es como una especie de relaciones públicas. Ya no, eso era antes, ahora o se toma en cuenta al pueblo o no se va a lograr nada.
Yo sí llamo a los jóvenes a que no dejen de hacer política, que es un noble oficio, pero que hagan política con principios, con mística, con entrega al pueblo, con amor al pueblo, sincero, que se conmuevan ante el dolor, ante el sufrimiento, ante la humillación al pueblo, ese es el político nuevo., concluyó