‘Amor eterno’

 

/Guadalupe Loaeza /

“El amor eterno” de los pobres, los mismos que hicieron ganar a la 4T en las elecciones intermedias como dijera Andrés Manuel López Obrador, duró tan solo un día. Su estatua, de cantera blanca América, develada en Atlacomulco, cuna del priismo, fue derribada en las primeras horas de este 2022. Hecha añicos como estaba, quedó tirada en el piso, sin cabeza y sin manos, en la calle de Isidro Fabela, justo en frente de la terminal de autobuses, en pleno centro. “La verdad es que daba lástima ver la efigie del presidente tan jodida; todavía ni acaba su presidencia y ya lo están destruyendo. Por algo será…”, comentó un albañil que pasaba por allí, muy tempranito.

Dos días antes de dejar el cargo, el ex alcalde morenista del municipio de Atlacomulco, Roberto Téllez Monroy, inauguró la estatua del Presidente, la cual medía 1.80 metros, seguramente el artista la esculpió con zapatos de doble tacón como los que usaba Carlos Salinas de Gortari, ya que López Obrador mide 1.73 metros.

A pesar de que el presidente de la República ha dicho y redicho que: “En mi caso, tengo escrito en mi testamento que no quiero que se use mi nombre para nombrar ninguna calle, no quiero estatuas, no quiero que usen mi nombre para nombrar una escuela, un hospital, nada absolutamente”, el ex alcalde Téllez Monroy no lo consultó y quiso darle una sorpresita antes de dejar su cargo. “Me nació este gesto para nuestro Presidente. Es un honor estar con Obrador”, afirmó el 31 de diciembre Téllez Monroy al dar a conocer el recibo de pago de la tesorería de Atlacomulco con número de folio 765963 (El Universal). ¿Cómo que le “nació”? ¿Quiere decir que espontáneamente se le ocurrió, de la noche a la mañana, que fue una iniciativa de buena fe, que le pareció una idea genial para humillar al PRI en su propia tierra, imaginó que de esa manera pasaría a la historia, pensó que con esto le darían una embajada, que se convertiría en el primer morenista capaz de semejante hazaña, o bien, el ex alcalde miente y de plano fue un acto de absoluta lambisconería, muy del estilo priista? Téllez Monroy jura y perjura que él pagó 58 mil pesos de su bolsillo. ¿Entonces lo liquidó de su salario? ¿Le habrá informado a su mujer que haría semejante gasto? ¿Pidió prestado el dinero? ¿Acabará vendiendo cachitos de la estatua como los que se vendían del Muro de Berlín? ¿Por qué mandó a hacer la escultura con cantera blanca y no morena? ¿Por qué Marisol Arias Flores, la nueva presidenta municipal de la alianza Va Por México, del PRI, PAN y PRD, no manda a hacer una estatua de tres cabezas? ¿Qué hará Téllez Monroy con la basura de lo que queda de la efigie de AMLO? ¿Le hará caso la Fiscalía General de Justicia al denunciar el derribo de la estatua como “daño al patrimonio municipal”? Y por último, ¿por qué no utilizar los restos de la estatua en cuestión y la reparan para ponerla donde se encontraba la escultura de Cristóbal Colón, aunque se verá mucho más chiquita?

“Tenerle confianza al pueblo, una de las cosas que siempre enfrento es la creencia que el pueblo es malagradecido, los políticos corruptos dicen ‘para qué agradeces al pueblo si son malagradecidos’, y eso no es cierto, puede pasar arriba, con los potentados, pero el pueblo es muy leal, arriba pueden actuar, como se decía antes de manera coloquial, como chaqueteros, porque se quitaban y se ponían la chaqueta de moda, la que les convenía, es muera el rey viva el rey, así por interés, en los pobres no, en los pobres casi es amor eterno”.

¿Amor eterno, como la canción de Juan Gabriel? ¿Qué los ricos no profesarán el amor eterno, por el solo hecho de ser ricos? ¿Por qué estará tan cursi últimamente, AMLO? ¿Por qué, estos días, insiste en hablarnos como un predicador acerca de la moral, amor al prójimo y ahora amor eterno? El amor eterno no existe. Le sugiero al Presidente que lea a Neruda, he aquí un pequeño fragmento de su poema: “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”:

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. / Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. / Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. / De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. / Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. / Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. / Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

!Integrate al comercio electrónico¡ Estrategias en la Nube
!Integrate al comercio electrónico¡ Estrategias en la Nube
!Integrate al comercio electrónico¡ Estrategias en la Nube
!Integrate al comercio electrónico¡ Estrategias en la Nube