Eduardo Caccia
López Obrador dijo que el desem-peño de México ante la crisis por Covid sería ejemplo en el mundo. ¿A partir de qué datos hizo el pronóstico? La realidad le ha dado razón al mandatario, somos ejemplo, sí, nada más que de lo que no se debe hacer. Las cifras sobre el manejo de la pandemia demuestran que, incluso cuando aquí tengamos una cepa endémica del virus, el desempeño del país es lamentable en relación a otras naciones; los datos de organismos mundiales revelan que nuestro gobierno ha tomado malas decisiones.
El Ranking de Resiliencia Covid, de Bloomberg, evalúa economías de más de 200 mil millones de dólares, en diez métricas clave: crecimiento de casos, tasa de mortalidad, pruebas aplicadas, acuerdos de suministro de vacunas, capacidad del sistema sanitario, impacto de las restricciones, entre otras. Al 21 de diciembre pasado, de 53 países, estamos en el lugar 53. Si añadimos el dato de que tenemos el peor récord de profesionales de la salud fallecidos, la situación es patética.
Estas preguntas son de interés, incluso, de seguridad nacional: ¿Cómo toma decisiones el presidente López Obrador? ¿Quién en su gabinete le hace contrapeso, alguien reta sus datos y le muestra otros?
Les preguntaron a varios académicos de Harvard: Si pudieras cambiar una sola cosa que está mal en el mundo, ¿cuál sería y por qué? El afamado psicólogo, estudioso del lenguaje, la mente y la naturaleza humana Steven Pinker respondió: “Demasiados líderes e influyentes, incluyendo políticos, periodistas, intelectuales y académicos, se rinden al sesgo cognitivo de evaluar el mundo a través de anécdotas e imágenes, en lugar de datos y hechos”. Dicho de otra forma, tomamos malas decisiones porque nuestra lectura de la realidad es deficiente, está impregnada de prejuicios e ideologías.
Muchos no piensan vacunarse. Han visto información que les ha generado miedo, desde respuestas adversas a la vacuna (por cierto, que una persona tenga reacciones negativas es noticia, que millones no, no es nota), hasta teorías de conspiraciones mundiales. La gente tiene miedo de viajar en avión, pero no de hacerlo en automóvil, siendo que el riesgo de un accidente en un trayecto de Boston a Los Ángeles es el mismo que el de manejar durante 19 kilómetros. La mayoría de las personas sufrimos de anumerismo, algo así como ser iletrados en materia de probabilidad, estadísticas y datos.
Necesitamos políticos que tomen decisiones con la evidencia de los datos y no de su ideología. Esto evitaría cancelaciones de inversiones productivas y evitaría promover otras que, según muestran los datos, son inviables. Pinker sugiere adentrarse en la obra de Hans Rosling, Factfulness, un libro que exhibe que nuestra incapacidad para tomar decisiones basadas en datos y hechos comprobables hace que tengamos una distorsión de la realidad y una visión pesimista del mundo.
Rosling ha puesto a prueba a públicos de diversa índole, estudiantes, científicos, premios Nobel, periodistas, políticos, empresarios, activistas y más. La mayoría responde mal a cuestionamientos sobre la realidad del mundo en materia de desarrollo económico y social. Factfulness evidencia que, al tener una mala lectura, tomamos malas decisiones.
¿Cómo resolver problemas si nos basamos en malos juicios y no tenemos buena información? Si el gran tomador de decisiones del país consultara datos certeros, vería que no estamos divididos entre liberales buenos y conservadores malos, vería que en el periodo del “régimen neoliberal” hubo progreso económico y social en varios rubros, vería que la corrupción no es una partida presupuestal que se borra por decreto, entendería que sacar a gente de la pobreza implica apoyar la creación de empresas y empresarios para que estos generen empleos mejor pagados, entendería que sumar el poder político con el poder económico (luchando contra la corrupción, no contra esta mancuerna per se) multiplica efectos positivos; ¡eso dicen los datos! Ignorarlos (o equivocarse, usando otros) y basarse en anécdotas y suposiciones es como conducir con los ojos cerrados.
¡Somos el peor país para vivir en tiempos del Covid! El piloto va a tientas y sus ayudantes le siguen como ovejas. Aunque en algo más acierta AMLO, y los datos lo avalan: López-Gatell no tiene similar en el mundo.