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Xalapa, Ver 29 agosto 2019.- El Tribunal Superior de Justicia, el Consejo de la Judicatura del Estado y la Escuela Judicial, llevaron a cabo la segunda parte del curso denominado “Teoría del caso, teoría del delito y prueba pericial”, dirigido a servidores públicos de los distritos judiciales de Xalapa y Coatepec, a cargo del Doctor Roberto Carlos Ramírez Aldaraca, Perito Criminalista de Campo de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México y catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Al respecto, Ramírez Aldaraca sostuvo que “este día continuamos revisando los pre-supuestos, cómo se construye una teoría del caso; lo abordamos desde la perspectiva del método científico y disertamos sobre la importancia de la prueba; además, hicimos un ejercicio de un caso práctico sobre una muerte violenta; me parece que estos temas resultan de importancia por la exigencia y la demanda social”.
Señaló que “la vinculación del curso con la realidad material y objetiva, que son los eventos violentos que suceden y acontecen en nuestro país con la dogmática, creo que en esa homologación debemos comprender que tenemos una obligación y una necesidad de erradicar ese tipo, ya ni siquiera de conductas porque no está en nosotros la prevención, sino la intervención y buscar que se manejen los mecanismos y herramientas correspondientes desde la dogmática penal para que este tipo de eventos ya no surjan”.
Dijo también que “tenemos que conducirnos siempre bajo tres pilares: la deontología o ética profesional; particularmente en el caso de los peritos y de servicios periciales en general al ser la parte objetiva ya que ofrecemos los elementos probatorios para la teoría del caso; debemos ser conscientes precisamente de esa importancia, que todas nuestras intervenciones deben tener una validez y una confiabilidad científica alta; olvidarnos de la probabilidad y centrarnos en los datos duros, en el hecho fáctico”.
“Segundo, sistematizar, apegarnos al método, a todo lo metodológico, lo teórico, siempre respaldar la actividad operativa con información teorética y ya no con los famosos adagios antiguos de saber y entender sino que realmente nos apeguemos a la doctrina, a la teoría; y el tercer pilar sería considerar que dentro de todo el sistema judicial, penal, sea de procuración o impartición de justicia, hay un compromiso como servidor público para poder combatir la corrupción; tenemos que trabajar desde dentro, precisamente, para ganarnos la confianza de los ciudadanos”.