*Desde el Café.
/Bernardo Gutiérrez Parra /
De las babosadas que están impresas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, destaca la que mandata (en su artículo 69) que los miembros del gabinete presidencial hagan la glosa del Informe de Gobierno de su jefe el presidente. Y esta costosa e innecesaria tarugada se ha desparramado con los años sobre las 32 entidades federativas.
Por principio de cuentas casi nadie hace la glosa del Informe, es decir, casi nadie explica o aclara lo que haya que aclarar sobre el contenido del documento. Los secretarios de gabinete se van por la libre, sueltan números alegres sabedores de que nadie los va a comprobar, se bañan en incienso, se dan sus autoguayabazos y le rinden ignominiosa pleitesía a su jefe el presidente o a su jefe el gobernador.
Un caso patético es el secretario de Seguridad Pública, Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, que compareció este miércoles con muy desafortunado tino al asegurar que al cierre del gobierno de Cuitláhuac García, se registró una “reducción histórica” de delitos de alto impacto como el secuestro, los homicidios dolosos, feminicidios y el robo de vehículos.
Futa…
Basta con que te asomes lector a organizaciones como Alto al Secuestro o al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, para que te des cuenta que esa “reducción histórica” es puro cuento.
Pero el funcionario dijo con la mayor desvergüenza: “El secuestro se redujo en un 90.6 por ciento; los homicidios dolosos disminuyeron un 44.53 por ciento; los feminicidios bajaron hasta un 54.47 por ciento y el robo de vehículos descendió en un 47.22 por ciento”.
Fantoche y fanfarrón, agregó que esto se ha logrado gracias al uso de estrategias preventivas, con tecnología de punta, trabajo de inteligencia y la profesionalización y dignificación del trabajo policial.
¡Qué maravilla!
De seguro esa estrategia preventiva, con tecnología de punta y trabajo de inteligencia, fue la que utilizaron elementos de la Fuerza Civil para matar por la espalda a dos hermanos campesinos de Totalco, perteneciente a Perote, que protestaban por la falta de agua en su comunidad, en junio de este año.
Si te chutas completo el informe de don Cuauhtémoc lector, llegarás a la conclusión de que es un prodigio de eficiencia que adolece de un feo defecto: no le gustan las interpelaciones, ni que contrasten sus fantasías discursivas con la cruda realidad que se vive en Veracruz.
De ahí que haya autorizado el ingreso al Congreso de unos porros que le dijeron lindeza y media al diputado local Héctor Yunes Landa cuando pretendió cuestionarlo.
Lo demás ya te lo sabes; uno de los tipejos agredió a una reportera y se asegura (aunque no se ha confirmado), que hubo sujetos armados durante la comparecencia.
Ya podrá decir misa el señor Zúñiga Bonilla, que nadie le va a creer que fue ajeno a esos hechos bochornosos. Y es que si de algo tiene fama es de ser un individuo represor y con poca paciencia. Dato que por cierto, le faltó agregar al texto de su comparecencia.
Por situaciones como la anterior, nada como suprimir las glosas y sustituirlas por comparecencias más directas, donde el funcionario salga del Congreso directo a la cárcel si no puede comprobar qué hizo con los millones de pesos que le dieron para una carretera (por poner un ejemplo) y la carretera se quedó en obra negra.
Es que eso ya se hace. ¿O no?
No.
Lo que hace el ORFIS en Veracruz es tenderle una alfombra de este tamaño al presunto rata:
“Vamos a darle al señor secretario de la SIOP (sigo poniendo un ejemplo al azar), un plazo ‘perentorio’ de tantos meses para que solvente las ‘observaciones’ sobre la desaparición de 500 millones de pesos que serían para rehabilitar el tramo carretero de tal a tal lugar”. Tiempo más que suficiente para que el individuo “solvente” una parte mínima de lo robado, o se borre de la faz de Veracruz y reaparezca cuando el delito haya prescrito.
De ahí que vayan a las comparecencias como quien va a una pachanga, de ahí que se hagan acompañar por todo el personal de su dependencia que tienen ordenes de echarle porras a la menor provocación, de ahí que engañen sin piedad a los veracruzanos.
Salvo tu mejor opinión lector, pienso que si ese funcionario no puede aclarar a cabalidad en el Congreso el destino de un dinero que robó en detrimento de una obra pública o de la seguridad de la entidad, sea conducido a Pacho Viejo para que le explique al juez sobre el caso. Y el juez determine lo conducente.
Lo que los veracruzanos ya no quieren es que sujetos y sujetas con poder pero con marcado retraso mental, se esmeren en tratarlos como si fueran retrasados mentales.
Lo que quieren es saber de realidades por cruentas que sean, de probables soluciones a problemas y conflictos, y no de fantasías animadas de ayer, hoy y siempre.
bernardogup@hotmail.com