/ Eduardo Sadot /
Luego de que varios periodistas, responsabilizara al Presidente obrador de cualquier atentado contra periodistas y candidatos de oposición el presidente salió a rasgarse las vestiduras y a decir que el no es tan perverso que son injustos con él. Desde el siete de julio, antes de que se pronunciaran nuestros compañeros periodistas, publicamos el artículo titulado “CANDIDATOS V/S CORCHOLATAS Y EL ¡YO ACUSO! DE LO QUE PASE”, ahí expusimos las razones por las que habría que alertar, sobre la intención de Palacio de consumar un atentado, como aquel contra Ciro Gómez Leyva.
Por más que hemos querido explicarle a obrador, lo peligroso que resulta, el mal uso de medios masivos de comunicación, de manera ignorante e irresponsable, algo que cualquier alumno sabe desde el primer semestre de periodismo, de la Facultad de Ciencias Políticas – escuela – en la que entiendo, obrador fue fósil catorce años, el manejo desde la mañanera es peligroso, porque lo que se diga irresponsablemente puede provocar daños irreversibles.
Cuando nos exigían aprobar un examen de conocimientos para poder obtener la licencia de locutor y, responsabilizarnos de un micrófono en una estación de radio, teníamos que presentar varios exámenes, el de conocimientos de la ley reguladora de las comunicaciones, el de cultura general, el de pronunciación de lenguas español y extranjeras, el de manejo de cabina.
De la ley de telecomunicaciones – nos exigían – comprender que no se podía hacer apología del delito, ni instigar o arengar por esos medios a la violencia, La SEP y la Secretaría de Gobernación, ponían especial énfasis en cuidar la pronunciación, pues ello propiciaría que quien nos escuchan por la radio, reproduciría los errores, por ello tampoco se permitía que un locutor tuviera acento regional o de alguna provincia del país para que su pronunciación correcta del idioma abonara en favor de la evolución cultural de los mexicanos, por supuesto que los modismos de “veracru” o de “tabahco” de “Guadalajara pues´n” el “amo pué” la muletillas como el “oie ha” el “pa” o “pue” de Campeche, o el “shamaca de Shihuahua” por ello, se cuidaba que quienes tuvieran la responsabilidad de un micrófono, no incurrieran en palabras mal pronunciadas – ya no digamos groserías – ello, debido a que se tuvo la creencia de que quienes asumían esa responsabilidad, eran lo suficientemente preparados para no decir al aire “faltas de ortografía” en la palabra pronunciada a diferencia de la palabra escrita(ortografía) en la palabra hablada se llama ortología y sus partes la componen la sintaxis, ortopeia y fonología, la correcta pronunciación de vocálicos y consonánticos. Pero eso no lo sabe el presidente y debiera saberlo o debieran educarlo o ilustrarlo, por el bien de él y de los mexicanos que le escuchan, desde ahí parte el perfeccionamiento y la excelencia de lo que se hace y si alguien no puede perfeccionarse, ni en el hablar, ya ni que decir de como escriba.
Hay que tener consciencia de quién nos escucha, porque hay muchas personas anónimas, de un amplísimo público, que escuchan y razonan y a veces ni siquiera razonan, porque asumen, que quien les habla, habla con verdad y no miente y, si quien habla miente esta cometiendo una mayor falta al engañarles. SI quien tiene un micrófono, arenga en contra de alguien, son capaces de asesinar, es por eso, que se han alzado voces advirtiendo y responsabilizándole de cualquier atentado contra periodistas, candidatos y ciudadanos que surjan desde la estertórea voz de Palacio, será Culpa de Andrés Manuel López Obrador. Así que, no se flagele señor presidente, tampoco se victimice, ni se conmisere, sus mentiras y su perversión nos hacen confirmar su maldad para asesinar con las palabras. Cualquier asesinato será generado por el uso de su poder inductor desde la mañanera, ¡asúmalo! Y corríjalo porque pareciera que se siente descubierto y se está preparando para defenderse cuando consuma un asesinato.
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