/Por Ángel Álvaro Peña/
Una parte de los conservadores tienen como argumento para oponerse a la reforma judicial, que Morena, la presidenta electa o la Cuarta Transformación quieren mantener el control de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, si así fuera, simplemente se esperarían hasta diciembre que deja su cargo el ministro Luis María Aguilar, por haber cumplido 15 años en funciones, quien entró en funciones en diciembre de 2009.
Con la mayoría de las cámaras sería fácil para la nueva administración morenista, tener un ministro a su favor, con lo que prácticamente se equilibrarían los poderes dentro de la Corte. Sólo serían dos meses de no tener una Corte proclive a la administración pública; sin embargo, lo que quiere la 4T es reformar el Poder Judicial y no el control de la Suprema Corte, situación que entienden muy bien los opositores, pero, como es su costumbre, intentan confundir a la población. Si así fuere, la siguiente baja entre los ministros de la Suprema Corte sería Jorge Mario Rebolledo, quien dejaría el cargo en febrero de 2026. Es decir, apenas 16 meses después de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta, lo cual ni siquiera es a la mitad del sexenio sino en el principio. A los morenistas no les causa ningún esfuerzo votar, aplicando su mayoría por un ministro acorde a su política y proyectos.
Pero éstos no son todos los ministros de la Suprema Corte de Justicia que dejarían su encargo, el enemigo número uno de la 4T, Alberto Pérez Dayán, quien sale en octubre de 2027, a mitad del sexenio. Y cuya influencia ya no sería importante, a estas alturas, dado que la mayoría de ministros que pudieron ser condicionados por los legisladores estaría resuelta, tratándose de querer controlar la corte.
A la mitad del sexenio prácticamente dejará su encargo el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, designado en su puesto directamente por Felipe Calderón.
En la mayoría de los países del mundo los ministros de la Corte son elegidos democráticamente, es decir por la población, México no sólo no puede ser la excepción sino que debe estar a la altura de la realidad interna y externa de la justicia.
La Suprema Corte no es más que la punta del iceberg del Poder Judicial, existen más de 1,600 jueces a lo largo y ancho del territorio nacional, pero no son sólo los jueces los integrantes de este poder que debe adaptarse a los designios de la población sino un sinnúmero de personas que implica, que deberá ser una visión de la población y no sólo del partido en el poder.
Ante esta situación se convocó, desde hace meses, a todos los interesados en debatir sobre el tema para que la intención de la Reforma Judicial no fuera unilateral sino que tenga que ver con la opinión de expertos, académicos, legisladores, especialistas, etc.
La guerra de desprestigio continúa después de las elecciones, quien haya pensado que terminaría pecó de ingenuo y parece que no es posible que haya una reconciliación porque estas versiones sobre el supuesto control de la Corte, son sólo difundidas para defender los intereses de quienes no quieren que nada se mueva en defensa de intereses y privilegios.
La reforma al Poder Judicial es urgente, vemos cómo hay rezagos en la ley que no son posibles y los usan para tenerlos de pretexto para no mover nada. Es decir, dicen que no puede haber reforma, mientras no estén al corriente con el rezago de casos y pocos jueces. Si alguien es culpable de que haya pocos jueces para los diferentes casos es la cúpula del Poder Judicial, porque nadie se mete en los presupuestos de esa área de los Poderes de la Unión.
La tergiversación de una realidad que está a la vista de todos no puede continuar con pretextos que la gente percibe como falsos, poco serios y que tratan de evitar las transformaciones necesarias para el desarrollo del país.
PEGA Y CORRE.- La amenaza del FMI a México de que la economía de países como Argentina podría rebasar la nuestra es sólo chantaje para que el próximo gobierno de Claudia Sheinbaum se anime a solicitar préstamos, que es de lo que vive esta institución parasitaria de la economía internacional…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.